DESPUES DE LA REMERA
Las mochilas también se escuchan
POR YUMBER VERA ROJAS Y EUGENIA GUEVARA
Tras la semana inaugural de clases, en los secundarios de Capital y el conurbano bonaerense la mochila es la consorte de la jornada. Desde hace dos años, su uso trascendió en la Argentina el funcionalismo para convertirse en tornasol de estereotipos juveniles. Las tribus rockeras son las más visibles dentro de la generación mochilera, aunque el conchetaje todoterreno como la Eastpak (pese a sus mínimas coqueterías) se apega aún a la tradición conservadora.
La especialista en tendencia, Florencia Mangini, reseña: “La mochila es de origen militar y deportivo, pero en los ‘80 se popularizó su uso. Le quitó vigencia al portafolio que se usaba para ir a la escuela. La excusa era el diseño ergonómico, pero en realidad era sólo moda. El punk permitió escribirla con marcador. Por la calle veía miles de espaldas con Anarchy in the UK, God SAVE the Queen o The Clash. En los ‘90, los skaters le devolvieron vigencia, y a mediados de esa década hizo su entrada el bolso cruzado en mil variantes y la mochila monorriel. Pero el rock y el adolescente siguieron fieles a las mochilas más allá de la moda”.
En la Argentina, la manufactura casera pudo posicionarse dentro de la clase media y competir con las marcas reconocidas. Silvina Barros nació en una familia de marroquineros y, según dice, una de las pocas que pudo resistir el 1 a 1 que mató al oficio. Ella, su marido y sus hijos (“metaleros con todo”) diseñan. “Mi hijo los hace en la PC, mi otro hijo aprendió a estampar. Ahora hacemos mochilas de rock todo el año y las vendemos en rockerías. El grupo más vendido es Almafuerte. También salen Los Piojos, Hermética y Attaque 77, y de afuera, los Rolling Stones, AC/DC y Nirvana. Ahora, los chicos que siguen a Callejeros están pidiendo más, pero no las hago porque no me gusta lucrar con el dolor.”
Esa mochila, negra, que estampó a los iconos del rock, persigue su establecimiento definitivo esta temporada. Y no necesariamente como accesorio escolar sino estético. Es una prenda identitaria, así como la remera o los zapatos. César, de Lee-Chi, señala: “Los chicos le dan su toque personal a la mochila colocándole chapas, prendedores o pintándola. Ahora significa lo mismo que comprar una remera. Cuando era chico, al único sitio que podía acudir para comprar todo este merchandising era al Locuras de Ramos. Ahora se vende en todas partes. El inicio de clases es el momento pico para comprar mochilas. Pese a que su costo actual es de 14 pesos, tratamos de que no aumente tanto. Las que más se llevan son las de Körn, Marilyn Manson, Nirvana y Catupecu”.
Nicolás está por cumplir 13. Empieza primer año del secundario. Tiene una mochila negra de Slipknot. “Me gustaba la banda, por eso quise tenerla”, con prendedor de Tulp y una chapita de Telecom plateada con números, que arrancó de un teléfono público porque le “pareció lindo”. Su primera mochila fue de Los Beatles, que antes le gustaban y ahora ya no. La segunda fue de The Exploited. Ahora la tiene ocupada con juguetes que no tenía donde guardar. “La voy a usar para ir a la escuela hasta que se rompa.” Cuando eso pase, tiene en vista otra, también de Slipknot. Elige sus mochilas en función de las bandas que le gustan; pero influye mucho cómo es la foto de la banda. También tuvo mochilas neutras, que acondicionó según sus gustos. Tenía una de Brahma que agregó cuatro parches: Los Ramones, Exploited, Marilyn Manson y Slipknot. Dice que, a partir de la mochila, se comunica con otros chicos, “sin tener que hablar”.
En la universidad, la mochila negra con tachas es reemplazada por la Quicksilver o la Samsonite –que tiene un modelo llamado Rock Backpack, que asegura máximo confort e incluye un bolsillo musical con auriculares– para los aspirantes a las carreras científicas oel morral de creación artesanal para los Pocahontas que se contextualizan en las humanísticas. La diseñadora Glenda Lloyd revela: “Si bien la mochila negra, temperamental y pasajera, con el nombre o el logo de la banda, se refiere a tu gusto por ese grupo de rock, estas mochilas modernas o las artesanales descubren tu vocación estudiantil. Es la transición entre la hiperadolescencia y la adolescencia proletaria”.