› Por Facundo de Almeida
Esta semana, la Legislatura porteña trató una “solicitud de pronto despacho” referida a un proyecto de ley que propone incorporar al sistema de nomenclatura de las arterias dispositivos de información complementaria de índole histórica, cultural o geográfica. Esto, en la jerga legislativa, quiere decir que el autor del proyecto pide que saquen del cajón el expediente y que lo traten en forma inmediata para que pueda ser aprobado.
La iniciativa tiene como propósito que se incluya en la cartelería de las calles de la ciudad de Buenos Aires, información sintética “de carácter histórico, cultural o geográfico [que] es una manera simple e inclusiva de agregar valor al habitual desplazamiento, tanto de residentes, como de la gran cantidad de vecinos de otros distritos que estudian, trabajan u obtienen su esparcimiento en nuestra ciudad”, según las propias palabras del autor. Y argumenta indicando que “La creciente afluencia de turistas y de personas migrantes que se establecen para trabajar y estudiar en nuestra ciudad encontrará seguramente más puntos de interés histórico y cultural disponiendo de información para una mejor interpretación de la enorme cantidad de sitios de interés existentes en nuestras calles y lugares públicos, muchas veces desconocidos para los propios habitantes. Las arterias porteñas evocan un sinnúmero de personalidades destacadísimas, hitos históricos y reconocimientos a importantes servicios prestados a la humanidad, al país y a la ciudad”.
La propuesta, por cierto interesante, presentada por el bloque del Frente para la Victoria, está ilustrada con fotografías de carteles de calles de París, donde al nombre del personaje que se homenajeó se le agrega información sobre la fecha de nacimiento y muerte, y profesión.
Sin duda, ese tipo de señalización es una excelente oportunidad para que los transeúntes conozcan las razones que motivaron, a los concejales primero y a los legisladores luego, a designar de ese modo las calles y avenidas de la ciudad, y aprender un poco más sobre los hombres, mujeres y lugares elegidos como referencias de la nomenclatura urbana.
Esperemos que este proyecto, si finalmente se transforma en Ley, se cumpla y no ocurra lo mismo que con la ley 2457, sancionada en octubre de 2007 a instancias de la entonces diputada Teresa de Anchorena.
Esta norma obliga al Ministerio de Desarrollo Urbano a proceder “a la señalización de los inmuebles catalogados, y de los Distritos Areas de Protección Histórica (APH), existentes al momento de la promulgación de la presente y de los que se incorporen en el futuro”, y a informar todos los años lo realizado a la Legislatura. Han pasado cinco años y nada se cumplió.
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