Jueves, 6 de enero de 2005 | Hoy
MUSICOS, MANAGERS Y PRODUCTORES DEBATEN EL FUTURO
Después del incendio en el show de Callejeros, donde murieron 185 personas, el mundo rockero debate su lugar y reparte responsabilidades. Músicos, managers y productores se solidarizan con las víctimas y se preguntan si, con la tragedia, se acabó una manera cavernícola de hacer que la música se convierta en “espectáculo”.
Opiniones de:
Killing (manager de Divididos)
Daniel Grinbank
Marcelo Corvalán (Carajo)
Hernán (Arbol)
Pablo Valente (periodista, organizador del Oeste Rock)
Eduardo Sempé (manager de La Covacha)
Ricardo Tapia (La Mississippi)
Cristian Aldana, María Fernanda Aldana, Raymundo Fajardo (El Otro Yo) y Coco Rodríguez (manager)
Niño (bajista de Los Violadores)
Juan C. Tordó (La Mississippi)
Sergio Rotman (Mimi Maura)
Leo (Nonpalidece)
Vitico (Viticus)
Axel (Santos Inocentes)
MAD (July, Diego, Plato, Tomy, Nico, sonidista, asistentes y manager)
Eppurse Muove
Anteojo (Loquero)
Andrea Alvarez
Andrés Giménez (A.N.I.M.A.L.)
Martín Carrizo (A.N.I.M.A.L.)
Goy Ogalde (Karamelo Santo)
Fernando Samalea
Flavio Cianciarulo
Miguel Botafogo
El Bordo
Toti (Jóvenes Pordioseros)
Blues Motel
Patricia (She Devils)
Ale Sergi (Miranda!)
Miguel Cantilo
Los Tipitos
Killing (manager de Divididos)
Dentro del dolor es muy difícil sacar conclusiones, pero no hay dudas de que se podía prever. Había pasado algo parecido con La 25 y el cantante apagó el fuego con un matafuegos, y también con Jóvenes Pordioseros. Va a parecer que hago leña del árbol caído, pero tuve tres reuniones con Chabán este año para hacer shows de Divididos en Cromañón y al final no hice nada porque él no quería ni pagar una ambulancia. En El Teatro, que tiene capacidad para 2 mil personas, ponen 60 encargados de seguridad. Y Omar me proponía poner 17 en un lugar en el que entraban 4 mil. Pero además hay que tener cuidado porque ya aparecieron un montón de paracaidistas a hacer algo de lo que no tienen idea, porque no conocen los códigos ni la forma de manejarse. No se fijan en la tensión, en el seguro, en el escenario, ni en los baños. Solo se preocupan por la capacidad y la barra.
En la Argentina hay gente que ha hecho las cosas muy bien y todos lo sabemos. La Renga metió 50 lucas en Huracán sin un solo problema, las nueve noches del Quilmes Rock fueron un ejemplo. Pero hay chicos que empiezan a llevar mil personas y no se fijan en nada, tocan en cualquier lugar. Aquí hay un rock que se hace muy profesionalmente y otro que se hace sin conciencia. Los pibes tienen que tomar conciencia, los managers y los que tocan, porque no tienen idea de lo que están manejando. Tienen que hacerse cargo de las condiciones en las que tocan, no sólo de la fiesta. Se sabe que hay bandas que meten las bengalas en el flete, para hacerles el aguante a los que están abajo. A nosotros nos ha llevado años, pero aprendimos y tratamos de hacer las cosas bien. La única desgracia que tuvimos fue la de Buenos Aires Vivo (donde murieron dos chicos electrocutados), pero la organización era del Gobierno de la Ciudad.
Lo que se conoce como rock chabón está más centrado en lo que hace el público que en lo que hace el músico arriba del escenario. Pero el mea culpa tiene que ser de todos. Hay revistas que van a un show y hablan del nivel de pogo y de bengalas. ¿Y lo artístico, loco? Está todo muy raro. El rock chabón se parece cada vez más al fútbol y se pierde la verdadera fiesta, que es la que propone el músico. Hay un montón de bandas con las que la fiesta pasa por lo de abajo, porque arriba tienen poco para ofrecer. No sé, me parece que todo esto es para analizar largo y tendido, pero qué vamos a analizar ahora si hay chicos que todavía no aparecieron...
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Daniel Grinbank
Para el espectáculo en la Argentina, esto es como un 11 de septiembre, y hay que actuar en consecuencia. Más allá del horror y de no poder salir todavía del estupor de este lamentable suceso, creo que es la fisura de un montón de factores que hicieron eclosión. La irresponsabilidad de empresarios que no tienen una idoneidad profesional para hacer cierto tipo de espectáculos masivos, con varias decenas de personas en juego, debe ser juzgada, y deben tomarse medidas serias. Esperemos ahora que, a un precio carísimo por la muerte de tanta gente y heridos, los que tienen el poder realicen un profundo replanteo, para evitar los excesos por todos lados. Con respecto a Omar Chabán, lo conozco mucho y es difícil definirlo. No quiero hacer leña del árbol caído, pero creo que es un inconsciente desde hace veinte años, desde Cemento. A su vez hizo cosas por la cultura, al apostar a la apertura de lugares que no existían. Pero la organización de espectáculos requiere de un profesionalismo que él no tuvo nunca.
