Jueves, 29 de abril de 2004 | Hoy
RADIOGRAFIA DEL NUEVO DIBUJO ANIMADO ARGENTINO
A pulmón y con pocos recursos se realizan producciones animadas locales que –por creatividad y bajo costo– nutren la programación de canales con alcance continental. Están en Nickelodeon, Magic Kids, Much Music, Locomotion y MTV, con su receta de “lo artesanal” y con mucho para decir.
Por Julián Gorodischer
El sueño Pixar en clave criolla los encuentra en busca del batacazo,
esa promesa de ascenso a categoría estelar que les impone, en el principio,
una fusión: técnica artesanal con alta tecnología, hasta
dar con un estilo propio. Unos lo hacen con plastilina; otros con recortes y
fotos viejas; un tercero apuesta a la veta interactiva para que los chicos jueguen,
desde sus casas, con Hugo o con Kito (en Magic Kids, por ejemplo). Para todos,
queda el beneficio del bajo costo (post-devaluación) y del talento que
se mira, con curiosidad, desde la mismísima usina Disney. Libre acceso
y facilidad para mostrarlo (en Internet) incentivan a empezar. El resto será
buscar el rasgo que marque la diferencia e inaugure una marca registrada. Los
canales requieren sus servicios y llenan la grilla de flamantes criaturas: Mercano,
Kito, Hugo, Tepultepec, nombres que, desde hace un tiempo, se pronuncian en
castellano (¡o en quechua!). Y los animadores colocan a “sus chicos”
en MTV, Magic o Locomotion para que se vea el objeto del esfuerzo: el corto
propio.
Entre los pioneros, Juan Antín llevó su Mercano, el Marciano a
la pantalla de Much Music, y sorprendió con el dibujo animado de qualité:
la crónica del muñeco verde llegado de Marte para ver la Tierra
(Argentina y Buenos Aires, sobre todo) con ojos extrañados. Heredero
directo de los alienígenas de Marcianos al ataque, homenaje declarado
a las bestias de Tim Burton, Mercano fue el turista accidental que recorrió
los barrios para mirar la realidad argentina y sufrirla en carne propia: robos,
golpizas o viveza criolla sirvieron para editorializar y hablar de actualidad
hasta abrir la puerta a muchos otros. Llegó, después, el largometraje
independiente que conmovió a la industria del dibujo argentino con inusual
recaudación. Y fue la desmentida de un prejuicio anterior: el dibujo
local es de García Ferré, o si no se importa
De
lo nuestro lo peor
El nuevo dibujo hereda la maldad de Ren y Stimpy, o la mordacidad de Beavis
and Butthead, siempre en duplas y antihéroes, como se los ve recién
subidos a la red en la propuesta cibernética de Flash MTV. Es el paso
previo para que lleguen a la tele, como separador o corto, si funcionan bien
en Internet y acumulan votos. Los más queridos (Stressadito y relaxito
o El bonsai que quería crecer) nunca tienen el trazado ingenuo de los
dibujos para niños. Llega la incorrección del dibujo que adora
muertes violentas y consagra (como último grito del canal Locomotion)
al importado Quads, historia de cuadripléjicos viviendo en comunidad.
En esa misma línea, no tan extremos, los dibujos de Flash MTV proponen
muchos golpes, relaciones agresivas, muertes provisorias que nunca acaban con
la vida (con ecos de South Park, tal vez). Y así siguen los más
votados, con su arsenal de excesos controlados tratando de infiltrar el comentario
sobre lo local para sumar valor autóctono.
Pablo Felli impulsó hasta Much Music su corto Chico pobre, un retrato
de la miseria del “chico más pobre del mundo” que llega a devorarse
a sus amigos. “Yo no quiero contar la historia de una típica familia
estadounidense –dice Felli, que cerraría las puertas a Los Simpson–.
Yo quiero contar a la gente de acá. Ellos cuidan su industria; tenemos
que empezar a explotar más nuestro patrimonio.” El dibujo concientizado
retrata un último pedazo de tierra amenazado por el constructor de shoppings
y el de cadenas de comidas rápidas. Aquí, el “villano imperialista”
combate al autóctono venido a menos, y Felli asegura que nada de esto
es demodé. “Hay que seguir hablando de ciertas cosas”, sentencia.
Todos
somos artesanos
Quieren “hacerlo a su modo” para llegar a la usina industrial con
un sello de autor. Es el caso de los Hermanos Faivre, Florencia y Pablo, proveedores
de MTV, Nickelodeon y Fox Kids, con estudio propio y proyecto a largo alcance:
fusionar el programa de computación con el agregado de fotos y recortes,
como un collage para desarmar el air prolijo del dibujo cibernético.
