Adrián Lebendiker, director general del CMD, explica que “la temática de los niños (juguetes, indumentaria, mobiliario) ha sido tradicionalmente un terreno fértil para las intervenciones de diseño. La apertura importadora no sólo barrió con la industria local sino que impactó fuertemente en la cultura de los tipos de juego que se empezaron a consumir. La caída del 1 a 1 abrió la posibilidad, sustitución de importaciones mediante, a la aparición de nuevos emprendimientos que combinaran la aplicación de técnicas didácticas, materiales nobles y accesibles y diseños novedosos. Todos ellos instrumentos que intentan ganarle terreno a la hiperoferta de productos ultraseriados de uso efímero. Creemos que este esfuerzo debe ser apoyado y acompañado desde el Estado, y es por ello que organizamos en el 2003 (y estamos preparando una segunda edición para este año) la primera muestra de juegos y juguetes desarrollados por diseñadores. Pensamos que éste es un segmento con buenas posibilidades de crecimiento, no sólo en el desarrollo de productos cuasi artesanales sino como fuente de inspiración de producción industrial”.