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Marcelo Corvalán (Carajo)
Un mes atrás, mi mujer, mi nena de tres años y yo habíamos estado en Cromañón presentando el disco de Carajo, pero al toque vi la diferencia entre un show de Callejeros y el nuestro, porque en nuestros conciertos no es habitual esto de las bengalas. Ese día habrán prendido dos, pero fallaban y no duraron demasiado. Aparte, la gente que nos sigue no es de hacer esas cosas que son más propias del denominado rock chabón o barrial. Lo único que puedo decir es que, como dijo Bersuit, la argentinidad al palo se deja ver por donde miremos: en el rock, en los bolicheros, en la muni, en el gobierno, etcétera. Todos tenemos la culpa, los que van a protestar hoy son los que prendieron bengalas ayer (¡¡porque no me digan que son tres los culpables!!). Chabán porque huyó... Ibarra porque aceptó sus cometas antes de hacer su trabajo, y así todo.
Como artista me sirve sobremanera este ejemplo, totalmente indeseable y lamentablemente injusto, pero un ejemplo de que nos tenemos que dejar de joder y despabilar. Nosotros, como banda, tratamos de dar lo mejor siempre y eso incluye la manera en que nos dirigimos a ellos, tratamos de reeducarlos un poco, aprovechando que nos ponen la oreja y el corazón, y darles algo bueno para su alma. Esto a veces nos pone en una actitud contraria a lo que el público espera, pero es el precio que tiene no quedarse en lo cómodo. El rock tiene que ser un medio para despabilar, no para anestesiar, y en eso las bandas somos responsables. Ojalá que Dios tenga en su gloria a esas almas inocentes y ponga un manto de paz sobre sus familias.
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Hernán (Arbol)
No tengo más que una enorme sensación de tristeza. Lloraba mientras leía las noticias, y recién después tuve tiempo de pensar y nada... Estaría bueno cuidarnos y cuidar los espacios (en este caso, un recital). Es algo nuestro y podemos echarle la culpa al gobierno o a Chabán si queremos, pero sería medio infantil no hacernos cargo de nada nosotros. Lo digo como músico y como fan. Me parece idiota prender una bengala en un lugar cerrado, lleno de gente, con todo el peligro que eso implica. Pero tengo que reconocer que, hace una semana, las bengalas y los 3 tiros me parecían algo que estaba bueno dentro de un recital. Que implicaba una onda del público y estaba todo bien. Hasta que nos tuvimos que dar cuenta de la peor manera de que en realidad era una idiotez y un error muy grave.
Primero está cuidarnos, que nadie salga lastimado en un recital. A mí me pone como el orto cuando pasa algo. Por suerte nunca lamentamos nada grave en un recital de mi banda, pero que esto podía pasarle a cualquiera no hay nadie que pueda dudarlo. No quiero ni imaginarme haber estado en ese lugar y sé que no estuve ahí porque el destino lo quiso. Que si las puertas de emergencia funcionaban, si había menos gente en el boliche yun montón de cosas más –que le podemos atribuir a la fatalidad– no se hubieran dado, la tragedia hubiera sido menor, no hay duda. Pero todo esto da para pensar que no nos estamos cuidando lo suficiente. Después de que este momento de tanto dolor pase, va a ser el momento de aprender y sacar conclusiones, disfrutar el doble de las cosas y de la vida, y sobre todo cuidarla.
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Pablo Valente (periodista, organizador del Oeste Rock)
Soy el responsable del Oeste Rock y, la noche anterior al festival, la Municipalidad de Ituzaingó clausuró el club por el mismo motivo de Cromañón: no tenía matafuegos y la puerta de seguridad estaba cerrada. Tampoco tenía mangueras para apagar algún incendio. Cuando hablé con las bandas dijimos que las cosas por algo pasaban y que no queríamos imaginarqué podía pasar si se prendía una bengala y se quemaba alguien. A veces es preferible terminar perdiendo plata a que pase una desgracia.
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Eduardo Sempé (manager de La Covacha)
No es necesario preocuparse y mucho menos relajarse pensando que pudimos ser nosotros o tal vez “algún conocido”. La verdad es que no importa, porque en cierta forma sí fuimos nosotros. En una desgracia de esta magnitud no hay callejeros, covacheros o piojosos, ni siquiera rockeros o cumbieros, ni radicales ni peronistas, ni de izquierda o derecha. Esto es sin dudas un durísimo golpe al corazón, uno de esos que sin distinción saca a la superficie la calidad humana de cada uno y nos pega en el pecho casi como un trompazo demoledor, de esos que seguramente no vamos a olvidar. No necesitamos haber perdido un amigo o conocido para dar cuenta de la increíble locura que se desató en un segundo, que transformó fiesta en tragedia, un segundo que sin dudas nos movió el piso a todos de una vez y para siempre, y que jamás vamos a olvidar. En este momento sólo queda apoyar a los que más sufren, entre ellos los chicos de la banda, que están pasando un terrible momento. Ya va a haber tiempo de reflexionar y que cada uno contribuya a evitar futuros desastres.
