PATRIMONIO
Contaba Marechal que bajo los cielos porteños se cocinan cosas inimaginables, sueños mágicos, conspiraciones metafísicas y pavadas memorables. Algo sabía el poeta, que le descubrió a esta ciudad su infierno con entrada bajo un ombú en Saavedra. Marechal era preservacionista y su broma final fue contar, cincuenta años después, que la entrada al Averno porteño estaba ahora tapada por un coqueto edificio de departamentos, tonto como él solo.
Este miércoles, entre las casas bajas y bonitas de Villa Devoto, se cocinaron algunos comienzos de ideas entre vecinos y políticos porteños, uno de esos diálogos que deberían ser más frecuentes. El encuentro fue la idea de Carolina Maccione y Felipe Marino, se hizo en el Devoto School y reunió nada menos que casi setenta vecinos, prácticamente todos activos en su barrio.
El centro de la agenda era salvar el patrimonio de Devoto, bello entre los bellos, y tratar de arreglarle al lugar algunos de sus problemas históricos, como el del aislamiento que le inventaron a falta de carteles y de transporte público. Devoto, se sabe, es dueño de una hermosa plaza, de la más elegante biblioteca pública de la ciudad, de cuadras y cuadras de casas de primer orden y bien cuidadas, y de la última cárcel urbana, un anacronismo que ya cuesta explicarse.
Todos estos temas aparecieron en el diálogo entre vecinos y políticos. En este caso se trataba de la diputada porteña Teresa de Anchorena y su equipo completo de asesores, encabezado por Facundo de Almeida y Laura Weber, y de Gerardo Gómez Coronado, jefe de asesores del diputado porteño Enrique de Olivera. De ese lado de la mesa, se explicaron las leyes y recursos disponibles para que los vecinos se planten para proteger su patrimonio edificado y para que peticionen a las autoridades. También se destacó el cambio drástico que marcó 2007 en la agenda y que se debió totalmente a la movilización de los vecinos en grupos como Basta de Demoler, ejemplo a seguir. El mensaje fue claro: son los vecinos los que politizan el tema patrimonio y calidad de vida, les dan espacio a los políticos que buscan preservarlo y se lo quitan a los indiferentes, hostiles o coimeados. Una herramienta es sacar fotos de edificios a preservar y enviarlas, con dirección del lugar, a la Comisión de Patrimonio de la Legislatura.
Los vecinos se quedaron de buen humor y pese a que había pasado largamente la hora de comer se fueron despacito, estirando la charla. Fue educativo escuchar sobre la falta de transporte del barrio, el muy negativo impacto de la prisión que se tiene que bancar y los sueños de abrir parques y hasta tener una delegación de la UBA en esas hectáreas.
Los encuentros prosiguen el mes que viene y se pueden seguir en la página www.devotopat.blogspot.com. Informes en [email protected].
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