LA PRIVACIDAD, OTRA VEZ EN LA MIRA
› Por Mariano Blejman
Una de las principales “virtudes” de la web es la recabación de información calificada sobre los usuarios que la visitan. Por ello, las grandes compañías deseosas de privatizar el éter electrónico siguen haciendo enormes esfuerzos para seguir los pasos milimétricos de los usuarios. “Mientras más se sabe, mejor se puede vender”, dice una de las reglas tan escritas del marketing. Una de las metodologías para recabar esa información es el uso de las llamadas cookies, pequeños archivos de texto usados para guardar información en la computadora.
Una cookie se puede utilizar, por ejemplo, para no tener que recordar el usuario y clave de registro en una página, o para seguirte mientras navegás por el sitio que te instaló esa cookie en tu máquina, para saber de qué país venís, si ya visitaste el sitio, y otras tantas etcéteras orwellianas, como por ejemplo la configuración de tu computadora. Las cookies tienen beneficios, y pueden hacer de la web un lugar interactivo. Sin embargo, generalmente después de un tiempo, los usuarios suelen borrar manualmente estas cookies a través del navegador para evitar ser “perseguidos” eternamente. Ahora, algunos expertos en privacidad están poniendo el grito en el cielo por una nueva metodología que utiliza la tecnología Flash para instalar cookies mucho más difíciles de detectar.
Con la llegada de los programas spyware y sus anti-spyware, además de la atención de los medios y el aumento de la capacitación en línea, los usuarios comprendieron los propósitos y los riesgos de usar las cookies por tiempos prolongados. Según un informe de EPIC (www.epic.org), una organización cultora de la privacidad en la web, los usuarios eliminan las cookies de sus computadoras haciendo que sea difícil rastrearlos.
El 58 por ciento de usuarios en línea ha suprimido cookies de su computadora y el 39 por ciento lo hace mensualmente. Pero las empresas siempre encuentran formas de seguir en carrera. El nuevo método es la utilización de cookies dentro de animaciones Flash, el formato creado por Macromedia. La idea de los desarrolladores es fijar dos cookies en la máquina del usuario: una normal que se puede borrar, y una segunda cookie Flash que el usuario guarda porque no sabe que la tiene. Según Macromedia, el 98 por ciento de las computadoras tiene Flash. Desafortunadamente, pocos consumidores saben dónde se guardan las cookies de Flash y cómo controlar su uso.
Por lo pronto, la empresa United Virtualities, una firma de marketing online, confirmó utilización de técnicas “non sanctas” de las cookies de Flash mediante el método llamado Identificación Persistente de Elementos (PIE, en inglés). Hace unos meses, UV anunció la instalación del sistema que permite recuperar la información, aunque las cookies normales sean eliminadas: “Los avisadores, las webs y las redes usan cookies para encontrar su audiencia, pero esta técnica está siendo atacada. Las cookies son borradas en un 40 por ciento, creando serios problemas. Tenemos que defendernos”, se escandalizó el dueño, Mookie Tenembaum. Por las dudas, las cookies de Flash pueden ser desactivadas haciendo click en el botón derecho del mouse sobre una animación Flash y yendo a la opción “setting” y luego “advanced”. Irónicamente, Macromedia, la empresa creadora de la tecnología, también publicó una guía para ayudar a los usuarios a deshacerse de las cookies. ¡Uhhh... qué Flash!
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