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Ricardo Tapia (La Mississippi)
La tragedia nos pone al borde de la paranoia, porque lo que siempre pasó sigue pasando (coimas municipales, dueños de boliches irrespetuosos con el público y los artistas, falta de límites en algunos espectadores) y siempre la pagan los inocentes. Y siempre el Gobierno de la Ciudad dice “de ahora en adelante”, como esos chicos que uno reta y mienten para zafar la próxima. Si en algún momento tiene que cambiar algo, es ahora o nunca. Cuando hay un espectáculo, todos los involucrados tenemos responsabilidades de diferente calibre, comenzando por el local. Me es imposible imaginar el dolor de los chicos de Callejeros en este momento, y espero que tengan la contención necesaria de todos. Los Mississippi les mandamos un abrazo inmenso, y que cuenten con nosotros para lo que sea.
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Cristian Aldana, María Fernanda Aldana, Raymundo Fajardo (El Otro Yo) y Coco Rodríguez (manager)
Lo único que decimos es: nuestro mas sentido pésame al grupo Callejeros y su público, de parte de El Otro Yo y su gente. Cuenten con nosotros para lo que necesiten.
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Niño (bajista de Los Violadores)
Me enteré estando en casa y quedé petrificado. Veía las imágenes y no podía creer lo que estaba viendo, demasiado dolor. Creo que esas imágenes no se me van a borrar nunca. No paro de pensar en esos chicos, sus familias. Como músico no puedo dejar de pensar tampoco en la banda, en lo que deben estar pasando. Todo esto es desgarrador. Acá no hay rock barrial, punk, heavy o reggae; en esto estamos todos juntos y el dolor es igual para todos. En estos momentos, las palabras no sirven de mucho. Lo que sirve es actuar y hacer cosas para que no vuelva a suceder,aunque conociendo cómo se manejan las cosas en este país me cuesta creerlo. Ojalá me equivoque. Un fuerte abrazo a los Callejeros.
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Juan C. Tordó (La Mississippi)
Es difícil encontrar al culpable puntual de esta tragedia, pero es fácil darse cuenta de que el problema es de todos, y cuando digo “todos” me cuento y cuento a los políticos, inspectores, dueños y programadores de boliches, organizadores, músicos, inadaptados que tiran bengalas en lugares cerrados. Todos aceptamos las condicionespara que el evento sehaga. No hace muchonos pasó en la Sociedad Italiana de Morón (es importante que lo sepan)sufrir las consecuencias de un mal mantenimiento o algo en la instalación eléctrica, loque hizo que casi pierda la vida uno de nuestros asistentes al recibir una descarga que lo dejó al borde de la muerte.
Voto por un replanteo consciente paraefectuaractividadesde estas característicasen lugares que cumplan con las condiciones adecuadas y con los permisos aprobados por gente que verdaderamente sepa de seguridad.
Que alguien nospreste atención desde el gobierno y nos ayude a tener lugares dignos donde podamos ganarnos la vida, no perderla. Estoy convencidode que este casomarca el antes y el después, porque es muy triste ver cómo un inconsciente prende una bengala y apaga la vida de un montón de gente.
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Sergio Rotman (Mimi Maura)
Estamos con Mimi en Brasil y nos enteramos por Internet, por lo que no tenemos muy claro qué fue lo que pasó, más allá de lo trágico del asunto. Es un bajón impresionante... ahora, y usando el sentido común y más allá de lo que a Chabán lógicamente le toca, ¿cómo puede haber un grupo y un público tan pelotudo como para prender bengalas en un lugar cerrado...? ¿Al cantante no se le ocurrió nunca decir “una bengala más y no tocamos”? Más allá de la tragedia y las puertas de emergencia cerradas, la estupidez humana no tiene límites. Lo siento muchísimo por las víctimas y sus familiares, y les presento mis respetos y condolencias. Pero ojalá que esto no se cargue a todo el movimiento de rock.
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Leo (Nonpalidece)
Todos somos culpables. Nonpalidece volvió a tocar en Cemento después de más de 2 años y lo hicimos porque teníamos un compromiso con la gente del padre Farinello. Le decimos NO a todos esos ratas que le hacen creer a la gente que tener baños sucios sin papel, lugares que meten gente a reventar, cagándose de calor, y te cobran un vaso de cerveza a $ 5, es parte del rock. No es así: la música es hermosa, es parte de nuestras vidas y yo quiero estar en un lugar mejor para todos.
