Jue 20.01.2005
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CIRO PERTUSI, GERMAN DAFFUNCHIO Y CRISTIAN ALDANA REFLEXIONAN SOBRE EL FUTURO DEL ROCK

La guitarra no se mancha

La mochila de las bandas está pesada. Hoy comienza el primer encuentro de magnitud que servirá para medir el estado de las cosas después de la tragedia de Cromañón. Convocados por el No, los cantantes de Attaque 77, Las Pelotas y El Otro Yo conversan sobre este momento. El Gesell Rock será una buena oportunidad, dicen, para demostrar que el show puede continuar, aunque las condiciones serán otras. “Vamos a seguir tocando con las mismas ganas de siempre, pero con otra conciencia de lo que es estar arriba de un escenario”.

› Por Roque Casciero

-El festival Gesell Rock será el gran reencuentro del rock argentino con su público después de la tragedia. ¿Cómo imaginan ese volver a verse?
Ciro Pertusi (Attaque 77): –Va a ser raro, sin dudas, una situación de emociones medio mezcladas. Nosotros mismos, los Attaque, estamos raros. Incluso modificamos la lista de temas, pero no porque nos lo propusiéramos sino porque hay canciones que direc

tamente no nos prestamos a tocar. Buscamos las canciones que tiendan más a lo reflexivo, que les dejen a los chicos algo más para pensar. Para pensar en qué estado estamos como sociedad como para haber llegado a esa instancia. Todo el mundo habla de buscar culpables, ¿no? Culpables van a encontrar, de todo tipo, porque los hay. Pero, ¿y el resto? Llegamos a eso porque vivimos en un estado de agresividad permanente, que comienza con mínimas agresiones, como no saludarte todos los días con la gente con la que te ves a diario. Y así se forma una bola de nieve que cae como avalancha. Por eso armamos una lista de temas que tiende a la reflexión, pero sin caer en la depresión porque Attaque es un grupo enérgico, con canciones fuertes.
Germán Daffunchio (Las Pelotas): –Nosotros tocamos el fin de semana pasado y todo estuvo bien. Esta tragedia le pasó al rock, pero le podría haber pasado a los tropicales, a cualquiera: es parte de nuestra tragedia. Lo que más odio de toda esta historia es que la clase política quiera sacarle rédito, que la derecha vea su oportunidad de destruir el rock, de reprimir otra vez, de volver a la vieja historia, cuando en realidad la gente del mundo del espectáculo es la que puede darle algo de esperanza o de entretenimiento a la gente... que está hecha mierda.
Cristian Aldana (El Otro Yo): –Creo que hay que tomar conciencia de que la nuestra es una profesión difícil, con riesgos y responsabilidades altos. Esto me hace pensar que estar arriba de un escenario no era sólo disfrutar de la música sino también tener en cuenta que la gente que está abajo tiene que ser cuidada por quienes se encargan de hacer el evento. Lo que cambia ahora es que cada vez que se haga un show voy a estar pensando no sólo en la música sino también en que las cosas tienen que estar bien hechas. Se me pone la piel de gallina sólo con pensar que lo que les pasó a Callejeros podría habernos pasado a nosotros. O a cualquiera.
Germán: –Los grupos de rock, ¿no tratamos de hacer lo mejor posible siempre? Nos enfrentamos siempre contra la mediocridad de todo, contra la municipalidad, contra la policía, contra los dueños de los lugares, contra todas las piedras que ponen. Pero siempre intentamos todos hacer las cosas bien, no es que los rockeros somos unos imbéciles. Lo que pasa es que movemos a miles de personas; hay un canal en el que la gente necesita descargar. Uno piensa: “¿Cómo puede haber un tipo que prenda un tres tiros adentro de un teatro?”. Es un tarado. ¿Y cómo hacés contra un tarado?
Ciro: –Además, ¿hasta qué punto tenemos que convertirnos en padres de multitudes? Semejante mochila... Llegamos a una instancia en la que tenemos que empezar a cuidarnos entre nosotros. A la gente siempre le digo que si no nos cuidamos, les hacemos el caldo gordo a los gobiernos de turno, que siempre fueron lo mismo. Desde Grosso hasta hoy, las propuestas de los gobiernos municipales siempre fueron las mismas: mayor rentabilidad con bajo costo. Y en este caso, bajo costo son vidas humanas. Para ellos es una cifra, mal que le pese a cualquiera. No tenemos que ser tan giles. Es como ir a un prostíbulo a coger sin forro. Después, ¿qué vas a hacer? ¿Le vas a hacer juicio al prostíbulo porque no te puso las mejores putas? Para mí, el grado de inconciencia está latente y tangible desde que el 31 a la noche esperábamos un festejo en silencio y hubo pirotecnia por todos lados. Entonces no cambió nada, no nos sirvieron tantos muertos.
Germán: –Además, ahora se habla de los asesinos de Cromañón, pero nadie se acuerda de los asesinos que en los últimos treinta años hicieron que en la Argentina el 70 por ciento de la gente se esté cagando de hambre y se estén muriendo miles de pibes. Más allá de la tragedia, lo de Cromañón fuela noticia ideal para entretener a los giles. Y entonces eso te hace sospechar que dentro de dos semanas ya se olvidó todo el mundo.
Ciro: –Tal cual, es comida del momento. Mauro Viale y todo eso...
Germán: –Lamentablemente, el ser humano siempre aprende a través de las tragedias. Quiero pensar en que hemos aprendido. Espero que la municipalidad haga de una puta vez lugares en los

