Ultimo momento (1ra. parte)
› Por Roque Casciero
Sonic Light Orchestra
No deja de ser una ironía que, en una nueva década de un nuevo siglo, Sonic Youth todavía tenga ese nombre. Claro, les sentaba bien a comienzos de la década del ‘80 del siglo XX, cuando sus canciones eran experimentos entre el rock y el noise que habían heredado de la new wave neoyorquina. Pero a esta altura la juventud sónica ya no es joven (la mayoría de sus integrantes pasó los 40) y cada vez está menos sónica, tal como lo demuestra su nuevo álbum, Murray Street. El disco, que aparecerá en Estados Unidos a fines de junio (su edición en la Argentina es de difícil, por no decir negativo, pronóstico), es el primero en el que la banda se presenta como quinteto. Jim O’Rourke, viejo colaborador del grupo, debuta como miembro estable a cargo de guitarras y bajos. “Hasta ahora ha sido muy interesante”, explica el guitarrista y cantante Thurston Moore. “Ahora puedo hacer una especie de doble guitarra líder con Jim. Antes, cuando construía una suerte de motivo para guitarra, podía sugerirle a Lee (Ranaldo, guitarrista y cantante) o a Kim (Gordon, guitarrista, bajista y cantante) que lo doblaran pero, por supuesto, ellos nunca lo hacían, porque desarrollaban algo propio y siempre era interesante. Por eso, para nosotros es muy inusual tener a alguien como Jim que diga: ‘Ok, yo voy a tocar exactamente lo que tocás vos en esta parte’. De repente, se crea esa agradable onda tipo Electric Light Orchestra.”
Antes de que algún fan de Sonic Youth decida tirarse debajo de un tren por la comparación de Moore, hay que aclarar algunas cosas. En primer lugar, sí, Murray Street es el disco más normal de la banda hasta el presente, el más orientado hacia las canciones. O’Rourke lo reconoce: “Es más relajado. Definitivamente tiene un elemento de rock clásico. No es programático ni nada de eso, pero mientras estábamos componiendo era algo con lo que nos identificábamos todos. Los cinco amamos a Neil Young. No es que estemos tratando de imitarlo, pero si una canción aterriza en esa onda, inmediatamente lo captamos”. Buenos ejemplos son las dos que abren el álbum, “The Empty Page” y “Disconnection Notice”, aptas incluso para su versión fogonera. Luego llega “Rain on Tin”, en la que Moore apenas canta un par de versos antes de dar lugar a una larga y climática sección instrumental, que de a poco eleva temperatura.
Otra aclaración: como sucedió en todos los álbumes de Sonic Youth desde Daydream Nation en adelante, la única canción en la que Ranaldo se para frente al micrófono es un punto altísimo en la placa. “Karen Revisited” tiene marcadas a fuego las características del guitarrista como compositor: las imágenes se superponen, a veces sin conexión, y las guitarras ordenan y desordenan, alternadamente, las emociones que generan las palabras. Cuando “Karen Revisited” amenaza con concluir (a los tres minutos, como una típica canción pop), las cuerdas se hacen agudísimas, chirriantes, y luego se sumergen en un espacio acuoso, siempre sugerentes e inquietas. Es el momento más arriesgado del álbum en lo musical, aunque, dentro de los parámetros de Sonic Youth, no lo parezca demasiado.
“Radical Adults Lick Godhead Style” está construida sobre un riff a lo Kinks, pero las exploraciones de las guitarras lo enmascaran hasta convertirlo en otra cosa. Kim Gordon se hace cargo de las voces en las dos canciones que cierran el álbum. “Plastic Sun”, que habían adelantado el año pasado en un compilado de la revista Jane, tiene algo de la fiereza y los sonidos con los que SY se había despachado en su versión del tema de “Los Simpson”. Y aunque “Sympathy for the Strawberry” no está nada mal, repite algunos conceptos instrumentales típicos del Sonic Youth de los últimos tiempos: debe ser lo menos sorprendente de un álbum con pocas sorpresas para quienes siguen de cerca la carrera del grupo. “Me temo que nos hemos convertido en una mutación muy rara del rock clásico”, explica Moore. “Pero creo que nos lo merecemos: ya somos cuarentones. Estamos comoatrapados entre el rock juvenil de MTV y el rock clásico anticuado de Neil y demás. Quizás estemos como poniéndonos a tono con eso.”