DON CARLOS EN EL FESTIVAL PURO REGGAE
Es un rastamán de los históricos, que vino con los clásicos Black Uhuru en los '90. "El surf y las plantas son compatibles", dice.
› Por Santiago Rial Ungaro
Con el tiempo, esta ciudad asimiló sutilmente las vibraciones positivas de Jamaica. No todo es Sunshine reggae o El ritual de la banana. La organización del segundo Festival Puro Reggae, al que le seguirá una semana después la visita de los Skatalites (el 23 y el 24), hace este romance evidente. Pero no nos adelantemos. Este 17 de septiembre habrá tres artistas jamaiquinos: Don Carlos (esta vez como solista, vino en los ‘90 como cantante de Black Uhuru), los Israel Vibrations (ver recuadro) y la curiosa Peter Tosh Celebration Tour. Se les sumarán los brasileños Tribo de Jah (cuatro músicos ciegos y uno tuerto) y tres bandas locales: Riddim, Resistencia Suburbana y Natty Combo, completando una cartelera que promete ofrecer un curso intensivo de música jamaiquina.
En diálogo con el No, Don Carlos demostró ser una rastaman hecho y derecho. Los errores en las preguntas no le parecieron dramáticos a esta legendaria figura: “Yo era Don Carlos antes de estar en Black Uhuru, ¿sabés? En 1965 registré This Magic Moment”. Tampoco que le preguntaran por los también célebres Sly & Robbie (bases rítmicas de sesionistas influyentes), que entraron a Black Uhuru en los ‘80, con su primer LP como solista. “Ellos tocaban en The Revolutionaries, ¿lo conocés? Eran muy buenos”, comenta distendido y generoso. También sorprende cuando se le pregunta por el público argentino. En vez de adular, se acuerda de un querido amigo: “Estuve en Buenos Aires con Black Uhuru, si no me equivoco en el tour sudamericano de 1993. Me pareció un país lindo. Pero... ¡Ah!, tengo un amigo que espero volver a encontrar: se llama Jimmy Alvarez, era campeón de surf y gran fan de mi música. Espero que salga su nombre en la nota, así nos volvemos a ver”.
Como buen isleño, a Don Carlos le gusta el mar y el surf, aunque siempre estuvo en otras actividades: álbumes como Harvest Time (Tiempo de cosecha de 1982, uno de sus discos preferidos) y Plantation (1984) dan cuenta de la política agraria que promueven los rastas. “El surf y las plantaciones no son actividades incompatibles, pero nunca pude dedicarme al surf. Cuando les puse esos títulos a esos discos era porque era tiempo de cantar sobre eso. ¿Si ahora también es tiempo de eso? Y, sí, cada año hay un tiempo para eso, ¿no?”, pregunta y no cuesta imaginarse a este simpático y afable rastaman sonriendo del otro lado del tubo.
“Trabajar con la naturaleza es una actividad natural y terapéutica. Cada semilla y cada terrón tienen su tiempo en el ciclo de la naturaleza, y nosotros somos parte de ese proceso. Para eso vivimos. Necesitamos volver a la naturaleza, de ahí venimos y a ella vamos a volver. Hay que dejar a los sintéticos de lado.” A diferencia de otras voces, la dulce y profunda voz de Don Carlos suena tan cálida como en sus discos. Es un auténtico rastaman: “Hay muchos lobos disfrazados con pieles de cordero dando vueltas. Hay mucha gente que dice ser rasta y no lo es. Es fácil distinguirlos: los rastas sienten verdadero amor por todos los seres de la naturaleza, respetan a todos los seres creados y hasta a los aún no creados. Eso es un rastaman real: alguien conectado con Jah, alguien que siempre va a querer cuidar a la gente, ¿entendés?”.
Nacido en 1955 como Euvin Spencer en Waterhouse (un barrio de Kingston, de donde salieron King Tubby, los Black Uhuru y Junior Reid, entre otros), este rastaman conoce la génesis de la movida de primera mano: “Los ‘60 fueron una época linda, había más unión entre la gente. A partir de 1976, la política empezó a separar a la gente de sus expresiones. Y los jóvenes, al ser más influenciables, fueron las flechas que los políticos usaron contra los rastas, a los nunca iban a poder cambiar. Los rastas siguieron siempre ahí. Los jóvenes fueron perdiendo la dirección, se volvieron cada más materialistas y despreciaron sus propias tradiciones. Todo por las ‘poli-tricks’ (juego de palabra entre políticos y trucos)”. Pero, ¿qué pasó en los ‘80? “Muchas cosas. La influencia de la cocaína. El materialismo. ‘Poli-tricks.’ En todo el mundo ha pasado lo mismo, lo sé porque desde 1983 que ando viajando por el mundo. Este mundo es el mismo: adonde vayas es siempre el mismo sistema, la misma gente, los mismos problemas. La única diferencia es que a veces los reyes llegan a algunos lugares antes que otros.” La voz de Don Carlos (su excelente álbum debut Suffering es de 1981) suena de repente amarga y seria, aunque vuelve a cambiar cuando se le pregunta por las bandas que comparten cartel con él. “Los Tribo de Jah son músicos muy dotados; aunque no vean muy bien, tienen el espíritu. Los Israel Vibrations siempre tuvieron conciencia, desde el primer disco. ¡Soy fan de ellos desde el principio!” En tiempos de crisis espiritual, ese sincretismo conocido como rastafarismo sigue generando algunos pequeños milagros sonoros: los ciegos ven. Los paralíticos caminan. Las plantas crecen. No seamos nosotros los sordos.
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