THE DARKNESS-BLACK EYE PEAS, LOS NUEVOS DUEÑOS DEL PODER, EN DISTINTAS DIRECCIONES
Rock and roll
The Darkness es una banda tan esteroetipada en sus gestos públicos que semeja una parodia al estilo “Spinal Tap”. Así y todo, lideran en Inglaterra el regreso de un tipo especial de rock cirquero: shows extravagantes, canciones con títulos provocativos, pose de estrellas, declaraciones rimbombantes. Y ese falsete de su llamativo cantante... Demasiado.
Si es una broma, es una
de las mejores de la historia del rock. Por supuesto, para que surta efecto
es imprescindible que los implicados sostengan que no hay ninguna broma de por
medio y que hasta se ofendan cuando les pregunten si no ven su propia ridiculez.
Se trata de cuatro veinteañeros ingleses llamados The Darkness, aunque
de oscuridad no tengan más que el nombre: son la banda más ostentosamente
glamorosa, bombástica y llamativa desde los lejanos tiempos de Mötley
Crue, los que mayor cantidad de nominaciones recibieron para los canónicos
premios Brit Awards 2004. ¿Retro rock? Claro, pero no del que se basa
en los pilares de Velvet Underground y The Stooges, sino uno que tiene como
referencias a Bon Jovi, Def Leppard, Van Halen, Queen, Whitesnake y AC/DC. Y
si todo esto no es más que una joda, ya son demasiados los conspirados
que aguantan la risa para largarla al final: Permission to land, el álbum
debut de The Darkness (editado en Argentina), llegó al primer puesto
del chart británico, mientras la banda amenaza con conquistar Estados
Unidos y, desde ahí, el resto del mundo.
¿Por qué todo parece una broma muy bien planeada? Cualquiera que
haya visto el apócrifo documental This is Spinal Tap podrá reconocer
muchas similitudes entre los Darkness y los hilarantes Spinal Tap, una burla
al hair metal de los ‘80. A ver: el cantante y guitarrista Justin Hawkins
–dueño de un falsetto agudísimo– parece una cruza entre
Angus Young, Freddie Mercury y David Lee Roth, pero con el peinado de Robert
Plant en sus primeros años en Led Zeppelin. El tipo sale a escena calzado
en un enterito de lycra –con estampado de leopardo, nada menos– pegadísimo
al cuerpo, o deja ver un tatuaje con llamas que suben de su entrepierna. Y además
escribe canciones con títulos como “Love on the rocks with no ice”
(Amor en las rocas sin hielo), “Get your hands off my woman” (Sacá
las manos de mi mujer) y “I believe in a thing called love” (Creo
en una cosa llamada amor). La banda se completa con el guitarrista Dan Hawkins
(hermano de Justin), el baterista Ed Graham y el bajista Frankie Pullain, que
porta un bigotazo igual al de su colega de Spinal Tap. Y hay más: llegaron
a su show en el último Glastonbury en helicóptero, planean construir
un Arse de Triomphe (un Culo del Triunfo, en lugar de un Arco) como escenografía
y hasta ven cercano que el Estadio Wembley sea rebautizado Estadio Darkness
después de que ellos toquen dieciséis noches seguidas. “Spinal
Tap es divertido porque es verídico”, dice Justin. “Todo el
mundo quiere ser parte de una banda porque eso significa que no tenés
que ser una buena persona que tiene control sobre su responsabilidad. Es un
escape. Y en ese ambiente, cosas que le pasan a Spinal Tap también nos
pasan a nosotros. A veces”.
Estos cuatro tipos arrogantes detestan que se los considere un chiste, una suerte
de “metal irónico”. “No hubiéramos pasado tanto
tiempo haciendo esto si sólo fuera una joda”, responde Justin. “No
hubiéramos viajado tanto durante tres años para tocar sin que
nos pagaran un centavo. Si fuéramos irónicos, pasaríamos
el tiempo en vinerías o viendo películas de Fellini. Nuestra motivación
básica cuando tocamos es asegurarnos de que todos los que están
viéndonos estén pasándola bien. Y hay varias puntas para
nuestro ataque; una es la performance, otra es el vestuario, o la solidez de
las composiciones. No hay muchas bandas que sean tan extremas como nosotros,
pero nunca pensamos que fuéramos ridículos”. Y su hermano
menor completa: “Extravagantes, quizá, pero nunca ridículos.
Muchas bandas piensan que ser cool es más importante que disfrutar de
la vida”.
