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El cartel que está en la entrada de los locales de Tower Records es elocuente: “Antonito... Nosotros también estamos muy calientes. Por eso, no vendemos música de Shakira”. ¿A ver? Serrat Joan Manuel, Shake, plin-plin-plin, Solís Marco Antonio, Son By Four... Es cierto, al menos desde la semana pasada, las bateas de “Latinos” de los cinco locales Tower en la Argentina saltean a la chica colombiana. ¿Jugada de un nuevo tipo de marketing, el políticamente correcto en tiempos de cacerolazos? Los vendedores del local de Florida le contaron al No que desde que comenzó la veda sólo unas pocas personas se acercaron hasta el mostrador a pedir discos de Shakira: “Gringos, más que nada; turistas yanquis. Y alguno que otro argentino descolgado que no leyó el cartel o se cree que es una joda”. Sin embargo, la decisión tiene sus fundamentos. La iniciativa –que se retuerce cual carnaval de escalofríos entre el marketing, la censura, y la corrección y la incorrección política– fue concebida por el presidente de Tower Records Argentina, Pablo Di Paola, según aseguró a este suplemento un integrante del departamento de marketing de la compañía. “Nos ponemos del lado de la gente ante la actitud circense y excesiva de Antonito de la Rúa. El clip de Shakira en el que aparece a los revolcones dio bronca, molestó. Y aunque la medida nos perjudique económicamente, nos pareció correcto hacerlo.” Lo cierto es que también desaparecieron de las bateas de Tower los discos de Shakira anteriores a la era Antonito, como el Unplugged, Pies descalzos y ¿Dónde están los ladrones? La noticia no fue recibida con demasiada alegría en Sony Music, la compañía discográfica de Shakira, aunque mantiene un riguroso “no hay comentarios oficiales”. Probablemente en términos totales de venta, la veda de Tower no afecte demasiado a nadie: el último álbum de Shakira, Servicio de lavandería, que apareció en noviembre del 2001, lleva vendidas en la Argentina unas 80 mil copias, y es probable que Tower no haya sido precisamente una boca de salida decisiva para llegar a esa cifra. Igualmente, hasta esta “medida de repudio” el disco estaba entre los 25 más vendidos de su ranking.