ENTREVISTA CON SUNE ROSE WAGNER, DEL DUO DINAMARQUES THE RAVEONETTES
La ecuación es así: ofrecen una pizca de sonidos de los Estados Unidos de los ’50, tamizados por el oído de un dinamarqués actual. El resultado es el disco Pretty in Black, que muestra que se pueden usar ritmos retro viviendo en Dinamarca.
Hay músicos que prefieren no escuchar demasiado a sus colegas, convencidos de que pueden contaminarse de influencias. Otros, en cambio, arman una especie de alambique en el que meten sus abundantes discotecas y a partir de ellas intentan destilar un sonido propio. Sin dudas, The Raveonettes pertenecen al segundo grupo. Para notarlo basta con escuchar las canciones del reciente Pretty in Black, en las que la guitarra surf y el sonido de los ‘50, que dominan la placa, dejan entrar a beats propios del tecno, coros como los de las bandas femeninas de los ‘60 y cierta actitud punkie cercana a The Cramps. Pero además, a través del teléfono, lo confirma Sune Rose Wagner, cantante, guitarrista y compositor del dúo dinamarqués: “Escucho country de los ‘40; el primer rock’n’roll de Buddy Holly, Richie Valens y Elvis Presley; girl-groups de los ‘60 como The Ronettes, The Shirelles y The Marvelettes; muchas de las bandas punk como Suicide, los Ramones, los Dead Kennedys. Pero nos interesa mezclar elementos de esas diferentes épocas y traerlos al 2005, porque queremos que Raveonettes sea una banda moderna. Por ejemplo, en mi discoteca también hay mucha electrónica y es un camino que quisiera explorar más”.
–¿Te molesta cuando se dice que ustedes suenan como Jesus and Mary Chain, Velvet Underground o alguna otra banda?
–Para nada, porque ésas son nuestras influencias, así que es obvio que sonamos como esas bandas. Eso sí, nos gusta tomar la influencia de muchas bandas, juntarlas y luego actualizarlas. Podés escuchar de todo en nuestra música: Buddy Holly, los Everly Brothers, The Cramps y otras grandes bandas. Pero de eso se trata lo que queremos hacer.
Sune y su compañera Sharin Foo (una especie de bella amazona nórdica) nacieron y se criaron en pequeños pueblos de Dinamarca, siempre con la mente puesta en salir de allí. “Cuando finalmente cumplí 17 me mudé a Copenhague, que es mucho más grande”, recuerda el cantante. “Pero también creo que fue bueno para mí haber crecido en un lugar pequeño, porque te hacés una idea de lo que querés en la vida. Querés salir de ahí, viajar y experimentar el mundo, así que te da una motivación.” Sune empezó a prestarle atención en serio a la música sólo un año antes de la mudanza: empezó a conseguir los discos correctos y formó su primera banda. “Si bien siempre había querido irme, la música me ayudó a tomar la determinación, porque era como salir a perseguir un sueño”, asegura.
–En el sonido de Raveonettes hay mucha influencia de los años ‘50, lo mismo que en las tapas de los discos (que evocan a los afiches de películas de esa época). Sin embargo, como no viviste esa década, no puede hablarse de nostalgia. ¿Cómo lo definirías?
–No sé, yo uso mucho la palabra nostalgia porque soy una persona muy nostálgica. Me gusta soñar con cosas sobre las que no sé demasiado, o sobre lugares lejanos que nunca visité. Esas cosas y lugares parecen fantásticos, pero porque uno no conoce demasiado sobre ellos. A mí me gustan los ‘50 y los ‘60 porque me gusta la música, la arquitectura, los modelos de los autos, la forma de vestir de la gente... Pero se trata de eso, en realidad.
–¿Es como una idealización de esos tiempos?
–Sí, exactamente.
–Vos vivías en Dinamarca, soñando con los Estados Unidos de los ‘50. ¿De dónde sacabas la información?
–De las películas, la música, los libros y de personas que habían viajado. Siempre quise ir a ver cómo era y pude hacerlo antes de salir de gira con Raveonettes. Estuve viajando durante mucho tiempo. Como venía de un pueblo, tenía como una urgencia por viajar.
En un retorno a Dinamarca, Sune se reencontró con Sharin y decidieron armar The Raveonettes siguiendo ciertos parámetros: querían hacer canciones de menos de tres minutos, todas en la misma tonalidad (Si bemol menor en su EP debut Whip it on y Si bemol mayor en el disco Chain Gang of Love) y que no superaran los tres acordes. “Siempre supimos que eso iba alimitarnos, pero nos ayudó a encauzarnos. De todos modos, lo dejamos de lado para el segundo”, explica el cantante. Aunque ahora vive en Nueva York, concibió las canciones de Pretty in Black en Londres, donde reside Sharin. Y eso marcó el sonido del álbum, a años luz de la distorsión marychainesca del primer álbum: “Como no tenía nada de equipo conmigo, grababa los demos con guitarras limpias, pensando que después le agregaríamos distorsión. Pero terminaron gustándome mucho así como estaban. Pensé: ‘Ya hicimos dos discos ruidosos, no tenemos por qué hacer otro ahora’. Quizá volvamos al noise en el próximo, pero fue agradable hacer algo diferente”.
Los Raveonettes se aseguraron tres invitados de lujo: Maureen Tucker, ex baterista de Velvet Underground; el tecladista Martin Rev, de Suicide; y la cantante Ronnie Spector, estrella de las Ronnettes en los ‘60. “Pensamos que sería grandioso trabajar con las tres personas que nos inspiraron para armar la banda. Moe Tucker es una gran fan de Raveonettes desde que nos vio tocar en el show de David Letterman en el 2003. Nos ha hecho regalos como viejas grabaciones inéditas de Velvet y nos resultó natural pedirle que tocara en el disco. Pasamos un día muy agradable con ella, es una mujer muy cool. Grabar con Ronnie Spector también fue una experiencia fantástica. Y Martin Rev casi me destroza los teclados, porque toca de un modo muy agresivo. Es un gran tipo y un excelente músico: verlo tocar es una inspiración.”
El álbum abre con Heavens, una balada compuesta específicamente como para que la cantara Elvis Presley. De hecho, Sune hace su mejor intento por remedarlo. La fuerza de la herencia, que le dicen: el padre del vocalista fue presidente del fan club dinamarqués del Rey. “Recién me enteré hace un par de años”, cuenta el muchacho. “¡Qué lástima que no haya guardado nada de aquella época! Por supuesto que mi padre se dio cuenta de la intención de Heavens. Me dijo: ‘Esa hubiera sido una canción ideal para Elvis’.”
–Heavens puede haber salido de la influencia paterna. ¿Cuál es el origen de las canciones que hacés sobre groupies o prostitutas?
–Son todas experiencias personales. ¡Soy un chico malo!
–No parecés...
–Sí, ya sé, parezco muy buenito, ¿no? Por lo general soy una persona muy agradable. Pero también tengo un lado oscuro que quiero explor
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