En la actualidad, es una de las ciudades más vibrantes en cuanto a diseño. Con barrios que constantemente se pueblan de nuevos locales, ferias en parques y plazas y museos temáticos.
› Por Luján Cambariere
Berlín viene sonando. Estallando a nivel diseño y mutando a un vertiginoso paso. Basta aterrizar en alguno de sus barrios más efervescentes –Mitte y Prenzlauer Berg– para comprobarlo. Una tienda más linda que la otra colándose entre las cafeterías, restaurantes y bares con interiorismos dignos de revista de deco, percheros y ferias en plazas y calles. Barrios que florecen y se revitalizan en pocos meses Muro mediante (con la apasionante historia reciente, que es obviamente un condimento esencial y merecido capítulo aparte). Una fiesta para los sentidos design, con algunas perlitas para agendar que se escapan del tupido circuito turístico clásico.
¡Un museo de las cosas! Delicia de los que rinden tributo a la cultura material emplazado en lo que alguna vez fue una fábrica de 6000 metros cuadrados. Y encima en un barrio poco o nada turístico: el turco. A una cuadra de la estación de subte Kottbusser Tor (dato fundamental para ubicarse en una ciudad de idioma tan ajeno). Así, sobre la calle Oranienstrasse, se levanta esta institución que desde los años ‘70 se ocupa de atesorar en cuidadas vitrinas centenares, miles, de objetos del siglo XX y XXI.
Los archivos de la Deutscher Werkbund (DWB) forman el corazón del museo. Una asociación de artistas, empresarios y figuras políticas fundada en 1907, uno de los movimientos utópicos culturales de principios del siglo XX, destinado a la promoción del diseño moderno y funcional en los productos industriales y la arquitectura. La calidad, la sensibilidad hacia los materiales, la objetividad, el funcionalismo y la durabilidad fueron sus principios rectores. Y su principal objetivo, además de promover el diseño moderno y la producción de objetos, la educación estética como forma de expresión individual.
Así, desde esa década, el Museum der Dinge ha recogido objetos que ilustran la historia del diseño, más documentos y objetos relacionados con la vida cotidiana y la cultura moderna orientada a los productos básicos, llegando a una colección de más de 30.000. Objetos de diseñadores de renombre frente a otros sin marca, delicias funcionales junto a las piezas más kitsch.
Imposible describirlos todos: los más variados electrodomésticos, las primeras tostadoras, radio a transistores, ventiladores y teléfonos, la más increíble vajilla, herramientas, relojes, juguetes, luminarias y por supuesto armas. Vale citar algunas perlitas por exóticos o históricos, según cuenta el director, Jens-Ole Rey, como la radio “Komet 60”, un combinado salido de La guerra de las galaxias creado en 1959 que, contrariamente a lo que uno imagina, hizo furor. La amplia colección de productos Braun y las bellas cajas de galletitas Leibniz, de Heinrich Mittag, un clásico alemán.
En 2010 se agregó al museo una “cocina de Frankfurt” diseñada por Margarete Schütte-Lihotzky en 1926, que ilustra la tendencia de la época hacia la racionalización en el hogar (www.museumderdinge.de)
Es otro sitio emblemático y paseo obligado de los amantes del diseño, a metros del precioso parque Tiergarten. No sólo por su edificio, proyectado por el gran Walter Gropius en 1964 para la ciudad de Darmstadt y construido en Berlín entre 1976 y 1979, sino por su acervo. El Museo de Diseño atesora gran parte de la historia del movimiento, con piezas claves y preciosos documentales donde los protagonistas cuentan desde los inicios de la escuela hasta sus vivencias personales. Todos personajes apasionantes.
Y además se dedica a la investigación y la presentación de la historia y la influencia de la Bauhaus (1919-1933). Todo el espectro de actividades de la escuela está representado en la Colección Bauhaus: obras de arquitectura, muebles, cerámica, orfebrería, fotografía, piezas teatrales y trabajos de alumnos del curso preliminar, así como los creados por los archifamosos maestros de la escuela, incluyendo al propio Gropius, Johannes Itten, Paul Klee, Lyonel Feininger, Wassily Kandinsky, Josef Albers, Oskar Schlemmer, László Moholy-Nagy y Ludwig Mies van der Rohe.
Además, en el shop del subsuelo, se puede despuntar el vicio comprando aunque más no sea un portaminas, clásico souvenir apto profesional del mundo design.
http://www.bauhausarchiv.de/
Entre otras cosas, la editorial que está eclipsando a la emblemática y también alemana Taschen, por lo menos en algunas especialidades como la ilustración, la tipografía y el Street Art. La editorial nació en Berlín en 1995, con ediciones muy bien logradas y títulos súper atractivos del campo de la cultura visual, que para ellos es el producto resultante de la interrelación entre el diseño, el arte, la arquitectura, la fotografía, la cultural popular y otras áreas como la música o gastronomía. Gestalten ostenta desde el año pasado, además, un bellísimo espacio en una de las zonas más efervescentes de Berlín (Sophie-Gips-Höfe, Sophienstrasse 21) donde además de sus libros, venden productos de diseñadores que han sido publicados en sus páginas y una galería de arte y diseño.
¿Novedad editorial recién salida del horno? Justamente una guía de Berlín en clave diseño: The Berlin Design Guide, A Practical Manual to Explore Urban Creativity, editada por Viviane Stappmanns y Kristina Leipold, que según prometen guía por la ciudad a través de su creatividad. “Un manual práctico para todo aquel que quiera conocer sus puntos de inspiración”, detallan. Ideal para chusmear lo que aquí no pudimos sumar, como el Buchstaben Museum dedicado a la tipografía.
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