“Lo mezclamos con técnicas manuales para que la compu sea una herramienta
más”, dice Florencia. El corto El manipulador de masas se llevó
un premio de MTV, encantó y fue parte de la programación frecuente
del canal. Hasta les cambió la profesión: de arquitectos con un
hobby (la animación) a ser responsables de uno de los principales estudios
del mercado. Y todo gracias al muñeco manipulador, síntesis de
un tipo de dibujo comprometido, que arengaba a la masa como líder político
hasta convertirla en metáfora nada sutil de la política. “La
gente –cuenta Florencia– se transforma en una masa aplastada y enrollada
hasta convertirse en un papel higiénico con el que El manipulador se
limpia el culo.”
Editorial político
El nuevo dibujo quiere transmitir algo importante, nada que ver con las corridas
o picadas o persecuciones de antaño, pura diversión pasatista
según el criterio de los autores con mensaje. Juan Antín, que
quiso contar la crisis argentina con Mercano, ahora vuelve a la carga con un
nuevo dibujo: Los Dioses de lata. “Vamos al pasado –dice Antín,
junto con el animador Ayar B– para indagar en distintas problemáticas:
globalización y conquista. Nos hacemos preguntas sobre lo que pasa, cómo
comenzó la invasión... Estaba en La Habana mirando el mar y pensé:
¿cómo empezó todo esto? El dibujo contará esa historia,
será una comedia divertida protagonizada por el indio Tepultepec, la
mirada puesta en el otro para ver a Colón como lo que fue: un mercenario
buscador de oro.” El animador filtra en los canales su revisionismo histórico.
O propone el retrato del argentino embrutecido, aguda crítica de lo que
dejaron los ‘90 de la mano de El Mono Mario, antes en Much Music y ahora
en busca de un canal. Gastón Pérez Carossio, su guionista, elevó
a la persona común (el Mono) al rango de superstar: su criatura nació
como un dibujo sólo para la red durante el boom de las puntocom, y se
convirtió en uno de los programas más pedidos de Much Music, vendido
al exterior y con negocio temático en las Galerías Jardín.
Sobre el tono excedido (que habría motivado su salida del canal juvenil
y que podría enloquecer a feministas o activistas gays), Pérez
Carossio tiene poco para decir: “Queremos generar un poquito de polémica,
pero no hay una ideología detrás de El Mono Mario. El personaje
puede querer que vuelva Menem, pero lo ponemos sólo por joder; no queremos
bajar línea; apenas dejar plasmado un retrato”.
Sueño
argentino
Para prosperar –saben bien– hay que innovar. Como hizo Juan Pablo
Zaramella, animador de plastilina, muy cercano a los chicos Pixar, conocedor
de la nueva clave en el 2004: que no parezca salido de la máquina. Cuando
todos confeccionan sus muñecos con el Flash, algunos piensan en armarlo
a mano y con paciencia, más tiempo y muchísimas tomas. El resultado
es alentador: acumulación de premios y venta del producto a los principales
canales, como separador o spot institucional. Con su corto El espejo tiene mil
caras propuso una experiencia novedosa: “Fue el primer proyecto interactivo
del canal Nickelodeon –dice–, que puso a elección de los chicos
de todo el mundo los story-boards de posibles episodios de la serie; los tres
favoritos fueron televisados en varios países”. También interactivo,
el flamante Kito pizza (por Magic Kids) es un dibujo que convoca a participar
desde el teléfono, usado como joystick. Fondito de montaña con
Kito peleando contra Giorgio consagraron al dibujo como uno delos más
vistos de Magic y afirmaron a Promofilm en el rubro de la animación.
Dice Lionel Diacovetzky, productor del dibujo: “También tiene una
ambición educativa: hacer que los chicos ejerciten los reflejos, la habilidad,
la coordinación”. Kito salta, pica al tope del rating y renueva
la pantalla. Y saltan también los animadores a novedoso estatuto: ascenso
repentino a profesional muy bien pago y con estudio de diseño propio,
en un vértigo parecido al de las puntocom o las agencias de publicidad
de los ‘80. El fin del amateur, el salto al manejo de cuentas: ¡un
sueño realizado!
