Quienes creen que las nuevas generaciones de Hollywood están haciendo cine del mejor –y con el rock en el corazón– no podrían haber pedido un mejor comienzo de año. Primero fueron Un gran pez y Perdidos en Tokio, con Pearl Jam y Jesus & Mary Chain, respectivamente, a la hora de los títulos. Después llegó el turno de la sorprendente Escuela de rock que, en un país que se vanagloria de ser rockero como pocos, jamás encontró su público. Pero la buena racha sigue. Ahora se estrena de una película que seguramente entrará por derecho propio entre las mejores de este año: Inseparablemente juntos, una nueva comedia de los hermanos Farrelly. Con Pixies y Kings of Leon en la banda de sonido, ésta vez cuentan la historia de unos siameses que viven su vida sin permitir que los limite su problema físico. Todo fenómeno, hasta que uno de ellos decide que quiere intentar suerte en Hollywood sin tener en cuenta que el otro sufre de pánico escénico y sólo quiere quedarse a vivir en su pueblo natal. Sin embargo, superan el escollo y van para adelante. Protagonizada por Matt Damon y Greg Kinnear, y con apariciones de Cher y Meryl Streep, ésta es una película llena de gags ridículos y contundentes, pero también de una conmovedora empatía por sus personajes. Con Inseparablemente juntos, los Farrelly terminan de consagrarse como los últimos verdaderos humanistas de una industria que nunca tuvo mucho de humano. A pesar de que cuentan con eso, Bobby y Peter siguen rodando sus películas con la certeza de que realmente es posible un mundo mejor.