POR YUMBER VERA ROJAS

De tanto en tanto, Francia vive su mayo. Sensualidad, tenuidad o carácter se escudan tras cada sublevación. Sin opción a reponerse, en los ‘90 dos sediciones golpearon desde Estrasburgo a Rennes y de Lille a Montpellier. La primera de ellas, la del hip hop, contó entre sus especies con los ingredientes del suburbio multirracial. La segunda rinde loa al descaro de Laurent Garnier, uno de los cultivadores del house estadounidense en la Inglaterra de Madchester. El disco Homework de Daft Punk inició la desbandada del french touch, a la que progresivamente se fueron alistando Air, Cassius, Stardust, Bob Sinclar y Kojak. Château Flight es una consecuencia sobre todo de la segunda, pero, indudablemente, no puede desprenderse de la primera. Situación compleja la de estos dos parisinos con historias y trayectoria, en un primer tanteo, disímiles.
Nicolás Chaix (alias I:Cube) es una de las flamantes sensaciones del house francés, mientras que Gilbert Cohen (alias Gilb’r) contraataca espasmódicamente con dosis de cadencia afroamericana. Pese a sus distintos gustos y a las diferencias de edad, encontraron en la camaradería el meollo del Château Flight, su laboratorio sonoro. Apunta Gilbert: “Esta es la conjunción de dos mentes apasionadas y enfermas: una que se deja llevar y amodorrar en su estudio por el producto que al final de cuentas es la música, y la otra que es el DJ que los sábados alboroza a la gente insatisfecha durante la semana”. El remix de Le soleil est pres de moi de Air, en 1996, marca el punto de partida de la trayectoria en conjunto de la dupla. “Si estuviéramos en campaña electoral, te diría que somos los mejores. No usamos máscaras como los Daft Punk, no somos mellizos como Les Clones y no venimos de Versalles como Air. Somos dos personas muy distintas, con toda la singularidad que esto supone.”
Pese a que los enlaza el Château Flight y su incorporación en el catálogo del sello Versatile Records, productor y DJ ostentan por separado una importante trayectoria dentro de la electrónica francesa. Gilbert, además de participar en la fundación de la estación Radio Nova en su rol de programador, es uno de los pioneros del drum’n’bass en Francia. No obstante, lidió contra el aparato propagandístico del french touch y sobrevivió para contarlo. “Todas las sociedades están en la búsqueda de su propia personalidad. Es algo inherente en nosotros. Así que en Francia me siento bien. Que el house y esa electrónica minimalista hayan sido conocidos fuera del país por sobre otras cadencias, no creo que represente tanto lo que somos nosotros. Cada uno vive su propio mundo. Pienso que los mejores artistas son los más elásticos.” Como Château Flight, figuran sus remixes a Stardust, Femi Kuti, Manu Dibango, Bebel Gilberto, Serge Gainsbourg y Cesaria Evora. Ahora vienen a Buenos Aires para presentar sus dos discos: Puzzle (2000) y The Meal (2004). Esta noche, durante la sesión del Club 69 –acompañados por el uruguayo Supervielle, la Pequeña Orquesta Reincidentes, Romina Cohn, Nico Cota y Sebastián Zuker–, la dupla promete sorprender con cosas propias y ajenas, todas buenas.