Jue 13.05.2004
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LA DISPUTA LEGAL POR EL NOMBRE “REY CANIBAL”

Batalla de bandas

Unos tocan rock and roll, los otros hip hop suburbano. Poco tienen en común, salvo un nombre que “compartieron” casi tres años. Pasado el tiempo de la negociación, llegó el momento de la vía judicial. En eso están.

› Por Cristian Vitale

¿Qué tienen que ver entre sí un grupo con reminiscencias clásicas, reconocidas en Led Zeppelin y Rolling Stones, con otro cuyo hip hop suburbano y corrosivo los emparienta con Eminem, Control Machete y Pablo Lezcano? ¿Qué los hermana si unos son de clase media, un poco entrados en años y viven en Caballito, Boedo o Parque Chacabuco; y otros son jóvenes habitantes de Ciudad Evita que se hicieron rapeando en las calles y escuchando cumbia villera? Nada en principio. Sin embargo, las dos bandas compartieron un mismo nombre (Rey Caníbal) durante ¡3 años! Cuando unos, los de Caballito, se enteraron de que otros, los de Ciudad Evita, tenían el mismo nombre, estalló una guerra judicial que terminó en una “demanda penal y federal” por parte de los de Caballito. “Todo se podría haber solucionado rápido si hubiésemos llegado a un acuerdo cuando los llamé por teléfono”, explica Hernán Labollita, cantante del Rey Caníbal original, los zeppelinianos porteños. “Un día abrí el diario para saber si había salido la fecha que estábamos publicitando y me encontré con que tocábamos en otro lado –cuenta irónicamente–. Tardé en reaccionar y después me interioricé. Los llamé y me dijeron que nos conocían, pero que estaban al margen de la ley y me preguntaron si yo me creía el único Rey Caníbal. Ante esa situación... no hubo diálogo posible”, resume Hernán, justificando la acción judicial iniciada poco después.
La historia se desarrolló más o menos así: los “legalistas” habían patentado el nombre en el INPI en 1997. El primer paso fue enviar cartas documento, pero parece que los de Ciudad Evita mantuvieron su postura. “No las tomaron en serio y por eso se inició una acción penal, federal (en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3 de Comodoro Py). Marcelo y Hernán (los Labollita brothers) son querellantes y particularmente damnificados. Hay un reclamo patrimonial en marcha y estamos en una instancia de investigación. Tenemos las oposiciones que hicimos en el registro de marcas y las cartas documento no contestadas, entre otros elementos”, explica Sandra Balzano, abogada de los originales. Ante el avance, entonces, los de Ciudad Evita tuvieron que ir cediendo posiciones. Primero introdujeron puntitos sobre la íes (R.E.Y.) y suplantaron la C por una K, pero los demandantes insistieron con el reclamo porque fonéticamente, sobre todo para la difusión en radio, sonaba igual. “¿Qué pasa si yo salgo con un diario llamado Pájina 12... El diario me destroza”, grafica Hernán. Mariano Costa, desde la otra vereda, responde. “Nos habíamos registrado como Rico el Yuyo Kaníbal, pero ellos nos pusieron dos oposiciones al nombre y el INPI no nos daba el alta hasta que no sacaran las oposiciones por similitud. Hablamos con ellos –en una reunión cara a cara, y con abogados de por medio–, pero no quisieron sacar la oposición... Por eso decidimos renunciar al nombre (R.E.Y. Kaníbal) y llamarnos Ciudavitecos, como nuestro primer disco.”
En efecto, en la web oficial de los ex figura entre las novedades del grupo el cambio de nombre. Sin embargo, sus contrincantes alegan que siguen apareciendo como R.E.Y. Kaníbal y presentan como prueba una mención del grupo que salió en la edición de Rolling Stone de marzo. “Es algo totalmente anárquico, un perjuicio económico por el uso de la marca. En todo este tiempo se cruzaron las fechas, los avisos, los fans de ellos venían a vernos a nosotros y viceversa. Creo que nos terminó perjudicando a ambos”, denuncia Marcelo Labollita, guitarrista. “La música es una pasión, pero también un compromiso”, agrega su hermano.
Al día de hoy, el pleito se mantiene en pie. Los de Caballito insisten con que siguen apareciendo con el nombre anterior “pese a las intenciones” y los de Ciudad Evita aseguran que el cambio de nombre ya está oficializado. “Lo hicimos para llegar a un acuerdo y que nos saquen la demanda, pero ellos quieren dinero y nosotros no contamos con la sumaexagerada que pretenden... Está todo en manos de la Justicia. Veremos cómo termina esta historia”, concluye Mariano, ahora ciudaviteco.

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