Libro y muestra en torno del diseño de indumentaria argentino.
› Por Luján Cambariere
nHace unos días, el Cabildo Histórico de Salta abrió sus puertas por primera vez a una muestra de diseño. Hecho histórico, dar lugar a la disciplina, a decir de uno de los responsable de la iniciativa, Laureano Mon, del Observatorio de Tendencias INTI, porque no sólo han decidido prestar las salas temporarias, sino que también abrieron las puertas de las salas permanentes para que las prendas de los diseñadores de autor interactúen con las piezas patrimoniales.
¿A qué se debe tal apertura? “Las Cosas del Quehacer, diseño de indumentaria en Argentina” (que también se materializó en formato libro editado por el Centro Cultural España Córdoba, institución inquieta y trabajadora si las hay, en colaboración con el INTI y Fundación ProTejer), es una exhibición nacional que indaga sobre la riqueza del diseño de indumentaria en Argentina a través del trabajo de veintidós diseñadores que producen en diez provincias: Victoria Bessone (Tilcara, Jujuy); Roxana Liendro (Vaqueros, Salta); Fabiola Brandán y Lorena Sosa (San Miguel de Tucumán, Tucumán); Juan Manuel Alzamora (San Juan); Augusta Peterle y Leonardo Peralta (Mendoza); Carlos Bono, Claudia García Lange, Edgard Tula y Martín Lapidus (Córdoba); Silvia Querede, Noelí Gómez, Marina Gryciuk y Débora Orellana (Rosario, Santa Fe); Nicolás Silva Abriola, Mariana Fernández Barrios y María Emilia Velasco (Resistencia, Chaco); Miryam Millán (Posadas, Misiones) y Jimena Anastasio y Germán Lang (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
“Explorando dos aspectos fundamentales del diseño –aclara Mon–. Por un lado, el valor simbólico que contienen en sí, trascendiendo la idea de mera mercancía, logrando insertarse en la construcción histórica cultural a través de la revalorización y reinterpretación del patrimonio cultural tangible e intangible de una comunidad. Así toman protagonismo los lenguajes creativos, la heterogeneidad de las visiones y su relación con la identidad de un pueblo. Y por otro lado, el valor productivo que tiene el quehacer del diseño en tanto actividad generadora de empleo y de mejoramiento de la calidad de vida. De esta multiplicidad de los lenguajes creativos surgen los rasgos compartidos en torno del quehacer del diseño que nos permiten esbozar una cultura común de trabajo. Protagonistas de un inevitable camino hacia la identidad.”
Así, 31 maniquíes exhiben las prendas de estos profesionales de todo el país, que interactúan con el patrimonio tangible del Cabildo, ya que cinco salas –entre ellas las de Arte Sacro, la de Retratos de Personalidades
salteñas, la de Piezas Arquitectónicas– fueron intervenidas con sus prendas. “Revalorización de técnicas artesanales tradicionales como la orfebrería aplicada a indumentaria y accesorios netamente contemporáneos. El uso de la alpaca y otros metales combinados con tejidos industriales y artesanales, junto a materiales no convencionales (hueso, plásticos) por los salteños Liendro y Vallejos. Lenguaje visual vinculado con el diseño gráfico y a expresiones artísticas de la calle/urbanas, con una gran habilidad para fusionar el imaginario latinoamericano y argentino con elementos simbólicos globales con temas como el TC 2000, la inseguridad y la cultura andina mixturados al rock de los setenta en Estados Unidos y la lucha libre mexicana, por el sanjuanino Alzamora. La territorialidad de la Puna dialogando en forma permanente con la cultura de oriente a través de,
por ejemplo, una pieza con barracán reinterpretando un kimono por la jujeña Bessone. O Carlos Bono, que piensa al hombre cordobés desde una propuesta que media entre la innovación morfológica y la sobriedad visual. Su innovación está en los detalles de moldería donde explora las líneas constructivas de las prendas, a la vez que utiliza estampados industriales para jugar con el frente y espalda”, según la detallada observación de Mon.
En plus, distintas intervenciones textiles se ubicaron en los patios, como una instalación en base a treinta reposeras de lonas estampadas con colores intensos y dibujos tomados de patrones textiles antiguos que el área de conservación del museo proporcionó en fotos para que se vectorizaran y dieran vida a estas estampas realizadas por las firmas Y es Agua, de Resistencia, y La Primitiva, de Tilcara.
Además el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro), como siempre, a través de incansable Mauro Guzmán, el coordinador de su área de diseño y sin dudas uno de los mayores impulsores que tiene la disciplina en esa ciudad, realizó una escultura textil con materiales no convencionales como cierres, desechos textiles y nylon, que se ubicó en el patio menor del edificio.
El y otras grandes trabajadores en pos del diseño como otra batalladora, Silvina Fenik, directora del Centro Cultural Virla de Tucumán, participan entre otros del libro. Otra muestra de cómo en el interior, sin el ego capitalino, la unión siempre hace a la fuerza. La muestra continúa su camino por Tucumán, Córdoba y Corrientes.
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