Jue 25.11.2004
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LA BERSUIT EN MENDOZA, CON CALAMARO Y PARA LAS CAMARAS

Nuevas costumbres argentinas

Cerraron la gira de La argentinidad al palo en una cancha de fútbol frente a 15 mil personas, con un invitado (no tan) inesperado y para grabar un DVD. Todo lo que pasó antes, durante y después, en esta crónica de cinco instantáneas al palo.

POR LEONARDO OLIVA
Desde Mendoza

La industria Bersuit Vergarabat se pone multimedia. Ya produjo varios discos de estudio –el último doble, La argentinidad al palo–, uno en vivo y cientos de conciertos a lo largo y ancho del país (y de América). En esos 15 años de vida multiplicó proporcionalmente ventas de álbumes y de tickets para sus shows, un crecimiento apoyado en tres factores: la madurez y evolución de la banda, el padrinazgo de una discográfica multinacional y, casualidad o no, la crisis social post-diciembre del 2001, que le vino como anillo al dedo a su discurso beligerante e hizo realidad varias de las profecías de sus letras. En esta actualidad entre exitosa y desbordante para la banda –según lo evidencia en cada declaración el frontman Gustavo Cordera– aterriza el show que la Bersuit dio en Mendoza el sábado pasado. Un show hecho y derecho para un fin último: la grabación y posterior edición de un DVD. La excusa: el cierre de la gira de presentación en el país de La argentinidad al palo. El lugar: Mendoza y un estadio de fútbol, otro acontecimiento inédito para el grupo. El invitado estelar: Andrés Calamaro, “el padrino” de la Bersuit, como lo presentó Cordera en el recital. El resultado: más de 15 mil personas y una prolijidad y profesionalismo que a veces conspiró contra la espontaneidad y el desparpajo que la banda patentó.
Track 1: Decálogo del buen psicópata. Un día antes, con todo el recurso humano ya instalado en la provincia, se puso en escena la obligada conferencia de prensa con transmisión en vivo para el noticiero local de más audiencia (el del Canal 9). Allí, el Pelado Cordera disparó declaraciones entre jocosas y filosas, de las que se destacó un curioso elogio a la idiosincrasia mendocina: “Esta es la tierra de los psicópatas por excelencia. Si vas por cualquier parte del mundo y ves a alguien que se las rebusca muy bien, que hace cosas artísticas que deslumbran, que se las arregla para conseguir un trabajo, para comer, que son simpáticos, es mendocino”. En esa categoría incluyó también a rosarinos y marplatenses, “una tríada exportable”, parte de esa argentinidad conceptual que la banda intenta analizar en su último disco. Nadie entendió muy bien los conceptos entre improvisados y estudiados del cantante, pero lo cierto es que rindieron sus frutos: sirvieron para titular la entrevista publicada el día del show en el tradicional diario Los Andes. La confusión siguió, pero instantes antes del recital Pepe Céspedes aclaró al No: “En el diario salió así y parece agresivo, pero en realidad es en el lenguaje nuestro, de acuerdo a lo que nosotros creemos que es un psicópata”. Y enumeraron: “El psicópata habla mal de sí mismo en tercera persona; se asocia a otro psicópata para lograr un reto mayor; el psicópata no va a la montaña, la montaña viene de él (?); sabe procurarse lo necesario para seguir sobreviviendo de maneras elegantes; es un gran actor, un buen jugador; cinturea bien; toma el rechazo con buena onda; se considera bienvenido a todas las fiestas y es un deber de parte de los presentes honrarlo y homenajearlo”.
Track 2: La bebida, el fuego y las mujeres. Once cámaras dispuestas estratégicamente en el estadio del club Independiente Rivadavia, en el límite Este del paradigmático Parque San Martín, documentaron cada instante de la performance de la Bersuit. Y algunas más, que empuñaron los músicos y colaboradores, los siguieron por las calles de la ciudad “para recolectar anécdotas”, según Cordera. En la noche del viernes, luego de la prueba de sonido, llegó el asado en el mismísimo campo del estadio y ya con la presencia del “padrino”. De sobremesa y de madrugada, cuando ya había corrido el suficiente vino de la casa, apareció Adriana Varela para agradecer las flores que tanto el Pelado como el Salmón le enviaron para su concierto de esa misma noche en un céntrico teatro mendocino. La ocasión, la alegría del reencuentro y, por qué no, el etílico brebaje, lesacaron a Calamaro la promesa de un próximo disco de tangos. ¿Simple, triple, quíntuple? Nada, sólo una expresión de deseos.
Track 3: Argentina en Mendoza. El pasado fin de semana, Mendoza fue un verdadero congreso de artistas: además de Cordera y lo suyos, Calamaro y la Varela –que al revés que la Bersuit eligió la provincia para abrir su gira nacional–, andaban por allí los Catupecu Machu, de boliche en boliche, y el resucitado Palito Ortega (?) llenando el Gran Rex, el más grande coliseo de la ciudad. Sin embargo, la mayor convocatoria de ese sábado (unas 30 mil almas) estuvo en el estadio mundialista Malvinas Argentinas, con un clásico festival cuartetero llamado “Videlazo”, por el apellido de su organizador, un famoso locutor y empresario de la bailanta mendocina. El cartel: el Chaqueño Palavecino, Jean Carlos y Trulalá, entre una veintena de números. Nacional y popular, aunque poca prensa y pocas cámaras tuvo este otro polo de argentinidad bien al palo.
Track 4: Te invito a mi camarín. Once camiones trasladaron la estructura del gigantesco escenario. Y allí estaban estacionados frente a la zona de camarines, repleta de personal de la organización y de la banda. Mucho nervio, algunas corridas y todo aceitado. Calamaro: de remera ilustrada con la bandera argentina y pantalón largo al tono. Se lo vio mejor que años ha, más rellenito y con algunas canas, el pelo más corto, con pose de turista y a los abrazos con el Pelado. Ninguno de los dos quiso hablar y así se lo hicieron saber a los periodistas un par de custodios ante cada arremetida mediática.
Track 5: Bienvenidos al disco. Un escenario monumental, dos lienzos acorde con esas dimensiones, reproduciendo una entrepierna bien argentina y, a los extremos, dos pantallas digitales de última generación donde se pudo ver material de archivo de la banda en estudios, un video de las inundaciones en Santa Fe y todo el crudo en vivo del recital que integrará el DVD. Además, dos pasarelas laterales y una central hacia el público, para las frenéticas corridas de los músicos. Así se armó la escenografía especial para el último show de Bersuit del 2004. ¿Qué se verá en el DVD, de acuerdo con lo visto el sábado? Mucho calor del público (con desmayos incluidos), mucha arenga de Cordera, mucha coreografía de los músicos, mucho cachondeo con cuatro bailarinas, muchos hits ya clásicos y mucha Argentinidad al palo, el disco. La perla: Calamaro al piano con La libertad y Estadio Azteca y a dúo con Cordera en Mi caramelo, en una especie de living armado en la pasarela central. En el cierre, los bises y una decena de chicas del público que respondieron al desafío del Pelado y pelaron remeras y corpiños danzando al ritmo de Hociquito de ratón. ¿Será, quizá, la tapa del DVD?.

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