Cecilia Bernard estudió arquitectura en la UBA y Romina Ferrea, alias Meena, diseño de escenografía y vestuario, pero desde hace un tiempo descubrieron que lo que más disfrutaban era diseñar con plantas. Se conocieron en un taller de cerámica donde compartieron su amor por el paisajismo, la inquietud común por hacer macetas y la sinergia que se producía cuando pasaban tiempo juntas. Así, de forma natural y orgánica surgió Compañía Botánica, plataforma que hoy abraza el universo de productos, talleres y la colección Alquimia de velas, difusores y perfumes de ambiente, jabones, sales de baño y sales efervescentes que conforman su universo vegetal. Bernard cuenta la historia.
–¿Cómo nace el emprendimiento?
–Compañía Botánica nació a fines de 2013, a partir de juntarnos con Meena a investigar y trabajar con distintos materiales para crear macetas y objetos de decoración, mientras tanto empezamos a armar kokedamas con suculentas, algo que no estaba tan visto en el mercado. Originalmente no pensamos en crear una marca, las dos teníamos otros trabajos y lo hicimos para hacer algo diferente y creativo. A las dos nos encantan los cactus y las suculentas y teníamos nuestras colecciones y empezamos a diseñar soportes no convencionales para nuestras plantas. Nos gustó mucho como quedaban y vimos que tenían una impronta y un lenguaje propio. Les sacamos fotos y creamos una cuenta de Instagram y de Facebook. En un mes teníamos muchísimos seguidores y empezamos a tener consultas de amigos, conocidos y desconocidos que querían comprarnos kokedamas, latas con arreglos de suculentas, mini estanques y los demás productos que habíamos estado haciendo. Mientras tanto recibíamos nuestros primeros encargos para ambientaciones y paisajismo. A los pocos meses nos empezaron a consultar sobre cuidados, cómo trasplantar y cómo multiplicar ya que siempre subíamos tips a nuestras redes y así surgieron los workshops botánicos.
–¿Cómo es la relación de las personas con las plantas? ¿Hubo como un cambio de paradigma ?
–Hace 50 años las mujeres cuidaban sus jardines, las abuelas tenían huertas y cultivaban sus plantas preferidas. Años después la vida moderna relegó los jardines al cuidado de jardineros y en el caso de casas pequeñas o departamentos todo se reducía a unas cuantas plantas de interior de dos o tres especies dominantes. En la actualidad se vive una vuelta a la conexión con la naturaleza, hay un cambio de paradigma claramente y el fenómeno no distingue sexos. Hombres y mujeres disfrutan de cultivar su parcela de tierra por pequeña que sea, de coleccionar determinadas especies de plantas y de sembrar y cosechar sus propias hortalizas y aromáticas. En un mundo hiper conectado y virtual, cada vez más personas disfrutan de observar, aprender e inspirarse en la naturaleza.
–Ampliaron su empresa y lanzaron una línea.
–Alquimia es una línea basada en un blend que llamamos Inspiración Botánica. Queríamos crear un perfume que representara nuestra idea de un momento de inmersión en la naturaleza. Nos imaginamos una tarde a la orilla de un río, un picnic de primavera, el perfume de los nardos invadiendo la escena, una limonada con jengibre y una jarra de té helado. Abarca velas, difusores y perfumes de ambiente, jabones, sales de baño y sales efervescentes.
–¿La botánica sigue a la moda y las tendencias o es a la inversa? ¿Hay plantas demodé y otras cool?
–Todo lo relacionado a la botánica hoy es tendencia, pero lo ha sido a lo largo de los siglos en diferentes momentos de la historia. Demodé creemos que no, porque en este momento hasta las plantas de interior tienen su revival. Helechos, colgantes y hasta las suculentas eran plantas que parecían de otro tiempo y hoy vuelven con más fuerza.
Sí, hay plantas que están más de moda o son tendencia, como los staghorn fern, una clase de helecho que semeja cuernos de alce o las monsteras y philodendron. Los cactus y suculentas también viven desde hace ya varios años un auge impresionante y dentro de las suculentas las llamadas Black, especies que viran al negro o morados oscuros son tendencia hoy.
–¿Nos vamos a hartar de las cactáceas o vinieron para quedarse?
–Creemos que volvieron para quedarse, su cultivo es simple, son amigables con el planeta. Su poco consumo de agua y que son muy fáciles de multiplicar, sumado a las miles de especies que la componen y la belleza de formas colores y floraciones, las hacen súper interesantes.
–¿Qué país lleva la delantera en estas cuestiones?
–Hay varios países que están a la vanguardia. En América, Brasil y México. Fuera de nuestro continente, Japón, Australia, Inglaterra, Sudáfrica son algunos de los puntos donde surgen los emprendimientos que nos resultan más interesantes.
–Mitos que se rompen...
–Mitos, hay muchos, como que determinadas plantas traen mala suerte. Se dice mucho de los cactus, pero nosotras no creemos en nada de eso. Además, hoy, determinados arreglos que pueden ser de otras culturas, como las roscas navideñas, si los re-versionamos y utilizamos elementos y especies de nuestra cultura y nuestro territorio pueden ser sumamente enriquecedores.
De la boca de un experto
Quien quiera divertirse un poco y tenga un sentido del humor irónico hasta la negrura, puede darse una vuelta este jueves por el auditorio del Colegio Profesional de Arquitectos y Urbanistas, el CPAU. Esta institución que retiene la matrícula profesional pero funciona como un lobby de las grandes constructoras y los grandes estudios, esos que monopolizan el negocio y dejan a los arquitectos y urbanistas apenas como sus asalariados, programó una actividad que revela que también tiene algo de Rey Ubú. Se llama “Aportes Metodológicos para la Gestión de las Políticas de Protección Patrimonial en la Ciudad de Buenos Aires”, un título que francamente no dice mucho, pero lo importante es que uno de los dos conferencistas es el “profesor arquitecto” David Kullock. Este es el mismo Kullock que representó al CPAU en el Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales, el triste CAAP, y le bajó el pulgar a tantos edificios. El “profesor arquitecto” se hizo conocido por su constante defensa de “la realización del potencial” de cada lote ocupado por una molesta casa patrimonial (al fin y al cabo, su especialidad es inmobiliaria y no diseño). En fin, que justo este profesional dé una conferencia sobre políticas de protección del patrimonio es patafísico.