Así como el consumidor de rock persigue con avidez la obra de ciertos artistas, hay artistas que recorren el camino inverso: son ellos mismos quienes persiguen –cual ballenero japonés a su cetáceo– la atención del consumidor de rock. Es el caso de Spam, banda que hereda la vocación invasiva del correo no deseado de la Internet. Así entra a los empujones en la vida de gente que nunca los llamó, y la obligan a escucharlos. “Es rock no deseado”, define el vocalista, Pussy Mortgage. Y asegura que su práctica de colocar enormes parlantes en la vereda, frente a un monoblock, “equivale a tocar para 500 espectadores, es decir, los 500 habitantes del edificio, incluyendo viejas y perros”.

El título de su único disco remite a los correos electrónicos que saturan las casillas de e-mail para ofrecer el agrandamiento de ciertas partes del cuerpo: se llama Enlarge your Penis. “Es que nuestra música da vigor sexual y permite sumar valiosos centímetros”, justifican, “aunque nadie pudo comprobarlo por culpa de ese capricho generalizado de ignorarnos”.

La canción que mejor sintetiza la estrategia de Spam se llama Violando orejas; cuya letra, susurrada sobre una delicada base harcore, increpa: “Aunque a vos te chupe un huevo,/ vas a conocer lo nuestro./ Dale bolilla a lo nuevo,/ bancate lo que te muestro”.

Pero su táctica de difusión pronto alcanzará mayor agresividad: la banda planea realizar golpes comando, a modo de secuestro express, a personajes importantes de la industria y la escena –como VJs de MTV, jerarcas de discográficas y ex miembros de Soda Stereo– para someterlos a escuchas compulsivas de su música. “Es un poco violento, sí; pero es la única manera de asegurarnos que los jetones del rock nos presten atención”, reconocen, mientras se colocan sus pasamontañas y memorizan la dirección de un influyente empresario, dueño de una radio FM.

* Cualquier similitud con la realidad se debe a que la realidad es un pañuelo.