CHE SUDAKA, GO LEM SYSTEM Y ALCOHOL FINO LEVANTAN VUELO BARCELONA
Gracias al disco La Colifata que produjo Manu Chao ya están girando por Europa. Son argentinos por mayoría, pero en la sangre de sus integrantes también corren otros mundos que siempre salen terceros.
› Por Martín Correa-Urquiza, desde Barcelona.
En un tiempo se hablará de lo que pasó. Dicen que es como todo movimiento; mientras vive es difícil encerrarlo en su paréntesis conceptual, y deben pasar algunas muertes y otras tantos renacimientos para que se discuta. Con el jazz fue la misma historia, y con los beatniks y tantos otros. Hace un par de años que algo corre por los pasillos de la música en la Europa sureña; algo fresquito, casual, que llega como quien no quiere la cosa y que sigue siendo fusión de lo andado, nuevos acomodamientos. Algo así como la nueva la literatura que es siempre un inédito tipo de “enredo” de palabras. La sorpresa está en la estructura del combo. Hace algunos años (quizás imposible precisar con exactitud, los hitos son difusos en estos casos), América latina puso pies en Barcelona; fue parte de la contra-invasión, dicen en las trastiendas.
Y hubo un encuentro no buscado de músicos caídos de mil palmeras y otros tantos mundos que se apiñaban, improvisaban, ocupaban las calles del Barrio Gótico tocando hasta que caía el día. Dicen que en el equipo había un tal Chao de buen cantar y mejor corazón, y con ese capitán de timón colectivo la cosa tomó cuerpo. Entonces pasó lo que pasó; un disco, La Colifata, como fundamento, la locura como eje inspirador y algunos días de encierro ante computadoras y micrófonos. La calle como leitmotiv. La cosa estalló. Que giras, que conciertos populares, que sorpresas. Algo nuevo hervía en las ollas del desencanto.
Las tres bandas con las que el NO tiene su encuentro son parte del eje inspirador de aquel mítico disco La Colifata, que se vendía de mano en mano, y fue producido junto a decenas de músicos callejeros. En las tres, la mayoría de los “jugadores” son argentinos y ahora, cuando empieza a amainar la tormenta de aquel puntapié inicial, hablan de lo que vendrá y el destete necesario para seguir andando.
Salvo por los precios y la evidencia geográfica, El Glaciar es casi como un Tortoni, de esos lugares que todavía se arriesgan a la atmósfera de madera gastada, barra negra de puchos consumidos y mesitas de mármol. No cede a las presiones de esta Barcelona que a veces se antoja tan pausterizada. Aquí es la cita entre Grimbergers, café con leche y tabaco armado. Llegan desparejo, de a dos, de a tres, de a cuatro. Lisandro de Alcohol Fino, Leo de Che Sudaka y Aleko de Go lem System dicen que llegaron como llegaron todos los argentinos: juntos pero separados. No se conocieron hasta que empezaron a chocarse las narices en bares y fiestas. Hoy son parte de esta Barcelona que se mezcla y exporta su modelo sin saberlo. Para ellos la ciudad es mito, realidad y engaño; la calle sucia, la guitarra empastada de calcos, la pared gótica con gárgola de turno que mira el espectáculo con furia tierna.
Aleko (Go lem System): –Vine para probar cosas nuevas. En la Argentina, el tema de bandas nuevas esta más jodido, yo tenía claro que esto quería hacer con mi vida. Además, viajando es como en definitiva uno crece. Hay una diferencia entre la gente que se ha movido y los que no.
Leo (Che Sudaka): –Nosotros vinimos con una banda, Correcaminos, con la que tocamos en Mar del Plata 7 años, pero fue llegar a Barcelona y a los 2 días nos separamos. Me encontré solo y con la cara hinchada, nos habíamos peleado, y decidí quedarme. Así empecé a tocar, a juntarme con gente y a hacer movidas. Al año con Hernán, el bajista de Correcaminos, armamos Che Sudaka. Después llegó mi hermano y la cosa se consolidó.
Lisandro (Alcohol Fino): –Nuestra banda sonaba en La Plata, pero acá tomó otro color. Es muy loco porque todos llegamos casi en la misma época. No nos conocíamos allá, pero nos empezamos a cruzar en las movidas, y sobre todo nos conocimos de tocar en la calle.
