LA DELICIOSA DECADENCIA DE KARINA VAN RON
Plumitas y terciopelo
› Por Cristian Vitale
Aunque parezca, el nombre del segundo disco de la yanqui-argentina Karina Van Ron, Delicias decadentes, no está asociado a la impronta dark-pop de su pareja Richard Coleman sino a una extraña cruza entre fiestas de los años ‘30 y la peligrosa dulzura del chocolate, según confiesa la cantante: “Generamos una onda tipo años ‘30, imaginando todo lo que una fiesta de aquellos años podía tener de delicioso y decadente. También es como esos bombones que querés comer y no podés... Igual, creo que hay que comérselos, porque, ¿qué sabés si mañana te morís? Nadie tiene la vida comprada, por eso hay que posibilitarse estas delicias”. Con lo que sí tuvo que ver Coleman fue con la idea original del disco, la mezcla, la guitarra y la producción. Según Karina, fue la primera vez que nació de él hacer algo juntos, cosa muy positiva porque “las cosas salen mejor cuando te las propone otro”. Delicias... es un fino trabajo cancionero con plantel de altura: Fernando Samalea, Ricky Sáenz Paz y Rezaen, una vecina de Van Ron en Los Angeles, hija de etíopes y fan de Aterciopelados, que rapea en una de las mejores canciones del disco. “Un día entró a casas mientras ensayábamos Suicide, lo agarró a Richard y le imploró rapear arriba del tema, aunque ni siquiera habíamos hecho demos de las voces. Quedamos en que lo íbamos a grabar hasta que un día me tocó el timbre, entró con una botella de gin y la letra escrita a mano, y me dijo: ‘Ahora, es ahora’. E hizo dos tomas increíbles”, recuerda Karina. La pequeña historia musical-solista de Van Ron –nacida en Nueva York, pero de padres argentinos– empezó cuando grabó Medicate me hace dos años. “Aquel disco era más crudo, pasaba de un clima a otro raudamente, de un metal pesado a una baladita en castellano”, explica. “Este es más visceral, emocional y vulnerable. Creo que está más definido, se nota mejor la melancolía cool, de plumitas y terciopelo, que me identifica tanto como Los Beatles, Bowie, Velvet Underground o los New York Dolls.”