› Por Matías Pandolfi*
Los números de la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda porteño sobre datos del Ministerio de Ambiente y Espacio Público muestran que la proporción de espacios verdes por habitante bajó de 6,3 metros cuadrados por habitante en 2011 a 5,9 en 2015. Parecería una pérdida no tan grande, pero como es un número ya bajísimo y lejano a la recomendación de cualquier organismo internacional, la disminución en los últimos cuatro años de gestión del macrismo merece mucha atención.
En materia de espacios verdes urbanos lo deseable para cualquier ciudad son más de quince metros por persona y lo mínimo aceptable son nueve, emplazados a no más de quince minutos a pie para evitar la inequidad en el acceso.
Los números oficiales intentan disimular este déficit cambiando las unidades en que se expresan los datos: lo hacen en hectáreas cada mil habitantes cuando lo que se utiliza en los estudios comparativos son metros cuadrados/habitante. Esta pequeña trampa intenta inflar los números oficiales y dificultar las comparaciones entre diferentes ciudades o entre distintas investigaciones. También es probable que los números presentados estén sobreestimados, ya que se computan como espacios verdes a las plazas cuando muchas son grises o secas. También se computan los patios, polideportivos y “otros espacios diversos mantenidos por la Dirección General de Espacios Verdes” que podrían no tener ni una maceta.
En las consignas políticas del PRO y sus aliados legislativos se instala permanentemente la idea de que vivimos en una ciudad verde. Pero los propios números oficiales lo contradicen contundentemente. Si nos enfocamos en lo que pasó en 2015, la situación es bastante preocupante. Sólo en ese año seis de las quince comunas mostraron una reducción de espacios verdes públicos y en tres la reducción fue muy marcada. La Comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) pasó de 22,9 a 18,6 metros por habitante, lo que implica una reducción del 19 por ciento. La Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano) pasó de 14,7 a 12,9, una reducción del 12 por ciento. La Comuna 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) pasó de tener 5,5 metros por habitante a 4,8, un trece por ciento menos atribuible a la cesión de espacios verdes por las obras de construcción del nodo de Cantilo-Lugones, que conecta la provincia de Buenos Aires con la Ciudad. La comuna 7 perdió el once por ciento de sus espacios verdes, la 9 un 1,5 y la 12 un seis.
Mientras los porteños retrocedemos cada vez más en cantidad de espacios verdes públicos, los investigadores Terry Hartigy y Peter Kahn publican en la revista Science una completa y accesible revisión de la importancia de los espacios verdes urbanos que permite hacer un diagnóstico y darnos cuenta de todo lo que perdemos junto con los espacios verdes públicos: recreación, socialización, mejora en la calidad del aire, regulación del clima, mantenimiento de la calidad del suelo y de la biodiversidad y mejora en la salud física y mental de los vecinos.
Los datos hablan, habría que escucharlos.
@MatíasPandolfi
* Doctor en Ciencias Biológicas.
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