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Vitico (Viticus)
Estamos destrozados por la tragedia de tantas vidas rotas y por no poder dejar de pensar en cuántas veces nos podría haber pasado a nosotros. Tocamos hace muy poco en Cromañón y hubo bengalas. Creo que muchos músicos nunca tomamos conciencia de lo que podía desencadenar esa costumbre. Para casi 200 familias ya es tarde, pero para la gran mayoría del resto es la gran oportunidad de evitar otra cagada. Mucha gente tiene que ir en cana por esto, pudrirse adentro y quedar mal de la cabeza por lo que hicieron... y muchas cosas burocráticas tienen que cambiar. Aprendamos a disfrutar del rock, pero queriéndonos a nosotros mismos. Aprendamos el concepto de que vida hay una sola... si se te va, no hay más rock and roll. Entonces: termínenla con las bengalas. Hace poco, tocando como invitado de Pity y los Intoxicados, mucha gente después del show me dijo que no vieron nada por el humo espeso de las bengalas, estaban calientes porque pagaron la entrada y no vieron nada. A los que no les importe la vida (algunos de esos había en Cromañón) al menos que les caliente poder ver el show, que les caliente que le pueden sacar el ojo a alguien, o quemar la cara o hacer un daño irreparable. Si durante mucho tiempo no fuimos conscientes de que la falta de seguridad de un lugar nos puede costar la vida, empecemos a entenderlo, sólo así podremos seguir rockeando. Con Viticus suspendimos shows que teníamos en los próximos 15 días. Se nos ocurre que es lo que menos podemos hacer: alguien dirá “el show debe continuar”, y nosotros decimos “no macho, no hay ánimo, paremosla pelota y pensemos, pensemos..., sólo si pensamos, esto no va a volver a pasar”. Vayan todas nuestras condolencias y oraciones para los que sufren de cualquier forma por lo que pasó. Y a Callejeros y su gente, la vida sigue aun con dolor y malos recuerdos, tiren para adelante, y para lo que necesiten, lo que sea, incondicionalmente, aquí estamos.
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Axel (Santos Inocentes)
Lo que pasó me provoca una profunda tristeza y una paralizante impotencia. Me aturde especialmente ahora todo el sistema de información puesto en marcha para quemar a los bonzos de turno, para entregarlos a la masa como reyes derribados para que todos descarguemos nuestro resentimiento y frustración. Pero los verdaderos responsables, los que se rasgan las vestiduras y se llenan los bolsillos van a seguir ahí arriba sin una mancha. Pienso que este mercantilismo que vivimos nos transforma en ratas de laboratorio que, ante la presión del encierro y el abuso, se come a sus hijos, mata a sus hermanos. En la pecera de la corrupción, la injusticia, la desigualdad, en un sistema narcocrático, con una corrupción institucionalizada al servicio de los intereses internacionales, edificada sobre 30.000 desaparecidos, nos quita nuestra vida y la vida de los que queremos.
Todos sabemos que los lugares de rock generalmente no tienen las condiciones necesarias, pero nos arriesgamos y vamos igual, ¿qué vas a hacer con la única alegría que tenés?, ¿denunciar el lugar?, ¿quién lo va a cerrar? Y si lo cierran, ¿quién pierde? Es otro golpe para todos nosotros, porque el under no tiene espacio con impuestos absurdos. Pero hay algo seguro: los señores de las manos blancas van a vacacionar en el exterior, van a llenar los shoppings, van a ir a comer al restorán donde trabajás, y los vas a despedir con una sonrisa agradecido por la propina. Todos esos, lo que lucran directa o indirectamente con un país devastado, no van a ir presos ni nada va a cambiar en sus vidas. Los que la van a pagar somos los de siempre: los nadies que morimos asfixiados, los marginales, los que trabajamos, los de la cultura, los que sostenemos esta ciudad encorvando la espalda. ¿Hasta cuándo?
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MAD (July, Diego, Plato, Tomy, Nico, sonidista, asistentes y manager)
Este 30 de diciembre fue Callejeros, tres semanas antes Carajo, y antes Intoxicados, y antes ¡TODOS! Todos podríamos haber estado en ese lugar. Escuchemos lo que escuchemos, porque somos todos de la misma tribu. Creemos que de nada sirve tratar de encontrar a los culpables. Creemos que para eso tenemos solamente que luchar por la justicia que es la que se tiene que encargar de eso. Nosotros, como músicos, tenemos la obligación de educar a nuestro público ahora más que nunca, porque lo que no funciona en este país es la educación. Los chicos que tiraron las bengalas jamás imaginaron que algo así podía suceder, porque el que colgó esa tela inflamable en ese maldito techo no pensó que algo así podía suceder, porque el que llevó a sus hijos tampoco lo pensó.
El rock tiene que ser una fiesta, lamentablemente no sabemos si a partir de ahora podrá ser así. Eduquemos a nuestros fans para que cosas como éstas no pasen más, para que nunca más se prendan bengalas en lugares cerrados, para que nunca más haya cantos en contra de otras bandas, para que todos nos cuidemos, para que las víctimas del jueves pasado descansen en paz y nos puedan mirar desde el cielo, y sepan que ahora más que nunca la cultura del rock está unida. Es una tarea muy difícil, pero por ellos debemos hacerlo. Que en paz descansen.
