Si no fuera por la ornamentación predicativa o relatada que por fortuna conservan las fachadas porteñas, poco sabríamos de los usos originales para los que fueron proyectados muchos edificios. Y cuando esa ornamentación iba acompañada por escudos, blasones y hasta isologos de las empresas o instituciones de origen, tanto mejor para el regocijo de cuanto peatón curioso se detenga en ellos. Un tema al que nos hemos referido al hablar sobre bellos edificios industriales, como el de la ex Manufactura de Tabacos Piccardo, hoy Museo de Arte Moderno, sobre la Avenida San Juan, como el de la ex Fábrica de Ford Motors en La Boca, o bien el de la Casa Noccetti (ex Ferretería Hirsch) en la calle Perú, entre muchos otros. En ocasiones, como el caso que nos ocupa, el carácter original viene afianzado en su interior por atractivas pinturas. Estamos hablando de la ex sede de la Administración Central de Obras Sanitarias de la Nación de la calle Charcas al 1800, hoy Marcelo T. de Alvear, actual Administración General del Poder Judicial de la Nación.

El proyecto del edificio precedió la creación de nuestra primera empresa argentina de saneamiento, en 1912. En efecto, había sido ideado en 1904 por el ingeniero Manuel S. Ocampo para albergar la Administración Central de la Comisión de Obras de Salubridad, y no tenía el aspecto actual, sino con alas laterales más bajas –de techos planos– y un volumen central más alto, coronado por esbeltas mansardas.

En los años ’20 el crecimiento de OSN hizo necesaria su ampliación, creciendo en un 80 por ciento su superficie, con la incorporación de dos pisos más en toda su extensión y otro más alto en su parte central. Ciertamente, la mole ecléctica ganó en monumentalidad, con nuevas estatuas alegóricas, aunque sin despojarse de detalles ornamentales de la antigua Comisión de Obras de Salubridad para la que había sido proyectado originariamente. Tal como los que vemos hoy en su fachada sobre M. T. de Alvear, sobre escudos con las letras OS (Obras de Salubridad) delicadamente entrelazadas.

Si queremos testimonios contundentes de su pasado sanitario, no hay más que ingresar en el hall central y encontrarnos con el especial encargo que hizo en 1937 el Directorio de Obras Sanitarias de la Nación al artista Benito Quinquela Martín (1890-1977): una pintura al óleo –de 7,00 x 9,00 metros– denominada Construcción de desagües. En ella aflora la atmósfera de trabajo y esfuerzo colectivo al servicio del saneamiento desplegada por generaciones de anónimos trabajadores, con el ambiente portuario y chimeneas industriales de fondo, una referencia omnipresente en la obra del autor. Nunca más acertada la elección de las autoridades para honrar la diaria labor de los sanitaristas: confiaron la obra a un pintor que ennoblece el trabajo en sus realizaciones.

En 2007, y en el marco del Programa de Recuperación y Conservación del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, se realizó un convenio marco entre este organismo, el Poder Judicial de la Nación y Agua y Saneamientos Argentinos, para la restauración de la pintura por un equipo de especialistas. Hoy luce en todo su esplendor, totalmente recuperada.

Como se ve, las huellas del agua y su tratamiento en la ciudad no sólo se encuentran presentes en las torres de toma del río, la planta potabilizadora de Palermo, los grandes depósitos urbanos y los millones de vasos capilares que pueblan el subsuelo sanitario de la ciudad. También adquieren vida en edificios administrativos de alta significación para la historia del saneamiento nacional. Algo parecido a lo que sucede con las sedes de antiguas empresas ferroviarias británicas y de ferrocarriles del Estado que se levantan en la City Porteña y en la zona de Retiro. En unos y otros, los usos cambiaron, pero en múltiples detalles todavía se insinúa el pasado del tren. Así como en la ex sede de OSN de calle Charcas, la rutina judicial a menudo hace un alto y se pregunta desconcertada por esos hombres de Quinquela, empapados en sudor. Lo que también es preguntarse por el pasado sanitario que ese edificio durante mucho tiempo albergó.