que se pueda tocar. Si tienen lugares al pedo... Me parece que todo esto es una asociación de millones de cosas y que precisa un análisis profundo, porque lo van a colgar a Chabán, pero con eso no se soluciona nada.
Ciro: –Chabán jugó el juego que había que jugar. Y decir esto no es defenderlo, ¿eh? Le dieron los elementos para que jugara, pero el dueño del tablero no es Chabán. Chabán es como un montón de ñatos que andan por ahí. Si vas a empezar a cerrar, este boliche capaz que tiene que estar cerrado. Pero si vos querés tener todo en regla, te dicen que si no está la coima para tal o para cual, el boliche no arranca.
–Ciro decía que la inconciencia está latente. ¿Qué pueden hacer los artistas?
Germán: –Yo pienso que hay que reprimir, hay que meter presos a todos (risas). ¿Qué podés hacer en un país que está repodrido, en el que durante años la gente sólo vio corrupción, ladrones y una clase política que sigue cagándose en todo? ¿Qué se puede esperar del pueblo? ¿Que todo el mundo sea bueno y que nos tiremos flores? ¡Las pelotas!
Ciro: –Es jodido, pero es así. Lo que hacemos nosotros es parar los recitales porque nos molesta lo que vemos desde arriba. Por ejemplo, no nos gusta que les toquen el culo a las minas. Y paramos el recital. No nos cabe, porque así como se empezó con una bengala y se terminó en que muera tanta gente, el día de mañana a una mina a la que manosean la llevan al baño y la violan. A nosotros no nos va y paramos todo el tiempo.
Cristian: –Hay una cuestión cultural que es la base para todo esto. Como decía Germán, esto viene desde la época de los desaparecidos, de los profesores que tendríamos que haber tenido y no tuvimos, de la gente que tendría que haber hecho que este país fuera de otra forma. Así la gente sabría cómo comportarse dentro de un lugar, tendría otra conciencia. Con esta tragedia nos damos cuenta de cómo somos. Nos miramos y dijimos: “Uh, pensábamos que estábamos divirtiéndonos y en realidad está todo mal”. Como dije antes, la profesión del músico es más comprometida, pero ponerse en postura de maestro de las masas es una carga demasiado pesada para un grupo de rock.
Ciro: –Nosotros no nos ponemos en ese plan, pero es una cuestión de reacción. Si vos ves que se agarran a piñas, parás y les decís: “¿Qué les pasa? ¿Cómo es que te estás agarrando a trompadas en un recital? Supuestamente es el lugar en el que tendría que estar todo bien. Si llegaste hasta acá es porque estaba todo mal en todos lados y acá venías a divertirte en comunión”. Por lo menos, estaría bueno que los pibes sepan lo que los músicos pensamos respecto de esas cosas. Por ejemplo, ahora el Indio Solari sale y hace más notas. Y está bueno que los pibes sepan lo que piensa el mono. Nosotros tenemos una carta que se llama “Manifiesto” que repartimos en todos los recitales, que habla de que no somos partícipes de los cantitos en contra de tal o cual grupo, de eso que se muera éste o aquél. Uno puede pensar que son pelotudeces, pero los pibes están una hora antes del recital gastando energía en odiar: que se muera Cerati, que se muera Mick Jagger, muerte, muerte, muerte. No nos sentimos identificados con eso y queremos que lo sepan.
Germán: –Igualmente hay que aclarar que hace 40 años que se hace rock en la Argentina y que nunca pasó un porongo, que siempre la luchamos como pudimos y que la gente ha ido a miles de shows. No minimizo la tragedia y quiero que haya responsables, pero me parece que hay problemas mucho más graves. El rock en la Argentina siempre fue y será perseguido. Andá a tocar a los feudos del norte... La vez pasada tocamos en el Chaco con la policía apuntándole con Itakas a la gente. Y nos vinieron a decir: “Loco,aflojen un poco porque les metemos un kilo de merca y no salen más”. Pero hablemos de Gesell, donde va a haber sol, mar, playa y rock...

