Jueves, 17 de noviembre de 2005 | Hoy
ANDANDO DESCALZO SE PONE DE PIE
Por Mario Yannoulas
Allá por 1995, seis adolescentes salieron del colegio y enfilaron por primera vez para una sala de ensayo. Llegaron, desenfundaron sus instrumentos y, de a poco, aprendieron a tocar juntos. Eran perseguidores de un sueño tan clásico como el de tener una banda. Buenas noticias: lo lograron. Luego de una década y dos discos, Andando Descalzo prepara un cumpleaños para este sábado en El Teatro. “Cuando empezó todo, pensaba que les iba a contar a mis hijos que una vez tuve una bandita, pero con el tiempo noté que iba a ser mi vida”, recuerda el tecladista Pablo “Bocha” Otero. Se dice que son de Mataderos y tocan reggae, un molde al que parecen no adaptarse. “No sabemos de dónde salió que éramos una banda de reggae. Hacemos rock, reggae, ska, cumbia o cuarteto”, aclara Bocha. “Las letras reflejan lo que sentimos, pero no están atadas al barrio”, agrega Maxi Suppa. Andando Descalzo no sólo sobrevive a los embustes del mercado desde hace una década sino que desde entonces lo hace en forma independiente. “Así como aprendimos a tocar, tuvimos que aprender a encarar un disco, a hacer shows, a preparar giras, a hacer escenografías y videos”, dispara Bocha. Maxi dice que lo más destacable es haber podido desenvolverse bien a fuerza de equivocaciones, pero sin una compañía. “Aunque podemos escuchar propuestas”, dice. Por eso, si se trata de poner en la balanza los pros (¡No! ¡Maurizio no!) y los contras, ellos saben qué arrimar para cada lado. Según Bocha, “lo bueno es que podés estar encima de cada detalle sin que nadie decida por vos, y lo malo son los problemas de difusión. Hoy las bandas que rotan en los medios están bancadas por compañías. Karamelo Santo (nota: Goy produjo sus dos discos), Resistencia Suburbana, Nonpalidece o Dancing Mood, tocan por todo el país y llevan gente, pero no les pasan un tema ni de casualidad”. Igual, para ellos firmar con un sello grande no es sinónimo de buena difusión. “Hay bandas cajoneadas o compañías que se quedan con la propiedad del disco y dejan a los músicos sin copias para repartir, vender o para escuchar. Se corren riesgos grandes, hay cosas que no podés manejar ni con un sello atrás”, denuncia Bocha. Se sienten beneficiados por la copia. “La piratería y el boca a boca son la mejor difusión”, dispara Maxi. Bocha cuenta que cuando el primer disco (Andando Descalzo, 2002) todavía no estaba en la calle decidieron hacer trescientas copias truchas para vender en una gira costera. “Si un pibe no tiene guita, prefiero que se lo grabe. Como las regalías para las bandas son casi inexistentes, las que realmente pierden con la piratería son las compañías.”
Andando Descalzo festeja sus diez años de vida el sábado a las 21 en El Teatro de Colegiales, Federico Lacroze y Alvarez Thomas.
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