Una de las distorsiones más curiosas del mercado inmobiliario actual se ve en las oficinas. Según parece, en algunas zonas sobran, en otras faltan, y en toda la ciudad hay escasez de espacios de trabajo premium, de alta categoría. Esto es en parte por el movimiento de relocalización de ciertas actividades, como el hábito de asentar casas centrales en suburbios o fuera de la ciudad misma. Y en parte por el hartazgo de muchos hacia los problemas del centro viejo. Un tercer factor, claro, fue la crisis, que paralizó más que nada los proyectos comerciales de alto precio.

Todo esto viene a cuento porque Working Ocampo se presenta como un espacio de trabajo premium y en un lugar no convencional. La locación elegida es ciertamente inesperada, un borde industrial de uno de los mejores barrios de Buenos Aires, Palermo Chico. Donde se terminan las embajadas y las residencias que pueblan ese muestrario de arquitecturas clásicas y calles arboladas, se alza un terraplén ferroviario. Pasándolo, hay otro más, y luego terrenos de usos inciertos antes del río. WO se alzará a partir del mes que viene en una franja entre ambas vías, que va de Salguero a Ocampo y contenía la sede de Osde en el edificio de la papelería de sus fundadores, los Amorosi. Lo curioso de este terreno de pasado industrial es que está a un paso de calles umbrosas y bonitas, del Paseo Alcorta, del Malba. También está muy bien comunicado con el centro y todos los rumbos de la ciudad.

En el terreno tan bien localizado por el Grupo 6, responsable del desarrollo, se van a alzar cuatro pequeños edificios interconectados entre sí, con oficinas que van de los 70 metros cuadrados de la planta baja y los primeros tres pisos, a los 360 posibles en el cuarto y quinto. La circulación interna es realmente muy amplia y permite ideas como oficinas ligadas o vecinas de socios o firmas asociadas a proyectos. El quinto edificio, estrecho y más bajo, tiene varias salas de reunión muy bien equipadas disponibles para las empresas o estudios del WO, bar y restaurante, y nada menos que una piscina con solarium. En los subsuelos hay cocheras y bauleras. Todo esto ayuda en un lugar básicamente autocontenido, que cuenta con un ensanche en el acceso para dar mayor luz y perspectiva al conjunto, como una plaza, y que destina 8000 de sus 20.000 metros cuadrados a áreas comunes. Una de las intenciones descriptas en la presentación de WO, esta semana, fue dar justamente un clima suburbano en plena ciudad.

La arquitectura del lugar está a cargo del estudio Lacroze, Miguens, Prati, veterano de infinitas obras aquí y en el exterior, y es en ese modernismo amable, cómodo, tan fácil de olvidar y tímido ante el menor riesgo. Los edificios, según los render, serán agradables y luminosos, lo que muchos ámbitos de trabajo ciertamente no son. Ya se vendieron 18 unidades.