Por Matías Gigli

El arquitecto Roberto García Balza y la diseñadora gráfica Marcela González ganaron esta semana el premio de reconocimiento a la calidad por su stand en la Feria Internacional de Turismo de América latina 2002. Los premiados fueron distinguidos por el stand que representó a la Ciudad en la FIT, realizada en la Rural entre el 19 y el 22 de octubre del año pasado.
García Balza y González recibieron el primer premio en el rubro organismos oficiales nacionales este miércoles en una ceremonia realizada en la Bolsa de Comercio porteña.
El brief pautado por la Subsecretaría de Turismo porteña para el desarrollo de su stand planteaba dos ítem fundamentales: una marcada presencia institucional de la marca turística de la ciudad y la presentación de tres de los principales itinerarios culturales de Buenos Aires. En base a estos conceptos, el Estudio García Balza diseñó un stand de líneas austeras en el que se delimitan cuatro áreas de uso: un portal de acceso, una plaza central, un privado y un área de recorrido perimetral para la presentación de los itinerarios culturales.
El portal de acceso al stand se materializó a través de la aplicación gráfica y volumétrica de la identidad turística de la ciudad de Buenos Aires y de la inclusión de un mostrador de recepción e información. La plaza central estaba representada por un grupo de mesas donde se daban a conocer al público las principales tanguerías de la ciudad. La sala de reuniones y el espacio destinado al depósito de materiales fueron delimitados por volúmenes semicerrados opacados virtualmente con una banda conteniendo la imagen institucional.
El recorrido perimetral correspondiente a los itinerarios culturales fue resuelto con el diseño de tres tótems ubicados de manera centrífuga en los laterales del stand. Estos tótems mostraban en forma audiovisual itinerarios de turismo cultural sobre las figuras de Jorge Luis Borges, Carlos Gardel y Eva Perón.
El Estudio García Balza es el impulsor de la nueva imagen de la ciudad. Uno de los principales problemas que enfrentaron fue diferenciar los elementos generados por el gobierno autónomo porteño de los creados y emitidos por el Gobierno nacional. Una de los soluciones encontradas fue abandonar los colores azules y celestes tradicionales, y tomar el naranja como identificación específica de la ciudad. Este color campea en todo tipo de documentos, gráfica y señalética creados por la ciudad, desde las boletas de ABL hasta el mismo logo de “gobBsAs”, en el que las letras de la ciudad son naranjas.
Otro elemento nuevo y usado con fuerza es el “bue” dentro de una suerte de flecha que, claro, también es naranja. Es un logotipo fuerte y determinado que intenta lanzar a la ciudad en el ámbito del turismo internacional.