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Eppurse Muove
Cuidado con los piratas parásitos, empresarios de nuestras penas. Corbatas, micrófonos, uniformes,progres, fachos, panchos, que ordenan loque está bien. Cuidado con los que aprovechan y de nuestro dolor sacan ventajas. Cuidado con el negocio del rock, las entradas son nuestras vidas, la ambición enceguece. Cuidado con los idiotas, andando por todos lados. Cuidado con el ruido, tapando al silencio. Cuidado con los que llaman espectáculo a eso que somos entre todos. Cuidado con las modas, los rankings, los efectos especiales. Cuidado con los dioses, y los ídolos de cartulina. Atenti a la mística, música, baile, compartiendo existimos.
Cuidado con los vampiros, bolicheros, representantes, productoras, auspiciantes, socios de la muerte, que traen plásticosquímicos. Cuidado cuando los comerciantes disponen de nuestras vidas. ¿O vamos entregados? Silencio, reflexión;gomías entrando al infierno, al rescate. Instinto de supervivencia en comunidad. Cuidado con las tramperas, con los niños, con nosotros mismos. Todos somos responsables. Cuidarse, cuidarnos.Cuidado con los cuidados. Que valga para elegir quienes somos, qué aire respiramos.
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Anteojo (Loquero)
Aún tan cercano, lo de Cromañón me es muy difícil de analizar y, creo que por mucho tiempo, de digerir. Más allá de las culpas y responsabilidades, de lo causal o casual en la tragedia. Está toda la gente que murió por participar en uno de los hechos tal vez más conmovedores: la experiencia de la música en vivo, y el decir “en vivo” me remite a vida. La sensación indescriptible de escuchar a los que te rodean, cantando todos juntos y de ver a los músicos tocando juntos. A todos los músicos, Cromañón, y lo que debió ser una fiesta, nos pesará como una mochila durante bastante tiempo a la hora de salir a tocar.
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Andrea Alvarez
Le tengo mucho miedo a la muerte desde que soy madre, desde que murió María Gabriela Epumer. El 24 murió otra persona cercana, Lucía Gómez, de BMG. Despertarme y ver por TV las imágenes del terror de Cromañón me dejaron sin palabras. Pensé mucho en alumnos, conocidos, que seguían al grupo. En lo que ya sabía que eran las familias jóvenes enteras que estarían adentro. Pensé en la falta de conciencia de la gente, pensé en Cemento y mi propia sensación de miedo al tocar y/o estar en ese lugar tan peligroso. Pensé en mi gran desconfianza ante prácticamente todos los responsables de los espectáculos de rock (siempre digo que soydesconfiada por experiencia). Pensé en algo que siempre cuestioné y es esa forma que tienen algunas bandas de hacerles creer al público que “ellos”, la gente,son los protagonistas, dándoles un aparente poder de mentira, falso, arengando a las bengalas, y no pudiéndolo contener y concientizar (cría cuervos), porque en general los músicos no están capacitados para guiar a nadie. Pensé en el rock y algunos managers-productoresy esa manía de abaratar costos, de vender a tu madre por treinta pesos, del pichuleo por vueltos. Pensé en mil cosas, pero “sentir”... sentí miedo, dolor, angustia y mucha, mucha bronca.
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Andrés Giménez (A.N.I.M.A.L.)
Es lamentable tener que pasar por esto para que ahora abramos los ojos. Quiero creer que de una vez por todas la gente especializada (llámense gobierno, seguridad de espectáculos, inspección de boliches, empresarios, etc.) hagan su trabajo de verdad y con conciencia, pensando que miles de personas van a disfrutar, no a morir injustamente a un show. Un show no es una carnicería humana: es libertad, alegría, pasión. Tengo amigos de por medio y, la verdad, esto me sobrepasó. Yo soy parte de la escena musical argentina y estoy que no puedo terminar de creerlo. Fue y será muy fuerte. Por favor: tomemos todos conciencia para que nunca más pase lo que pasó, que Dios les dé a todas esas familias y a los músicos de la banda, que son amigos mucha fuerza, entereza y paz interior, para seguir luchando la vida dignamente y en pie.
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Martín Carrizo (A.N.I.M.A.L.)
Creo que todos tienen un poco de culpa en mayor o menor grado. Arrancamos del jefe de gobierno, que no entiendo para que peleó con tanto énfasis su cargo si no hace lo que tiene que hacer, en un mandato de gobierno siempre nos vamos a encontrar con cosas importantes y con cosas urgentes, usando un poco la cabeza el orden de prioridades se acomoda solo. Por otro lado, Chabán: la verdad que no entiendo por qué actúa así; por bajar costos, baja la calidad de los espectáculos y la comodidad del espectador. Yo, como artista y apasionado con locura de lo que hago, no lo entiendo, lo puedo aceptar, pero por bajar costos peligrar la vida de todos los que concurren a un evento, la verdad, el resultado demuestra el grado de pelotudez del ser humano. Por otro lado: ¿a quién se le puede ocurrir prender una bengala en un lugar cerrado? No me entra en la cabeza, lo digo por experiencia de estar arriba de un escenario respirando la pólvora de una bengala y pensar: “Qué linda luz, pero la reputamadre que lo parió, ¿no se dan cuenta de que no se puede respirar? ¿Cuál es la gracia?”. Lo sufro como baterista, y a un cantante lo perjudica aún más. Cuando las cosas se empiezan a deformar y el protagonista del show quiere ser un espectador, pasan estas cosas.
