La Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos festejó con alegría el decreto 1762, que protege por primera vez una serie de espacios asociados a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura. La orden de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner transforma en Lugares Históricos Nacionales a los centros clandestinos de detención de Olimpo, Club Atlético, Virrey Cevallos y Automotores Orletti en la ciudad, y a La Anguilera, en los astilleros Astarsa de Tigre.

El decreto explica que estos lugares fueron el escenario concreto de buena parte de los crímenes de la dictadura y que por lo tanto están asociados a “una toma de conciencia de la opinión pública” respecto de esos crímenes, al sistema represivo creado por los militares y la ilegalidad absoluta de sus actos. Así, se calcula que por Olimpo pasaron quinientas detenidos ilegales, por Club Atlético mil quinientos, por Automotores Orletti unos doscientos –en buena parte extranjeros porque esa prisión era central en el Plan Cóndor– y por Virrey Cevallos un número todavía indeterminado. La Anguilera es el único lugar incluido en este decreto que no fue un campo de concentración, pero sí escenario de un crimen grave. El nombre identifica un sector de Astarsa en el que se comenzaba el trabajo de construcción de buques y en el que en el mismo 24 de marzo de 1976 el Ejército se llevó a 60 de los 800 obreros del astillero.

De los edificios de la Capital, Club Atlético fue demolido para construir los bajos de autopistas que cruzan Paseo Colón, pero se excavaron los restos arqueológicos del lugar y se construyó un memorial a las víctimas. La declaratoria nacional viene en un momento clave, cuando el actual gobierno porteño busca cómo desaparecer el lugar para construir un segundo Metrobus.