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Jueves, 6 de enero de 2005

ANOTACIONES VIRTUALES

"Díganme que es una pesadilla"

Durante la tragedia, el foro de Callejeros funcionó como centro de catarsis para que los sobrevivientes dijeran lo que ningún otro podía decir con sus palabras. El No recogió instantáneas virtuales de las tropas de pibes callejeros.

 Por Mariano Blejman

Aquellos que hablaron del poder virtual de la red, obviaron su insoportable realidad. Porque la web tiene una memoria más generosa de lo que parece. Unos días atrás, los foros de Callejeros invitaban a viajar a Mar del Plata para verlos el 28 y 29 de enero. Iba a ser una fiesta. La banda iba a tocar en El Teatro, escenario porteño que se mudaba a la costa para dar multifunciones. Si desde sus inicios el grupo cultivó el perfil bajo en los grandes medios, el tropel de fans que los venía siguiendo había aumentado en el 2004 a un ritmo considerable. Hoy a las 20 habrá una marcha en pedido de “Justicia por nuestros callejeros” desde Once hasta Plaza de Mayo. Allí se juntarán familiares, amigos, parientes, fans. Muchos de ellos se comunicaron a través de la web, lugar de encuentros y desencuentros. Aquí se ofrecen algunas frases virtuales de los pibes callejeros, intentando sobrevivir la pesadilla.

Si se mira en perspectiva, antes de la catástrofe, los foros alertaron sobre el crecimiento de gente. Sobre el programado en Mar del Plata, dijeron: “¿Cuántos entran en dos Teatros? ¿Por qué no el Patinódromo? ¡Si lo llenan!”. Un mensaje de alerta que nadie escuchó. Pocas horas después del incendio, con la furia desatada en las calles, con el dolor en el cuerpo, volaron mensajes virtuales: “Eran todos pibes como nosotros”, escribía una chica. Daniela, seguidora de Callejeros, describió: “Pensar que una amiga del alma quedó dentro de la lista de fallecidos. Somos adolescentes, pero tenemos que tomar conciencia de que la diversión no está en prender una bengala. Tenemos que entender que la diversión está en disfrutar un recital sin problemas y escuchar la música que a uno le gusta rodeada de nuestra gente”.

Los fans callejeros se quedaron debatiendo sobre culpas hasta altas horas de esa noche, hasta bajas horas de la madrugada. Algunos se autoinculparon: “La culpa es nuestra. Si nos dicen ‘no tiren tres tiros’, no tiremos”, mientras que Roberto_Ramos_Mejía culpaba a Chabán, otros proponían quemarlo en la Plaza Miserere. Moncho_CAI estuvo en Cromañón el jueves, y contó también a través del espacio virtual: “Nunca pensé que iba a ver algo así. Que iba a cargar gente que se iba a morir en mis brazos. Que iba a ver tanta desesperación, tanta muerte. Encima fue algo avisado, el tipo lo dijo y todos nos cagamos de risa de cómo puteaba. Esto no quita que sea un hijo de puta, que tenga el lugar en esas condiciones. La gente de arriba no debe haber tenido chance de salir. Todavía estoy temblando de miedo”. La prédica encendida contra Chabán inundó los pasillos de la red. Sin embargo, las acusaciones no llegaron hasta los músicos: “Quiero apoyar a la banda y si alguien sabe de los integrantes, que avise. Se deben sentir re-culpables. No puedo parar de llorar”.

La_Stona contaba que tenía diez conocidos, todos bien menos uno, internado. “Nunca hubiera esperado esto. También quiero saber si tienen información sobre la banda. No sé nada de Pato y escuché que el batero está desaparecido. ¿Alguien sabe algo? Había bebés, nenes, pendejos de 15 años que murieron. La culpa fue de nosotros porque siempre los pelotudos esos tiran bengalitas y 3 tiros. En el recital de Obras de Callejeros no se veía nada por el humo. Desde ahora, nunca más que se prenda una puta bengala en un recital, y también la culpa fue de ese puto, el dueño, que está prófugo.” Finalmente, Chabán se entregó a la Justicia.

Parecía que el dolor acumulado junto a la bronca necesitaba estallar frente a los culpables. Los foros (además de la calle, las marchas, los medios) fueron el espacio donde se podía decir con palabras propias, sin interpretaciones ajenas, sin intermediarios, ni ediciones escrupulosas. Alguien que firmaba como Mariano_Delcarajo también le echaba la culpa al gobierno, “que no tiene los huevos bien puestos para mandar a la concha de su madre al hijo de puta que no cumple la ley. Tienen que cambiar de pensamiento los dueños hijos de puta, los boludos de mierda que hacen bardo en un lugar de fiesta y los re hijos de puta del gobierno que no hacen nada por que todo cambie”.

Las noticias tocaron muy de cerca cuando, en un escueto mensaje, Domi_Callejera contó: “Lamentablemente tengo que comunicarles que falleció Matías de Floresta. Lo velan a partir del mediodía en Concordia y Juan B. Justo”. Alguien lo recordó: “Fui con él a Rosario, viví un montón de cosas a pesar de que no era la mejor amiga”. El dolor se convierte en la repetición incoherente de letras de una última palabra: “La re puta madreeeeeeeeeeee, Matu, pendejo, no te voy a olvidar nunca. Necesito que se acabe esto por favor. Díganme que es una pesadilla. Díganme que es una pesadilla. Díganme que me voy a despertar y todo va a ser como siempre”.

Otra de las callejeras, Bechu, se acababa de enterar de que había fallecido la novia de Tincho Urquiza, a quien le decían “Buchu”. “Nooo, Buchu, no. Yo la veía siempre y me quedaba hablando un montón. Siempre sonriendo, todo el tiempo, riéndose. Me acuerdo cuando hablábamos de los programas de tele, cómo la tentaba yo con helado. Ella siempre comía helado por mi culpa. Cuando soñé con ella y le conté, se cagaba de risa. Cuando ella soñó conmigo era un sueño re-cualquiera y nos reímos también.”

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