Uno de los más recientes ejemplares dedicado al diseño de la editorial Monsa repasa bellos ejemplos de productos en la frontera con el arte. Inspirados en la naturaleza, esculturales, son obra de los nombres que comienzan a sonar en la escena internacional.
› Por Luján Cambariere
Si bien el diseño no es arte, algunas piezas –por su extrema belleza y carga emotiva– traspasan fronteras. La editorial Monsa (distribuida en nuestro país por Riverside) decidió reunir algunas de la producción contemporánea más destacada, en un ejemplar al que decidieron bautizar Plus Design, que resulta un buen mapeo de varios de los profesionales más exquisitos que está dando la actualidad.
“¿Diseño y arte? ¿Dónde está la frontera? En el camino entre la edición limitada y la producción industrial, presentamos diferentes proyectos con lenguajes de creación contemporáneos, desarrollados en técnicas diversas. Encontraremos en cada uno de ellos los trazos distintivos de exclusividad que los hacen únicos en sí mismos”, señala Miguel Abellán, uno de sus autores, invitando a este paseo sensorial por la más reciente creatividad mundial.
Muchos de los trabajos más bellos e inspiradores de estos creadores, que coquetean entre el diseño y el arte, llegan de Oriente y tienen la particularidad de tomar su inspiración de la naturaleza. Entre ellos, el diseñador industrial chino Se Xin es uno de los más potentes exponentes. A pesar de trabajar para las áreas más diversas, desde la salud hasta el equipamiento urbano, y con altísima tecnología, la concepción y morfología de sus productos está siempre ligada a lo natural. ¿Algunos de sus trabajos más premiados? La Beluga (2008), un diseño de un humificador eléctrico inspirado en las ballenas. Cuando se enciende desde el interruptor táctil de la cola del cetáceo, se pone en marcha, expulsando el agua pulverizada como lo hace el animal. La superficie del producto está hecha de cerámica glaseada.
Esta vez provenientes de Japón, el libro da cuenta del trabajo de otros dos creativos que comienzan a ganar espacios en el firmamento design: Nao Tamura, autor, entre otros, de los utensilios de cocina Seasons inspirados en hojas que dan vida a platos de silicona verde flexibles y multiuso. Además de absolutamente sutiles, se pueden guardar enrollados y usar en horno, microondas y lavavajillas.
Mientras que el tomo también da cuenta del trabajo del team Nosigner capitaneado por Eisuke Tachikawa, quien apunta, según él mismo cuenta, a lo que “no se ve del diseño”, “a lo no evidente”. Autor de Arborism, una mesa cuyas patas tienen forma de árbol. Su configuración fue lograda por medio de un algoritmo de fractal denominado “Curva del árbol”, por lo que es una reproducción exacta de la estructura de las ramas de los árboles reales. “Los seres humanos que viven en las ciudades han ido olvidando la existencia de la naturaleza. Para evitarlo, sugiero traer los productos que tienen esa lógica a sus vidas. En la parte de arriba hay un diseño de hojas. Sus posiciones están definidas por unas normas. Estas normas consisten en que las hojas no deben sobreponerse y deben tener una densidad máxima. Siguiendo estas normas, surgieron unos diseños geométricos adecuados. Las hojas de los árboles reales tampoco se sobreponen y también tienen una densidad máxima. Esta situación nace de una manera natural y se debe a que las hojas disfrutan del sol. Mis diseños siguen el ritmo de la naturaleza”, remata Tachikawa. De este colectivo también son la Pokkari, una lámpara que imita una nube hecha de plumas, y la increíble Rebirth de cáscara de huevos.
La araña Breaking Buddha, del genial Ingo Maurer. Según el autor del compilado, “un nuevo tipo de Porca Miseria”. Maurer la creó a partir de figuritas chinas de Budas sonrientes en porcelana blanca.
También vale destacar las increíbles estructuras flexibles de nido de abeja en papel kraft (sin teñir, compuesto por fibras recicladas en un 50%) y textiles (polietileno no tejido 100%), que se expanden, contraen y flexionan, de los canadienses de Molo y que dan vida a todo tipo de paredes, separadores de ambientes, mobiliario y objetos. Como las Softlight, unas nubes huecas iluminadas por dentro con leds que logran que las esculturales formas tridimensionales se vean radiantes desde cualquier lugar. O las Softwall y Softblock, paredes divisorias y topografías de asientos que sirven para crear zonas efímeras más íntimas dentro de espacios abiertos más grandes.
También dan el presente otras nubes, en este caso de los hermanos franceses Bouroullec, en tejidos de Kvadrat en forma de pequeños triángulos vinculados para crear impactantes formas, pantallas decorativas o cortinas. Y las de Kouichi Okamoto de Kyouei Design, quien también usa papel de nido de abeja Denguri para crear, entre otros, pantallas de lámparas como la Honeycomb.
* Plus Design, Beautiful Design for Living, Editorial Monsa, www.riversideagency.com.ar
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