Hay que tomar conciencia de que alrededor de un espectáculo hay mucho peligro, cables de alta tensión, estructuras tubulares, vallas de contención que uno puede quedar aplastado al provocarse alguna avalancha. Sumado a todo eso, el volumen hace que uno pierda un poco la percepción real de las cosas y tal vez no te des cuenta de un accidentado. He estado en shows de Los Piojos en Obras y que ocurra lo mismo, y desde abajo es peor, si estás al lado te encandila, si respirás empezás a toser como un pelotudo... Una vez vi cómo a una chica le quemaban el pelo. Tenemos que calmarnos un poco y ante todo tratar de hacer cosas que no invadan la libertad del otro. Como músico, creo que uno debe preocuparse por cuidar
cosas básicas que la gente no tiene por qué saber, ni tiene por qué comerse ningún garrón, desde chequear la parte técnica para lograr un sonido que se disfrute y se entienda hasta verificar la comodidad de la locación y ver que estén todas las normas de seguridad en su lugar. Si la convocatoria supera las expectativas, hacer dos shows el mismo día o respetar un cupo lógico. Los imprevistos siempre ocurren, pero si uno se maneja con responsabilidad el porcentaje de error es menor o casi nulo.
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Goy Ogalde (Karamelo Santo)
Siempre pienso que el negocio del rock mató al rock. Me hace pensar lo inescrupulosos que son todos los empresarios del rock a la hora de planificar sus shows, discos, etcétera. En este caso me toca profundamente, ya que considero a Omar Chabán una buena persona, que tal vez se equivocó. Pero de ahí a que la gente lo convierta en un asesino, me duele. Considero que él trabajó mucho por todo su entorno y dio trabajo a mucha gente, incluso compañeros, lugar a muchas bandas.
El folklorismo del rock argentino es patético. Si no usás esa remera, si no usás ese peinado, si no prendés bengalas... Me acuerdo del cantante de Red Hot Chili Peppers cortando el show en Buenos Aires para que la gente apagara sus bengalas. Durante años le apostó a la tradición, ésa fue su perdición. Hoy queda demostrado que cuando un millón de moscas comen mierda, no pueden equivocarse. ¿Lo deberé hacer entonces?
Basta de esto. Creo en mi vecino, en nadie más. Ni en Dios. Pero a veces él se rebela contra su propia naturaleza y nos cobra de cualquier modo. Dicen que es karma. Los muertos de este fin de año quedarán como uninterrogante. Como una duda. Estaremos durante años buscando responsables, sin aprender nada. Sólo buscando culpables, el gran deporte argentino. Sé que el rock no murió, pero duerme todo el tiempo. Nosotros corriendo detrás de un espacio, llenando los medios. Me siento un poco mal. Tardé cinco años en hablar bien, necesité 37 para callarme. Hay 200 futuros tirados a la basura, el ego de nosotros las bandas, el ego de los empresarios, el ego del periodismo. El ego... Voy a quedarme en silencio. Estoy confundido, muy confundido. Voy a rezar por los pibes, aunque no lo sepa hacer.
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Fernando Samalea
Me viene a la mente una frase musulmana antiquísima: “Es imposible llegar al alba sin atravesar la noche”. Lamentablemente, habrá que pagar este precio tan alto de horror para que al fin se haga lo necesario y las aglomeraciones humanas estén mínimamente protegidas. De todas maneras -aunque de poco sirve opinar a esta altura– creo que el primer responsable es quien encendió la bengala allí dentro, y luego estarían organizadores e inspectores municipales. Mis condolencias y apoyo para quienes lo viven desde dentro.
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Flavio Cianciarulo
Abramos puertas de emergencia. Abramos puertas de emergencia hacia lugares dignos de nuestro ser. Y Dios es todo, también todo es corrupción. Y es allá donde partimos hacia estos infiernos tristemente predecibles, malogrados. Nuestro veneno es la falta de respeto de calibre mortal, fulminante. No nos importa el otro individuo. La ciudad no cree en nadie. Una acción más que mil suspiros, esto ya pasó. Familias destrozadas que lloran desconsoladas. Abramos puertas de emergencia entonces, persiguiendo una dignidad que lejos se ve difusa. Pienso que somos horribles monstruos que miramos el cadalso, inmutables. El suplicio y el degolladero común. Nuestro veneno es la falta de respeto. Por favor, no me permitan reflexionar, me siento un monstruo disfrazado de retórica patética. Mucha tristeza hay. Todos culpables.