Justin, el hombre de las muñequeras y los catsuits la tiene clara con
respecto al valor de su imagen y sus actitudes para entretener a públicos
masivos: “En los viejos tiempos, Van Halen tenía un frontman que
se lo pasaba saltando y todo eso, y apenas lo echaron la banda se convirtió
en una mierda. Aun cuando, en esencia, seguían tocando la misma música.
VanHalen es una puta mierda porque ya no tiene a David Lee Roth, que era el
que le aportaba extravagancia. Y eso es lo que a mí me excita”.
The Darkness surgió de Lowestoft, una zona rural inglesa, donde soñaban
con un futuro de sexo, drogas y rocanrol tocado a lo grande, con riffs adhesivos
y ganchos inmensos. Y ahora que las revistas los ponen en la tapa, el sueño
se les ha hecho realidad. Aunque todavía reaccionan como fans cuando
telonean a artistas como los Rolling Stones o Def Leppard, ya abrieron el último
Glastonbury y telonearon a Robbie Williams ante 350 mil personas. “Siempre
nos comportamos como rockeros de estadios, incluso cuando tocábamos en
pubs”, afirma Justin. “Ese es nuestro feudo: el rock de estadios para
pasarla bien. Música legítima y bombástica que conecta
con la gente.”
Vuelven todos El fenómeno-Darkness superó cualquier previsión en la Gran Bretaña y puso en serios aprietos a buena parte de la prensa especializada y “seria”. Sin dejar de mencionar el costado aparentemente paródico de la formación, sus canciones y sus acciones públicas (la del helicóptero en Glastombury es sólo una de ellas), los críticos de The Guardian, el Daily Telegraph y The Times elogiaron las buenas canciones de la banda y su espíritu a prueba de ridículo. Algo así como: son grasas y bastante básicos, pero entusiastas y en cierta medida, hasta inocentes. Paralelamente, al compás de los millones de copias vendidas de Permission to land, resurgió el gusto por el rock and roll básico, rutero y rimbombante de los años setenta y ochenta, con sus bandas-icono. Así es como el Reino Unido, tal como puede leerse en la última página de la revista Mojo, se editó un disco doble titulado justamente Permission to Rock con canciones de Judas Priest, Motorhead, Rainbow, Alice Cooper, Van Halen, Poison y Bad Company, entre otros. Pero las zanahorias del disco son los superhits I believe in a thing called love y Get your hands of my woman, ambos de ya saben quién. |
Rap and
pop
Black Eye Peas elude los traumas y bravuconadas del común de la escena hip hop, a caballo de un mensaje pacificador y un sonido decididamente radial. Ahí está si no "Where's the love", uno de los hits del verano argentino, en donde comparten voces con el joven maravilla Justin Timberlake. Pero hay más que eso: un alegre homenaje a las raíces funk de sus ancestros
Un latino, una chica blanca,
un filipino y un afroamericano: semejante confluencia sólo pudo haberse
dado en Los Angeles. Precisamente de ahí son los Black Eyed Peas, un
cuarteto de hip hop que con su tercer álbum, Elephunk, apareció
en lo más alto de los rankings de Estados Unidos e Inglaterra. El disco,
que ya se editó en Argentina y contiene uno de los hits del verano (ver
recuadro), es una combinación de elementos tan dispares como los árboles
genealógicos de quienes lo hicieron. Hay bases de hip hop festivo y radiable,
con samples pero también con una poderosa banda funk (que los acompaña
en vivo), algunas melodías latinas (con Sergio Mendes en piano), un par
de letras en español y en dialecto filipino, una colaboración
bien pop con Justin Timberlake, y la visión del estado del mundo a cargo
de cuatro angelinos que preferirían como gobernador al Arnold de Blanco
y negro antes que a Terminator.
“Este es un disco de hip hop pero no fue concebido con el hip hop en mente”,
explica Will.i.am, uno de los productores del grupo. “Pensábamos
más en buenas canciones, en buena música. No queríamos
decir nada remanido, tipo ‘mi estilo es éste y mis rimas son así’.
Algo de eso puede haberse metido, pero estábamos cansados de hablar de
cosas así.” Es que los muchachos han recorrido un largo camino hasta
llegar al éxito actual. Will.i.am y Apl.de.ap (el otro productor) se
conocieron en 1989, cuando estaban en la secundaria, y comenzaron a presentarse
como Atban Klann, aunque no llegaron a grabar. En 1995 se incorporó el
MC Taboo, cambiaron el nombre a The Black Eyed Peas y consiguieron su primer
contrato discográfico. El debut, Behind the front, llegó en 1998.
