JUAN CARLOS CALABRO Y LOS DECADENTES: DOS POTENCIAS...
Se lo conoció como “El Majestuoso”, llenó varias veces el Opera, fue doble disco de oro y llenó las tribunas con un cantito indestructible. Johny Tolengo, fetiche de Cucho & compañía, puso la cabeza para el clip de “Pendeviejo”.
› Por Roque Casciero
En el clip de Pendeviejo, Los Auténticos Decadentes bailan y tocan en su cabeza, esquivando sus pelos, y le salen de las orejas: es Johny Tolengo, uno de esos mitos bizarros que traspasan varias generaciones. Como prueba, nada mejor que ir a cualquier cancha de la Argentina y escuchar a las hinchadas cantando aquello de “qué alegría, qué alegría, olé olé olá”. O sea, el máximo hit del personaje creado por el actor Juan Carlos Calabró –igual que El Contra y Aníbal, entre otros– a mediados de la década del ‘80: un cantante “ególatra y resentido, extremadamente vanidoso... en fin, un tipo detestable”, según el hombre que le puso la piel. El mismo que enseguida aclara que, “sin embargo, igual resultaba simpático y se hizo carne entre los chicos”.
En el momento de furor de Johny, Calabró llegó a meter 35 mil personas en el teatro Opera durante las vacaciones de invierno, una cifra difícil de igualar. Los chicos de entonces, veinteañeros y treintañeros de hoy, subían al escenario con los anteojos estrafalarios –una de las marcas registradas del personaje– que les regalaban en la puerta y compraban el long-play de Johny (Para mis amigos los pibes) hasta hacerlo alcanzar el doble oro. El personaje –que usaba tapados de piel desde que Calabró vio a Maradona luciendo uno de zorro– también llegó al cine en Johny Tolengo, el majestuoso, que cada tanto repite el canal Volver. “Es una película de culto del rock bizarro. Lo significativo es que pasa el tiempo y todo eso sigue vigente, porque no fue nada más que un momento. Porque hay quinientos mil productos descartables que hoy nadie recuerda...”, asegura Cucho Parisi, cantante de los Decadentes, justo antes de largar la carcajada por la respuesta de Calabró: “Sí, hay muchos de esos. Los Beatles, por ejemplo”.
No cuesta demasiado imaginar por qué los Decadentes quisieron rescatar al personaje para su video, si las vestimentas de Cucho y sus compañeros parecen inspiradas en el “majestuoso” guardarropas que hizo famoso Johny Tolengo. “Los tapados, la feria americana, el kitsch, los anteojos... Claramente, Juan Carlos es una influencia en la estética de la banda”, reconoce el cantante. “Además, en una nota que me hicieron hace como diez años, me acuerdo que me preguntaron por qué me había dedicado a la música y contesté que era porque quería parecerme a Mick Jagger, pero que me había dado cuenta de que estaba más cerca de Johny Tolengo”.
Calabró: Está bien eso: Johny Tolengo, el Mick Jagger del subdesarrollo (risas).
Cucho: Incluso antes de que saliera la canción Pendeviejo, siempre jodíamos con que teníamos que lograr el regreso de Johny Tolengo, hasta tal punto, que cuando nos preguntaban en las notas qué nos quedaba por hacer, decíamos que teníamos que lograr ese retorno, porque somos admiradores del personaje y de Juan Carlos. Una vez, él nos vio por la tele diciendo eso, y nos llamó por teléfono para agradecernos y ofrecerse a colaborar con nosotros. Y nos quedó picando... La data que tiene gente como Juan Carlos es impresionante. El me cuenta historias de una Argentina que no vi porque era más chico, y así aprendo mucho. Eso es lo bueno de tener una banda: poder conocer gente, a la que en tu vida te imaginaste que ibas a conocer.
–¿Cómo se les ocurrió la idea del video?
Cucho: La idea la trajo Santiago Pueyrredón, el director del clip, y el guión es de dos chicas de la agencia de publicidad La Fusión. Nosotros queríamos que hubiera varios artistas compartiendo gags con Juan Carlos, pero Santiago dijo: “No, todo pasa en la cabeza de Calabró, entre los pelos y en las orejas”. Y ahí empezamos a verlo de otra manera, sin gags, que es lo que siempre había en los videos de Los Decadentes.
Calabró: Ahora en todos los reportajes me preguntan por el trabajo con los Auténticos y siempre aclaro que, aunque la canción se llama Pendeviejo, yo hago de pende (risas).
–Calabró, ¿usted había escuchado a la banda antes?
Calabró: No.
Cucho: Ya lo vamos a invitar a un show... De todos modos, una vez nos había mencionado en Calabromas. Pablo Armesto, el bajista de Los Decadentes, se acuerda de que una puerta hizo un chillido...
Calabró: Y dije: “Caramba, parece una música de Los Auténticos Decadentes”.
Cucho: Nosotros ya teníamos el guión listo, pero no habíamos hablado con Juan Carlos. Y fue impresionante la buena predisposición que él puso. Cuando lo llamé, me dijo que sí, pero que iba a hacerlo “gratarola”, como decía Tolengo. Nos demostró su grandeza y su cariño.
Calabró: Fue algo recíproco, porque los muchachos de la banda me trataron muy bien. Me demostraban un cariño especial, de personas que evidentemente eran admiradoras de mi trabajo. Me sentí muy cómodo en esta incursión en la música moderna.
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