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Miguel Botafogo
Estamos consternados por el luctuoso resultado de lo que debía ser una fiesta. ¡Qué premonitorio el nombre “Cromañón”! Cromagnon fue el nombre del científico que descubrió a un hombre primitivo, apenas un escalón por encima de la bestialidad. No queremos que este tipo de desgracias provocadas vuelva a suceder. Debemos hacernos cargo todos y cada uno de nosotros de lo que podemos provocar en la gente, en nuestra sociedad. Somos nosotros los músicos los que convocamos a miles de personas de todas las edades y de todos los estratos sociales. Nosotros, que, en definitiva, somos líderes, y que nos convertimos en ejemplos a seguir, hagamos trascender la cultura de la paz, de la honestidad, del amor.
Si no hacemos algo para cambiar las cosas, tal como están viniendo, nos convertiremos en cómplices de los empresarios inescrupulosos, de los funcionarios coimeros, y de algunos inadaptados que vienen a nuestros recitales a descargar su agresión con pirotecnia. Hablando de pirotecnia: ¿quiénes son esos seres todopoderosos, intocables, fabricantes de pirotecnia que desde hace décadas provocan quemaduras, amputaciones, etc., a miles de personas?
No queremos llorar a nuestros compañeros músicos agredidos. No queremos llorar a nuestros padres, madres, hermanos, hijos, amigos, fans, que con su orgullo y candor vienen a vernos. Estamos hoy aquí, haciéndonos cargo de lo que nos toca también a nosotros. Nosotros que conocemos y, tácitamente, aceptamos esta situación, prestándonos a ser uno de los engranajes de esta destructiva cadena. En algún momento tenemos que romperla. Seamos nosotros los que, defendiendo nuestros ideales de paz y armonía, nuestra integridad física y espiritual, nuestro trabajo, nuestra música (ese maravilloso don y regalo que puso en nuestras manos el universo), digamos BASTA. Exijamos a los empresarios que pongan los locales en las condiciones debidas, con varias puertas que se abran fácilmente para desalojar. Exijamos que haya suficiente cantidad de extinguidores que funcionen. Exijamos luces ignífugas que indiquen las salidas de emergencia, entregar un programa como en los aviones con las instrucciones en caso de incendio. Exijamos que no haya sobreventa de entradas. Exijamos que no se permita el acceso de menores sin el acompañamiento de un adulto responsable. Exijamos de nuestros funcionarios que ejerzan honorablemente su deber de controlar y clausurar los locales donde las reglamentaciones no se cumplan, y exigir el estricto cumplimiento de las reglamentaciones.
Unámonos todos por el bien de nuestra sociedad y de nosotros mismos, y llevemos adelante esta cruzada ante nuestras autoridades para que éstas tomen parte activa y responsable en el control de este fabuloso negocio que representan nuestros recitales. Negocio para los empresarios inescrupulosos y los funcionarios coimeros, pero también para nosotros. Es nuestro medio de expresión y de vida. Que no se convierta en nuestro medio de desesperanza y muerte.
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El Bordo
En estos días de tanta tristeza, desde El Bordo compartimos el dolor de todas las personas: familias, amigos, bandas que hayan sufrido la muerte de algún ser querido. Tenemos que pensar, todos los que estamos involucrados en el ambiente del rock, la forma de que este tipo de tragedias no ocurra más. Estamos muy dolidos por toda la situación y ojalá la gente que hoy día sigue peleando por su vida pueda ganar esa batalla. No olvidemos lo que pasó el jueves 30 de diciembre. Es lo peor que podemos hacer; tenemos que encontrar la forma de poder disfrutar de un recital derock sin que ocurra este tipo de cosas. Queremos mandar nuestro apoyo a todos aquellos que están sufriendo este momento.
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Toti (Jóvenes Pordioseros)
Las bandas de nuestro estilo tenemos un público muy de cancha, muy futbolero y, entonces, del apoyo con banderas se pasó a las bengalas y a los cohetes, algo que era muy colorido y muy festivo, pero que debe cambiarse. Los músicos no estábamos tomando conciencia de lo peligrosa que era la pirotecnia. Nos encantaban las bengalas, pero ahora se tienen que terminar para siempre.
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Blues Motel
Nos solidarizamos con Callejeros y las víctimas, familiares y amigos. En honor a todos ellos, nos sumamos e invitamos a la marcha de hoy a las 20, para que este hecho no quede impune como tantos otros en este país. Unicas consignas: llevar una vela, marchar en PAZ y no llevar banderas de ningún partido político. La tristeza es grande, el dolor nos llega a todos, pero que las vidas de esos pibes no se hayan ido en vano. Juntos, cada cual de la forma que pueda, tratemos de lograr que los que nos tienen que cuidar, nos cuiden.
