LA CONEXION DON ADAMS-BARBARA FELDON
86-99-04
› Por Javier Aguirre
En la vida de muchas bandas de rock, ¿la televisión resulta una influencia mayor que la música propiamente dicha? Una posible respuesta es que la serie El Superagente 86 se consagró, doblemente, como musa rockera (algo que no tantos músicos han conseguido). Sin más conexión que pertenecer a una misma generación, dos bandas tomaron los nombres de los protagonistas de la serie: Don Adams, el payasesco 86; y Barbara Feldon, la cuellilarga 99. “Don suena a ‘señor’, como cuando decís ‘Don Carlos’”, apunta Frankie Langdon, cantante de Don Adams, banda con look y logotipo cuidadísimos que remite a Jet y los Strokes. Sin embargo, el joven prefiere “la comparación con artistas no contemporáneos” y propone a los Small Faces. “Hacemos rock que ya se hizo en los ‘70, pero atravesado por los dorados ‘80”, agrega la voz de una banda con sólo un año de vida, que sin embargo tocará en el Quilmes Rock y ya tiene su álbum debut (Don Adams) grabado en Circo Beat, con invitados como Sarcófago y Fabián Quintiero, de Ratones Paranoicos. “No hubo una sola remera noventosa durante las grabaciones”, jura Frankie. “Formar una banda llamada Barbara Feldon estaba decidido desde que yo tenía quince años, cuando me enamoré de ella”, confiesa Pablo De Caro, voz del grupo que se asume rehén de cierta esquizofrenia entre el retro-rock, la psicodelia y el power-pop. Su inminente debut oficial, Asustado (al que precedió el CD-R Uno, en el 2002), tendrá el eje en una enfermedad llamada “epilepsia del sueño”, que varios integrantes de la banda aseguran sufrir. “Me hice estudios y todo”, cuenta Pablo, historia clínica en mano. “Es estar dormido con los ojos abiertos y ver lo que pasa alrededor aunque estés durmiendo. Se parece bastante al surrealismo, ¿no?”, aventura.
Don Adams y Barbara Feldon, las bandas, no se conocen, salvo por referencias de terceros (“una chica me dijo que ellos usan el pelo más corto que nosotros”, dice Frankie; “quizá toquemos juntos cuando surja una banda que se llame Sigfrido”, sugiere Pablo). Pero comparten el temor por el llamado efecto Victoria Abril/Victoria Mil, o Charlie Brown/Charlie 3: es decir, que aparezca algún abogado de mister Adams o miss Feldon, y exija dólares o cambio de nombre. “Me toco el huevo izquierdo”, grafica, táctil, Pablo. “Sería un bajón terminar siendo Barbara Pheldon.” “Tenemos un amigo que conocía a una hija de Don Adams”, revela, bien vinculado, Frankie. “Parece que el tipo, que ya tiene 78 años, es buena onda, pero al final el contacto medio que se perdió.” Por las dudas, no se olviden de Edward Platt. Es el jefe.