Quienes recuerden el fallido intento de lograr que se declarara un sector de nuestra ciudad como Paisaje Cultural de la Unesco, en tiempos de Ibarra/Telerman, pueden encontrar interesante una propuesta que sí llegó a buen término en Colombia. Fue un reconocimiento al compromiso y al largo camino de consolidar un proyecto coherente entre producción, mejora del nivel de vida de los habitantes y medio ambiente.

El arquitecto Juan Carlos Olivares, desde la ciudad de Armenia, Quindío, Colombia, participó en lograr que el Comité de Patrimonio Mundial inscribiese el Paisaje Cultural Cafetero colombiano en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. En la sesión parisina de este año encontraron que el lugar era un ejemplo excepcional de paisaje cultural, sostenible y productivo. Olivares intervino en el proceso como representante de la Universidad Gran Colombia de Armenia, ya que es decano de su Facultad de Arquitectura.

La declaratoria resulta de un trabajo colectivo de más de diez años, realizado por entidades de los cuatro departamentos que conforman el paisaje, liderados por el Ministerio de Cultura y la Federación Nacional de Cafeteros. La región colombiana declarada está conformada por áreas de 47 municipios y 411 veredas de los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, donde se encuentran cerca de 24 mil fincas cafeteras, en las que viven unas 80 mil personas.

Nuria Sanz, jefa de la Unidad América Latina y el Caribe del Centro de Patrimonio Mundial, puntualizó que “el espesor histórico y la raigambre del proceso socio-cultural del café no encuentran fácilmente comparación en el resto de los continentes. El Paisaje Cultural Cafetero de Colombia no es un escenario sino una institución que desarrolló en paralelo mejoras en la producción y en la calidad de vida de los productores. Conformando una tradición que hizo historia, con la conciencia de desarrollar un mejor producto cada día”.

Uno de los valores excepcionales evaluados por la Unesco, y que distingue este Paisaje Cultural de otros paisajes productivos del mundo, es que la producción cafetera generó un modelo de acción colectiva de desarrollo de capital social. En este notable caso, representado por el gremio cafetero colombiano, creado en 1927 por los mismos productores como una institución que los representara y velara por sus intereses.

“Este es el fruto de un trabajo colectivo en el que participaron diferentes estamentos de la región, incluyendo las alcaldías y gobernaciones, las corporaciones autónomas regionales, las universidades, la red de universidades públicas del Eje Cafetero y los comités departamentales de cafeteros”, declaró la ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba.

El Paisaje Cultural Cafetero cuenta con 141.120 hectáreas de área principal y 207 mil de amortiguamiento, e incluye algunas veredas y áreas urbanas de 47 municipios de cuatro departamentos. Entre los bienes inscriptos individualmente en la lista de patrimonio mundial están:

• Puerto, fortificaciones y conjunto monumental de Cartagena (1984).
• Parque Nacional Los Katíos (1994).
• Centro Histórico de Santa Cruz de Mompox (1995).
• Parque Arqueológico de San Agustín (1995).
• Parque Nacional Arqueológico de Tierradentro (1995).
• Santuario de fauna y flora de Malpelo (2006).

Y entre las manifestaciones que forman parte de la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad están:

• Carnaval de Barranquilla (2003).
• Espacio Cultural del Palenque de San Basilio (2005).
• Carnaval de Negros y Blancos (2009).
• Procesiones de Semana Santa en Popayán (2009).
• Sistema normativo wayuu aplicado por el palabrero pütchipü’üi (2010).
• Músicas de marimba y cantos tradicionales del Pacífico sur colombiano (2010).