En abril de 1980, el Gobierno Federal de México expidió un decreto que declara Zona de Monumentos Históricos a 668 manzanas del centro y su periferia. En este documento se establecen los límites de lo que se considera como centro histórico: 9,1 kilómetros cuadrados de superficie, unas nueve mil parcelas, 1436 edificios con valor monumental. La Zona está subdividida en dos áreas contenidas en dos perímetros, el A con una superficie de 3,2 kilómetros que concentra el mayor número de monumentos; y el B de 5,9 kilómetros cuadrados, que funciona como zona de amortiguamiento. En diciembre de 1987, el Centro Histórico de la Ciudad de México fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En diciembre de 1990, fue creado el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México para promover, gestionar y coordinar ante los particulares y las autoridades competentes la ejecución de acciones, obras y servicios que propicien la recuperación, protección y conservación del centro histórico.