Nomeolvides
Así se llama la etiqueta que engloba su colección de sábanas, cubreedredones y fundas con la que buscó dar identidad a la ciudad de Buenos Aires. “Quería hacer algo diferente, sin caer en el cliché. Algo moderno y contemporáneo que nos representara y enamorara. Entonces tomé mi cámara y salí a recorrer la ciudad. Quería descubrir las distintas tramas de la urbanidad. El objetivo era develar el secreto de rincones que nunca antes habían llamado mi atención, revelar el pasado y disfrutar el presente”, relata Conforti.
Con las fotos armó un collage. Pero no se conformó con eso. Enseguida se dedicó a estudiar en profundidad el trazado urbano y con esa información decidió que el primer paso de su obra sería retratar a Buenos Aires desde el cielo. Así nació Desde el aire, una línea que recrea el entramado de manzanas y calles que se ve desde el avión cuando se llega a la ciudad. “Un juego de positivos y negativos mediante grises, verde, negro y blanco de escala pequeña, que recién al acercarse permiten descubrir algunos detalles como el Obelisco”, detalla.
A esa línea, le siguió Amores de barrio, donde jugó con una trama de corazones y distintas tipografías para nombrar los barrios. ¿Los tonos? Rojo, gris y blanco. “Con este estampado quise representar el amor contrariado de sus ciudadanos que necesitan distanciarse de ella para verla y quererla”, relata.
Con la línea Nostalgia homenajea a algunos de nuestro iconos. Aparecen grises y blancos combinados con verdes agua y celestes. “Además de un tejido de contraseñas porteñas como el tango, el fútbol, el mate, los cafés, el Riachuelo, entre otros. La conciencia del pasado de la ciudad la deposité en las listas de texturas de persianas de los viejos barrios del Sur, cuya versión colorida cristaliza su espíritu y sentido de vecindad”, explica. Por último, en Itinerario estampa algunos de los recorridos turísticos más emblemáticos.

Juego íntimo
Las sábanas, para ella, son un producto poco explorado en nuestro país. Algo en lo que generalmente se invierte poco, tal vez por considerarlo algo que no se ve. Aunque paradójicamente sea un objeto con el que convivimos a diario. Con el que tenemos una relación de intimidad y placer. “Me gusta la idea de que mis sábanas sean un objeto para mimarse. Y también una pieza exportable, que sea un souvenir de viaje, jugando con la idea, cierta, de que uno está allí donde está su corazón. Un sentimiento que siempre tienen los que conocen Buenos Aires.”

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