BABASóNICOS HIZO EL MEJOR DISCO DEL AñO
El cierre del año no podría ser mejor para los mosqueteros sónicos. Por tercera vez, ganaron la encuesta del NO (lo habían hecho con Jessico e Infame). Aquí, Adrián Dárgelos dice que Anoche es el mejor de los tres.
› Por Roque Casciero
El taxi va rumbo a Obras cuando suena el celular. Es Adrián Dárgelos, a quien le llegó la noticia de que Anoche es el tercer disco consecutivo de Babasónicos en ganar la encuesta del NO. El cantante está a punto de irse de vacaciones a Córdoba, la misma provincia donde se gestó el álbum y donde, en consecuencia, el sexteto de Lanús decidió presentarlo oficialmente. “No hay problemas, llamame y hablamos. Para mí, las vacaciones son sólo para leer durante ocho o diez horas”, dice Dárgelos. Y enseguida aclara: “Pero no me preguntes cómo me siento por ganar la encuesta, porque lo pienso y no sé qué contestar. Igual, tres seguidos... No sé, es una sensación linda”.
Adrián ya está entre las sierras y los libros cuando pregunta, unos días después: “¿Qué es exactamente lo que ganamos?” Disco del año según sus colegas, se le explica, y entonces hace una pausa antes de seguir. “Me gusta que los músicos nos hayan votado, es un honor, porque lo más complejo es el respeto de ellos. Y más porque muchos han sido mis maestros: yo aprendí de otros músicos. Entonces... ¡no sé cómo lo logramos! Además, tres discos seguidos. Me parece como imposible que le pase a una banda; es como tener un Guinness. No sé, ¿estarán todos muy equivocados?”
Jessico fue el primer disco de Babasónicos en ganar la encuesta del NO. Pero eran días bien diferentes: Diego Uma, el hermano de Adrián, no pudo ir a la sesión de fotos porque se hizo el 20 de diciembre de 2001. Las hojas ya amarillentas de aquel suple muestran al resto de la banda con gesto adusto. “No daba para estar muy contentos”, recuerda Dárgelos. “Jessico era un disco hecho a partir de la desesperanza, porque después de Miami nadie nos daba mucha bola. Cada uno de nuestros álbumes tiene un correlato con la época y también con el momento en que nos deja parados el anterior. Por eso, con la expectativa que generó Jessico, el momento en el que salió Infame fue muy diferente. Y también lo es ahora, cuando las cosas están normalizadas y hay un caudal de edición de artistas más lógico, que es cuando sale Anoche. Hubo años en los que salieron dos o tres discos, ahora salieron un montón. Y por eso tiene su logro especial. De todos modos, creo que Anoche es el mejor de esos tres.”
–Siempre decís que cuando hacés un disco es porque te creaste un mundo nuevo, que es el que te representa en ese momento. ¿Es por eso que Anoche te parece el mejor, o podés analizar los álbumes con frialdad y cierta distancia?
–No, lo digo porque a la hora de componer el disco me siento enamorado de la búsqueda y no percibo ninguna clase de idea o de forma a lograr. Por eso, en Anoche sólo me divierte la búsqueda: entrar a los lugares oscuros y ver qué me sorprende. Y como el disco se va despojando de la ansiedad y de la ambición saliendo al encuentro de las melodías, creo que por eso lo siento mejor. Quería que Anoche fuera intenso, que no es lo mismo que profundo, porque así se ponen serias las cosas. Y un entretenimiento serio no entretiene mucho, porque lo carga de una mirada rara, dogmática, como si fuese la única verdad. Cuando uno cierra los ojos y llega al silencio, lo primero que ve es la propia expectativa, que está plagada de atajos que pide el deseo. Y cuando uno se desprende de la expectativa empieza a volar, y va de un lado a otro de la imaginación, mientras suscita temas inesperados, como las canciones de Anoche.
–¿Cómo hacés para despojarte de la expectativa?
–(Silencio) Ufff... Es medio raro en la música. Es decir, podés improvisar en una zapada y ahí fluís. Como lo hace cualquiera que se pone a escribir y quizás encuentra el retazo de un motivo. En la música es más complejo porque es la ultra síntesis: son como retazos de la estructura de un pensamiento que en conjunto con otro retazo provoca un conducto casi emocional de las cosas. Pero no se construye de una forma racional, uno lo va abordando en la búsqueda, sin la desesperación de querer concretarlo. Sé que no es un sistema muy claro, pero es uno de los más reales sistemas de composición que existen. Por la búsqueda, Anoche provoca una sorpresa y eso le da un fervor especial. Es como si se jugase por algo por lo que sólo se juega ese disco y no los de los otros músicos, aunque no creo que sea así.
–Es raro que digas que “se la juega”, ya que aseguraste que el yo de cada una de las canciones es distinto y que todas mienten.
–No, lo que pasa es que mienten en el egoísmo, pero se la juegan en la aventura de la fantasía, de la búsqueda. De todos modos, creo que tiene una toma de partido, aunque es muy abarcativo definir todos los temas como un engaño. Por ejemplo Así se habla tiene un estamento de discusión, que es el mismo de cincuenta mil canciones de protesta o de punk rock, pero lo dice diferente. No sé si ese tema miente. Cuando dice “Vamos, quiero una explicación”, ¿qué miente? Nada, si él no se pone en ningún lugar. En realidad, ese tema se pregunta qué pasa con los que están en el poder, por dónde caminan si no lo hacen por el mismo lado que la necesidad. Porque, como nunca, vemos a los que tienen el poder, cuando me los encuentro quiero una explicación. Y Ciegos por el diezmo también tiene una mirada política de las cosas.
–En las primeras entrevistas que diste tras la salida de Anoche te desentendías de eso.
–Lo que sucede es que no sé si en el disco pasa todo lo que digo yo. Es lo que a mí me provoca. Pero lo maravilloso es que no completo los discos, sino que lo hace la visión externa.
–Es lo que mencionabas sobre los retazos de un pensamiento, que deja espacios para la imaginación del oyente.
–Esa era la gracia que encontraba mientras hacía las canciones, en comparación con otros discos que podían tener dos o tres lecturas: Anoche puede tener un sinnúmero de lecturas, de acuerdo con el perfil desde el cual lo abordes. Y eso me gustaba más. Trato de que la música despierte cosas, de que avive algunos giles; que a algunos los ponga más en relación con las circunstancias y que a otros les haga ver la coyuntura con una dimensión más poética, porque si no se tienen que matar. En ese caso me encuentro yo: como no me gusta la realidad, construyo ésta. Pero es una respuesta a una realidad existente.
–”La música no tiene mensaje para dar, y sin embargo te lo da”, cantabas en Fan de Scorpions, de Infame.
–Y, más o menos. Pero me parece que en Infame no doy ningún mensaje. En Anoche, en cambio, siento que la música llega a un montón de gente y me encanta esa responsabilidad de plantar mi discurso sin hipocresía y sin intereses. Porque no tengo mucho interés en lo que vayan a sacar como conclusión quienes lo escuchan. Pero el disco toma partido, no se lava las manos. Esa es su cuota de referencia política, que no es partidista sino sobre el sentido común.
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