Valor agregado
Autos para surfers, zapatillas para skaters, gaseosas para futboleros, cerveza para rockeros: con crisis o sin ellas, las empresas quieren vender sus productos y la publicidad vuelve a mirar a los jóvenes como un mercado apetecible. La clave es demostrar que sus productos son automáticos generadores de “onda”. Pero, como aseguró Mónica Silberman, profesora de Comunicación Publicitaria de la UBA, “cuando el modelo se distancia de la realidad pueden surgir problemas. El joven es más inteligente de lo que muchos creativos creen: piensa, duda, decide metódicamente su compra y, si la oferta es muy ajena al contexto en que vive, mira para otro lado”. Están avisados.