–¿Estás harto de hablar de esto?
Germán: –No, estoy podrido de tanta hipocresía. Todo el mundo se transformó en experto, todos dicen que en el rock son todos drogadictos y peligrosos. Y eso me enferma, porque los que están escribiendo eso fueron cómplices de todo lo que pasó en la Argentina. La prensa que ahora critica lo demoníacos que somos es súper corrupta, un sorete. Los músicos de rock somos nenes de pecho al lado de ellos.
Ciro: –Más allá del amarillismo y la picadora de carne, lo bueno es que se hable del tema y que eso sirva para mejorar. Cuando llegué a los primeros ensayos con los pibes, nos miramos las caras y nos pusimos a hablar sobre qué pasó. Entonces algo se está generando. Por otro lado, espero que Gesell sea una fiesta, el verdadero fin de año que merecíamos tener.
Cristian: –El show debe seguir, pero en otras condiciones. Vamos a seguir tocando con las mismas ganas de siempre, pero con otra conciencia de lo que es estar arriba de un escenario y armar un espectáculo.
Germán: –Para mí, Gesell va a ser una fiesta. No tiene por qué no serlo.
Cristian: –La situación de subir al escenario es medio extraña porque pareciera que el Gesell Rock debería ser el evento que demuestre que el rock no es malo para que los padres dejen ir a los chicos a los conciertos. Pero nosotros vamos a hacer lo mismo que hacemos siempre: subir, tocar las canciones que tenemos ganas.
Ciro: –Para mí tenemos que salir a tocar y que suene porque, así como Callejeros no pudo iniciar su show por esto, nosotros tenemos que tocar y terminar bien. Y va a estar todo bien, no tengo la menor duda.
Cristian: –El rock no es culpable, el que diga eso está fuera de contexto.
Germán: –Pero lo dicen. Ahora todos los intendentes de la Argentina tienen la excusa para no dejar que vuelvan “los degenerados”. Quizá podríamos probar no hacer más shows durante un año, a ver qué pasa con la gente, qué pasa con la Argentina. Que se corte el rock, la cumbia y el fútbol, a ver con qué entretienen a la gente.
Ciro: –Creo que, en realidad, tendría que haber más cultura, más eventos. La cultura es lo único que puede llegar a representar las raíces de lo que somos. La cultura es una conexión al suelo en el que estás.
Germán: –Por eso es subversiva.
Ciro: –Claro. Pero si quieren cortar algo, tendrían que hacer un paro de televisión. Una noche, todo el mundo apagando la televisión en hora pico, vas a ver cómo los tenemos agarrados de las bolas.

–Germán dijo que si no hay shows, no hay con qué entretener a la gente. Como músicos, eso los deja en un lugar de entretenedores que benefician al poder. Pero, por otro lado, también sostuvo que la cultura es subversiva. ¿Cómo se compatibilizan las dos cosas?
Germán: –Hablaba de la cultura en general, los centros culturales, el teatro. Nunca hay apoyo de nada, jamás. Mirá lo que pasó con la muestra de León Ferrari. Nadie puede expresarse libremente sin que venga la moralidad a los gritos... ¡cuando ellos fueron responsables de todo lo que pasó! Hablaba de sacar la música porque siento que es un canal para la gente. En ese sentido, ¿van a sacar la música? Cada uno sabe qué es lo que da en los shows, si es sólo diversión o algo más. Lo que planteaba era qué pasaría en la gente. Seguro que hay montones de letras de Ciro o de Cristian con las que montones de chicos se sienten identificados. Eso es cultura, más allá de si el tipo está entreteniéndose o no.
–Entonces deja de ser sólo entretenimiento.
Germán: –Sí, pero me parece que nosotros no tenemos tanto poder. La gente va a entretenerse, no a recibir lecciones de vida. Cada uno puede sentirse más o menos identificado, pero cada uno va a distraerse de la putarealidad que le toca vivir todos los días. ¿Qué tiene de malo eso? Pero me pregunto qué pasaría si no hubiera más recitales.
Ciro: –Y, si les sacás el rocanrol a los chicos... Nosotros arrancamos tocando porque necesitamos el rock para vivir. Para vivir, no para tener plata. No teníamos para morfar, pero el rock nos mantenía vivos. El rock nace de la calle, del que necesita comunicarse en una jungla que no da lugar para nada.
Germán: –(Se ríe) Es nuestra condena.
Cristian: –Claro, pero también es nuestra bendición. Si está buenísimo...

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