Este año las nuevas tendencias en blanquería siguen los dictámenes del mundo de la moda. Por un lado, adhieren a toda la nueva corriente rústica que apela a materiales autóctonos y naturales como los géneros en telar, la lana de llama y los algodones varios en tonos tierras, rojizos, gris, verde y chocolate con detalles de flecos, pompones de lana y apliques en croché, tiento o cuero. La ropa blanca o de cama también copia fuertemente la paleta de colores vibrantes que impuso la indumentaria para esta temporada. Así el tomate, turquesa, violeta, fucsia y naranja se materializan en mantas, colchas o pies de camas de polar, franela o corderoy de bastón grueso. Y en otro de los fuertes de este invierno, los géneros con bordados, apliques y dibujos artesanales de flores, mariposas y corazones, entre otros. Por último, en una versión más informal, suman el jean en todas sus versiones –oscuro, prelavado, a rayas–. Christine Firmin Didot, dueña de Christine’s, local especializado en el rubro, da las claves para, adoptando estas corrientes, renovar los dormitorios según las edades.

Dormitorio principal
“Sin duda en este ambiente la cama es la gran protagonista. Para renovarla vale apelar a la combinación de sábanas, colchas y mantas y edredones en distintas texturas. A la cabeza, los géneros tejidos en telar o de lana en ocres, marrones, bordó y verde seco, sobre todo para mantas, pies de camas o fundas de edredones que se pueden combinar con sábanas de lino o algodón”, explica Firmin Didot.
También vale optar por los colores más subidos de tono en combinaciones de opuestos (naranja con verde, azul con ocre, tomate con violeta) en versión corderoy o polar. “Eso sí, hay clásicos que nunca pasan de moda. Las sábanas de algodón con guardas de lino en distintos colores, las cien por ciento algodón con bordados de motas o festones con vainillas o las de género camisero a rayas blancas y azules que sirven también para hacer todo tipo de fundas de edredón o de almohadas”, detalla.
¿Accesorios que hacen moda? Los almohadones en distintos formatos (sobre todo cuadrados y rectangulares) de pana, cuero, jean, piel, pelo sintético y lana”, detalla.

Especial adolescentes
“Sobre todo ellas buscan replicar en la cama la tendencia de su guardarropas”, explica Firmin Didot. Lo consiguen mediante sábanas de algodón blancas con flores pintadas o bordadas en tonos vibrantes -fucsia, violeta, naranja y turquesa– o con detallas de rayas o vichy en esos mismos colores. Las más románticas adhieren a las flores (rosas o tulipanes) hechas a mano de tela o voile con el tallo bordado en hilo en punto cadena sobre todo para fundas o almohadones que repiten en cortinas de gasa o tul.
Las más modernas se juegan por las detalles que visten la cama como los almohadones con forma de corazón en géneros sintéticos brillantes o tornasolados, los de cuero o gamuza o los que llevan canutillos o ribetes de plumas. “Los varones, generalmente guiados por las madres en estas cuestiones, explica, Firmin Didot, se inclinan por las fundas simples de gabardina o tipo oxford en colores neutros”.

Cunita de oro
En materia de recién nacidos, el antiguo moisés o cuna heredada está sumamente vigente, siempre que se le agreguen ciertos accesorios que los vistan de gala. Así, parece que para una llegada más triunfal a este mundo, bastan con unas sábanas de poplín y una colcha de piqué con motivos en azul o celeste (autitos, camiones, osos) para los varones. Mientras que si hablamos de mujeres, sobran los detalles de cuento de hadas. Sábanas y fundas de edredón con vainillas, apliques de rosas hechas en voile distribuidas en todo tipo de colchas de lana, vaquitas de San Antonio, abejitas o mariposas pintadas a mano o bordadas, también en sábanas o mantas.
¿Lo último? Decorar el tul que cuelga de la cuna con apliques de flores –rosas, margaritas, tulipanes– cocidas en tela o gasa en tonos rojos o rosados.

Christine’s: Von Wernicke 3020, local 5,
San Isidro, 4763-7558.