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Patricia (She Devils)
Señalar culpables con el dedo acusador de la justicia blanca/rica/católica no es lo mejor, entender qué pasa en la cabeza de personas que se sienten unidas por una bengala, una pasión que puede hacer que metas a un bebé en un cuarto de baño, etc., es juzgar sin poder nunca estar en el lugar del otro... Los responsables somos todos, porque si bien cada uno de nosotros puede decir “si yo hubiese estado tocando esto no pasa”, “si tengo un hijo no lo llevo”, “si tengo un lugar actúo así y así y asá”, pero la tragedia sucedió, se desencadenó por una cosa tan pequeña pero que este año señalaba la marca registrada de muchas bandas y mucha gente que sentía identificación con ellas, en un lugar donde muchos de los que ahora señalan falencias han tocado. Somos todos responsables hasta que no cambie la sociedad entera.
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Ale Sergi (Miranda!)
Siento una mezcla de indignación, enojo, pena y vergüenza. Considero lo ocurrido como una fatal combinación de ignorancia y de avaricia. Los culpables somos todos los que estamos en este medio, y apelo a una toma de conciencia general.
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Miguel Cantilo
“Los argentinos marchamos detrás de los acontecimientos”, comentaba en su programa radial hace unos años Miguel Grinberg. Es una constante. Las cosas nos pasan y a partir de sus efectos se comienza a pensar en cómo resolver las aberraciones que frecuentemente provocan. No voy a enumerar nuestras últimas desgracias. Sólo quiero poner el acento en el rock como protagonista. Yo soy rockero, amo el rock y lo vi desenvolverse en este país desde mi infancia, con Sandro y los de Fuego, con los Red Caps y otros pioneros. Hoy ha crecido tan desmesuradamente que se convirtió en un vehículo de la muerte. ¿Cómo llegamos a esto? Yo te lo digo: merced al accionar de agentes exteriores al rock que, desde el principio, quisieron apoderarse vorazmente del negocio que representa. Obviamente con la complicidad de los músicos seducidos por la fama y el dinero, el rock cada vez se cuantifica más en perjuicio de su calidad. Hace muchos años que, como en otras actividades masivas, sólo importa “cuánta gente mete” el grupo y no “cuál es su aporte musical”. Pero aquí no se trata de evaluar el evidente retroceso cualitativo del rock nacional sino los efectos devastadores que producen esas aves negras que vuelan permanentemente alrededor de los grupos más convocantes para extraerles el dividendo que los autoriza a autoproclamar su condición de “empresarios” (?) o “productores” (!).
Esta raza de víboras no sólo redujo el floreciente movimiento rock nacional a un cúmulo inexportable de fabricantes de pogo y repetidores de rituales futboleros sino que ha violado las reglas de convivencia más elementales, produciendo reiteradas veces muertes y daños físicos con la plena complicidad del poder, sea policial, municipal o político seudocultural.
Y entonces llegan los lamentos. Lloramos los muertos. El trato incomprensible que padres prematuros dan a sus hijos con la complicidad de la hipócrita moral antiabortista. El guiño criminal de los inspectores corruptos. La estúpida palabrería política que trata de explicar lo inexplicable, sancionando a los músicos al bloquearles las ínfimas fuentes de trabajo que les quedan. Toda una masa de vomitivos resultados que marchan “detrás de los acontecimientos”.Y la lógica búsqueda de un culpable. Todos apuntan a uno o dos criminales expuestos, aunque la responsabilidad se ramifique por toda una telaraña que llega al Presidente, en el centro del tejido social, tratando de realizar movimientos inhibidos por las ataduras de sus pactos y alianzas con la “vieja política”.
El panorama es desalentador, pero no inmodificable. La toma de conciencia es impostergable.
Y el rockero joven, calificado al principio de su formación como entre los mejores del planeta, no debe ceder a las presiones de la fácil llegada al podio de la fama, donde entre nariguetazos y cervezas de marca que destruyen su talento en pocos meses para ponerlo al servicio de los dueños de boliches, generalmente oriundos de otro palo que mira de afuera el rock como una maquinita de imprimir billetes.
Los mejores grupos de rock se pasaron décadas tocando en clubes minoritarios con el fin de pulir su herramienta al máximo para que, el día en que la ley del esfuerzo los pusiera en un alto nivel de rendimiento, se produjese la verdadera magia del arte de masas y no este negocio de fin de semana, con sangre, sudor y fuego.
A veces creo que somos víctimas de la voracidad que produce comer tanta carne y nos fagocitamos canibalescamente unos a otros, prescindiendo de los condimentos. El rock es la más maravillosa música que creó el siglo XX, la más convocante, la más combativa.¿Vamos a dejar que nos cojan desde un escritorio unos tipos con una calculadora hasta hacernos desaparecer?
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Los Tipitos
Estamos de luto a causa de esta catástrofe horrible; es sumamente grave, perdimos un montón de pibes valiosísimos y cuyas vidas sus familias protegían con esmero. Lo sabemos fehacientemente, ya que conocemos a muchos de esos chicos, y todo por no tomarse las cosas con responsabilidad. Si los argentinos no aprendemos que la ética y el respeto por los demás está antes que los negocios y el dinero, estamos fritos. A las familias damnificadas, nuestro más sincero respeto.
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