La falsa transgresión
Los Simpson marcan aún
a quienes esquivan el porcentaje de influencia USA en el mapa de nuevos dibujos:
en todas las animaciones reseñadas se nota esa huella de inocencia irónica
para pintar a sus duplas o familias disfuncionales. Por algún motivo,
las duplas cotizan y mucho en el panorama local. Chicos, animales o bestias
de raza o condición dudosa conviven juntos en cofradía del tipo
Beavis and Butthead, con esa distancia cínica ante la vida, o la tele,
u otros dibujos. Pero a ninguno de estos chicos, los que están cambiando
las leyes del dibujo en la Argentina, se le escuchará un elogio dedicado
al flamante Quads, que acaba de estrenar el canal Locomotion: un extraño
experimento de dibujo sobre tullidos que se pasa de rosca, pero no en un sentido
moral. Quads rompió todas las fronteras: quiere ser el más grande
entre los dibujos para adultos, rupturista y transgresor para terminar con la
etiqueta “infantil”, pero genera apenas el comentario del animador
local: “Es exactamente lo que no hay que hacer”, dice Pablo Espel,
de Flash MTV.
Promocionado como el súmmum de la mordacidad, apenas consigue generar
rechazo físico ante su provocación inútil. Cinco cuadripléjicos
van a vivir a una mansión de las afueras, y lo que se ve es la gracia
de quién vio el filón para buscar la fama rápida. El guionista
echa a rodar cabezas parlantes, o ciegos erotómanos, o ¡hasta un
gay!, incluido entre los fenómenos. Pero Quads no convierte esa carga
de efecto inicial en una acción dramática: los deja allí
para la exhibición gratuita, como un catálogo de freaks, haciendo
chistes sobre la impotencia del paralítico, las formas de coger de la
cabeza parlante y el modo maricón del gay.
NOTAS DE PRODUCCION
Quién es quién
- Kito pizza. La epopeya
intergaláctica de un repartidor de pizza narrada en clave interactiva.
Produce Promofilm y se emite de lunes a viernes a las 12.
- Mercano el Marciano. Dibujo pionero entre la animación local para adultos.
Comenzó en Much Music y peregrinó por festivales hasta llegar
a ser largometraje. Produjo Juan Antín y se consigue en video.
- El manipulador de masas. Premiadísimo corto de MTV que comenzó
en un concurso y terminó como perlita difundida a toda hora por la programación
del canal. Lo produjeron los hermanos Faivre, y puede verse como repetición.
El mismo estilo collage podrá encontrarse en la campaña de imagen
de Nickelodeon y en los institucionales de Fox Kids. “Tenemos mucha demanda
de los canales”, asegura Florencia Faivre.
- El espejo tiene mil caras. Ejemplo de corto con plastilina de los que no abundan
en la producción local. Lo produjo Juan Pablo Zaramella y puede verse
en la dirección de Internet www.zaramella.com.ar junto a otros cortos
premiados en festivales internacionales como Día de reyes y El guante.
- Stressadito y relaxito, El bonsai, y otros. Amplia galería de cortos
animados que puede encontrarse en la opción flash de la página
de MTV Latino (www.mtvla.com). Es el modo más directo y sencillo de mostrar
una primera producción al público y, si resulta muy votado, puede
incluso llegar a la programación del canal.
- El Mono Mario. El más zafado de los dibujos, bastante machista y misógino
por cierto. Un éxito de Much Music que ahora busca pantalla. Se consigue
en videos en el local de El Mono Mario, en Galerías Jardín.
EL PROYECTO “PATORUZITO”
En serie
Confesiones del animador
burócrata (que pidió que se mencione sólo su nombre de
pila). Damián G. trabaja en Patagonik Group para dar cuerpo y carnadura
al huracán que se vendrá en las vacaciones de invierno: el largometraje
Patoruzito, situado en el opuesto perfecto del panorama indie descripto en esta
nota. Producción en serie, turnos de ocho horas, intercambio de manos
para un mismo personaje, dibujo con molde y pre-guionado que apenas les exige
trazo prolijo y pulso firme para que la continuidad nunca falle.”Tengo
que reproducir exactamente la figura tal como la dejé ayer. La continuidad
es lo más importante. Creatividad: cero. Acá todo está
pre-guionado por un equipo de expertos, el trabajo está subdividido por
áreas, a nosotros nos piden apenas que representemos en el papel lo que
ya viene pautado. Aquí no hay libertad de expresión: es apenas
una línea de trabajo que nos divide para bocetar, pintar, dibujar y animar.
Para hacer otra cosa, tenés que estar fuera de una gran empresa.”
Monólogo final. “Comercial versus integrado? En el dibujo animado
está clarísima esa diferencia. Si otras disciplinas fueron integrando
la experimentación (la publicidad, el diseño) y replegaron a sus
alternativos, o directamente los capturaron, en animación todavía
habrá que caminar mucho. Una gran empresa (Patagonik, García Ferré)
sólo apuesta al dibujo clásico, animación para todo target,
de narración simple y ninguna dificultad de comprensión. El máximo
riesgo que corren es apostar a los mitos literarios (Manuelita, Patoruzito...).
En la Argentina, estamos a años luz de la experiencia Pixar.”
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