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Todo empezó con un chiste. “A veces sueño con volver a juntarme con los Pixies a tocar en una sala de ensayo”, aseguró Frank Black en una radio de los Estados Unidos a fines del año pasado. Un poco antes de esa entrevista, Kim Deal –que estaba por visitar Buenos Aires con The Breeders– le había dicho al No sobre la (en ese entonces) utópica reunión: “Creo que todos estamos muy ocupados”. Y confirmó que los problemas entre ella y Black “parecían” haber sido la causa del final del grupo en 1992. Por eso es que ninguno de los dos imaginó que una broma radial iba a devenir en un presente que los encuentra otra vez juntos, en una de las giras más calientes de la temporada rocker del primer mundo. Es que la influencia de la banda no disminuyó tras la separación: Nirvana, Radiohead y Weezer son algunos de los que admitieron públicamente cuánto les debían. Este sábado estarán bien cerca de la Argentina: en Curitiba, Brasil, como cabeza de cartel del Pop Festival que se realiza todos los años en el estado de Paraná. Desde Buenos Aires, hubo algunos intentos para traerlos: incluso Daniel Grinbank pidió autorización municipal para producir un show en la cancha de Argentinos Juniors, pero no prosperó. Otra vez ¿será?
“Le hice un chiste a alguien y la broma se tornó seria”, explicó Black en una conferencia de prensa el sábado pasado, durante el Coachella Festival, en el único encuentro de los Pixies con los medios hasta el momento. “Todo el mundo empezó a preguntarnos cuándo íbamos a reunirnos, así que pensamos ‘Bueno, si todos piensan que deberíamos hacerlo es porque deberíamos hacerlo’.” Black y Deal se encontraron en una sala con el guitarrista Joey Santiago y el baterista David Lovering, y las viejas rivalidades quedaron de lado. Y entonces llegó el anuncio oficial de la gira, que comenzó el martes 13 de abril en Minneapolis y que tiene fechas programadas hasta diciembre.
Aunque la fama de los Pixies fue mayor en el Reino Unido que en su tierra natal, donde sólo uno de sus discos llegó al oro, las entradas para cada show de la banda se agotan (literalmente) en quince minutos. El sello 4AD, que publicó todos los álbumes del cuarteto, acaba de lanzar un Best of..., y un DVD con un concierto de 1988, más videoclips, escenas de las giras y un documental con la historia del grupo. Pero hay más. La empresa Disclive puso en práctica un novedoso método de grabación en vivo: apenas termina un show, el afortunado que lo encargó antes se lleva un CD doble ¡con el concierto que acaba de ver! Los que no pudieron asistir deberán esperar unos días hasta que le lleguen sus discos, pero por 25 dólares tendrán este objeto de colección. En el sitio de remates online Ebay ya hay algunos que cotizan siete veces más que el precio original.
Varias de esas grabaciones se filtraron a través de Internet. Allí se nota que los Pixies suenan como en su mejor momento, en la gira posterior a Doolitle. De hecho, apenas tocan alguna canción de sus dos trabajos posteriores, Bossanova (“Velouria”) y Trompe Le Monde (“Subbacultcha”). Hay varios grandes momentos en estos shows, como la versión lenta o “UK Surf” de “Where is my mind?”, “Gigantic”, “Monkey Gone to Heaven”, “Tame” (donde los alaridos de Black ponen la piel de gallina, igual que en “Something against you”) y “Vamos” (con Santiago ejecutando un solo con un palillo de la batería). El refrán dice que las segundas partes nunca fueron buenas y la mayoría de las reuniones de las bandas de rock lo confirman: no hay más que pensar en los pasos en falso de los Sex Pistols y The Velvet Underground. En el caso de los Pixies, habrá que empezar a considerar lo contrario.