Allí, igual que en Bridging the gap (2000), participaba como invitada
la cantante Macy Gray. Los dos trabajos le significaron a la banda el reconocimiento
dentro de la comunidad hip hop, sobre todo entre los seguidores de bandas como
The Roots y A Tribe Called Quest, más cercanos estilísticamente.
Parte de la esencia de los Black Eyed Peas es salir a tocar con una banda. “Nos
gusta el error humano”, asegura Will.i.am. “Nada debería ser
perfecto, jamás. Si nuestro baterista se manda una cagada y sale adelante,
es como un logro. Eso hace que cada show sea diferente, por la espontaneidad
y por la posibilidad de parar, bajar el ritmo, elevar o disminuir el ritmo.”
Después del segundo álbum, las cosas no funcionaban en el frente
interno y los integrantes del trío sentían que les faltaba algo.
Una noche, en una discoteca, conocieron a la cantante de soul Stacey Ferguson,
a quien Will.i.am invitó a participar de un proyecto solista. Fascinados
por la voz de la chica, los tres BEP la invitaron a sumarse al proyecto. No
sin antes rebautizarla, por supuesto: ahora se la conoce como Fergie. “Es
una cantante fantástica, lo que nos permite salir de la monotonía
del rapeo”, asegura Will.i.am. “Cuando tenés una cantante tan
buena se te hace más fácil agregar sabores. En cierto sentido,
que Fergie forme parte del grupo nos hace sentir completos. Siempre colaboramos
con vocalistas, como Esthero o Macy Gray, y muchas de las canciones de nuestro
primer disco tenían muchas partes cantadas, pero nunca por un miembro
de la banda. Así que Fergie nos ha completado porque podemos salir de
gira y lo que se ve en vivo representa nuestra música.” La cantante
pasó una prueba de fuego: su primer compromiso en vivo fue en la gira
estadounidense en la que BEP abrió los shows de Justin Timberlake y Christina
Aguilera. El resultado de la movida, arriesgada para un grupo con raíces
hip hop, debe haber dejado contento al cuarteto, porque en este momento está
repitiendo la experiencia en Australia.
A todo esto, ¿qué significa Elephunk? Una cruza de elefante y
funk, neologismo de cosecha propia “para representar el sonido elefante,
un sonido funky grande y profundo”, dice Will.i.am. “Todo el mundo
cree que el rey de la selva es el león. Pero si se lo piensa bien, no
conviene hacer enojar al elefante, porque sale en estampida y entonces sí
que no hay escapatoria posible. Así nos sentimos respecto de nuestra
música: es como una estampida.” La imagen del elefante en la cristalería
sirve como analogía para lo que Black Eyed Peas ha hecho con los rankings
(fueronnúmero uno en Inglaterra durante seis semanas consecutivas, algo
que no sucedía desde 1998), pero la inclusión del chico pop Timberlake
y el sonido radiable del álbum también les trajo críticas
desde la ortodoxia del hip hop. Y Taboo lo sabe: “Cada persona con la que
hablo me pregunta si nos consideramos unos vendidos. No lo entiendo. ¿Vendidos?
¿Será que vendemos muchas entradas? Todavía hacemos la
música que queremos y nos mantenemos fieles a lo que siempre hemos sido.
El amor está Muchachos fiesteros conocen a otro muchacho fiestero: los Black Eyed Peas descubrieron que quien hacía breakdance en el centro de la pista de una disco de Los Angeles era ¡Justin Timberlake!, el chico pop del momento. “Nos intercambiamos nuestros números de teléfono y desarrollamos una relación como seres humanos, no como estrellas. No debería importar que él sea quien es y que yo sea un mexicano de Los Angeles Este. Sólo queremos hacer música juntos. No voy a juzgar a las personas por cuánto dinero tengan ni nada de eso”, se planta el rapero Taboo. La amistad entre el ex de Britney Spears y el cuarteto resultó en “Where is the love”, uno de los hits del verano argentino. La letra de la canción refleja cómo se sienten los BEP en los Estados Unidos (y el mundo) pos 11 de setiembre: llama a no discriminar y a que “tu alma tienda hacia el amor”. Rápido de reflejos, el sello discográfico Universal envió a las cadenas de videos locales una versión subtitulada en español del clip correspondiente al tema, no sea cosa que a alguien se le pase el mensaje políticamente correcto y pacifista. |
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