Leo: –Sí, cada cual llegó con su guitarrita y nos encontrábamos a tocar en la calle, era una manera de ganarse la peseta, que combinábamos con laventa clandestina de cervezas. Estaba muy bueno el barrio para hacer música; ahora la cosa se ha puesto más jodida. Al Ayuntamiento se le ocurrió perseguir a los músicos callejeros por supuesta superpoblación, y pasamos a tocar en el tren, o en el subte, que es un poco más chungo porque tenés que estar tipo James Bond mirando a todas partes. De la calle se aprende, hemos recibido huevos de los vecinos, persecutas y otras historias. Es duro, porque plantarse ahí y decirle al que se está tomando algo: “Vos no me llamaste, pero te voy a tocar una canción y encima te voy a pedir guita”. Ha habido ingleses que nos echaban y hay bancárselo.
Lisandro: –Llegamos en el último tiempo de la movida de buen rollo en Barcelona. Eran los coletazos finales de una historia de encuentros, de posibilidades de toparte con Manu tocando con amigos en la calle. Había una conexión, llegabas a la plaza del Trippie y enseguida se armaba algo.
Leo: –Hoy es más operativo comando: tocás dos canciones y salís corriendo porque viene la policía. De alguna manera se perdió esa onda en el barrio, pero no hay que olvidar que eso no sólo fue el puntapié para el disco La Colifata sino que se fue proyectando en Alemania, en Suiza, en Francia y en todos los países donde nos empiezan a recibir.
De aquel disco compilatorio grabado para Radio La Colifata, integrada por internos del Neuropsiquiátrico Borda, surgió un movimiento que dejará su estela. Producido por Manu Chao, muchos de los músicos que grabaron eran artistas callejeros que buscaban entrarle a la vida. A partir de allí, sus carreras se consolidaron. Cuenta Lisandro: “Fue un envión, una explosión. Muchos incluso se formaron para ese disco, pero después al llegar de las giras hubo que profesionalizarse. En el primer concierto, donde tocamos Go lem, Alcohol Fino y Che Sudaka para 800 personas, no lo podíamos creer. La gente estaba ahí porque pensaban que iba a tocar Manu, pero había que hacerlos mover. La respuesta fue alucinante”.
Leo: –El eje fue Manu, él fue quien nos asesoró espiritual y técnicamente, él propone hacer el disco y empezar a moverlo. A partir de ahí el tema fue de boca en boca y tomó color. El se pasó horas frente a la consola en la casa de Pati (manager de La Colifata), sacando adelante el proyecto. Para nosotros es como ser amigo de Maradona y que él te diga: “El tiro libre en vez de patearlo así, patealo de esta otra manera”. Y sale. Para mí es un honor estar conectado a él, lo admiro y lo seguiré haciendo porque antes de conocerlo seguía su música y su forma de pensar. La mezcla trae nuevas cosas.
En Barcelona y alrededores lo llaman mestizaje, pero es casi como llamar mezcla a la mezcla, una tautología inevitable ante la no aparición de nuevos nombres. Quizá con el tiempo se piense que esto es una nueva manera de pensar la música. La movida es una suerte de imagen de marca. Lo mismo pasa con la categoría de mestizaje, que corre el riesgo de perder su sentido. En el caso de las tres bandas, más allá de ser el subtítulo que suele acompañar sus presentaciones, el mestizaje es real. Aunque la mayoría son argentinos, hay venezolanos, colombianos, españoles, franceses, y sus aportes hacen algo fuerte que une salsa, Brassens, tambores, cumbia, Piazzolla; kilombo bonito.
n –En Barcelona hubo un momento de despegue de todo el movimiento asociado a lo que llaman mestizaje, a esto de hacer música entre personas que venimos desde distintos puntos del planeta. Y creo que hubo como una saturación en Barcelona y la cosa fue decantando, pero esa saturación todavía no llega al resto de Europa. Eso hace que a nosotros nos vaya bien en otros países. Aquí hoy dicen mestizaje y hasta a veces sienta mal el término, en el resto de Europa se ve más novedoso.
Leo: –Ahora estamos en una etapa en la que nos salen giras y en casi todos los lugares adonde vamos nos reciben de puta madre. Pero hasta nos han llegado a presentar como la banda de Manu Chao. Pero ahora cada uno empieza a tener la necesidad de una etapa más personal. Aleko: –Es alucinante cómo nos reciben en Alemania, por ejemplo; la gente se copa más que en España. En Inglaterra pasa también, pero allá no nos meten en la etiqueta de mestizaje sino en la de “world music”. A mí me gusta esa forma también.
Leo: –En Francia nos relacionan con Mano Negra, cuando nos tienen que presentar nos suelen llamar la banda que vino después de Mano Negra.
Lisandro: –Nos ha pasado también en Alemania en alguna sala pequeña donde acaba de tocar La Vela Puerca o Karamelo Santo, y nos asociaban a ellos para vendernos de alguna manera a ese público.
Lisandro, Aleko y Leo han tenido a Barcelona como un trampolín de lujo, aunque en invierno (o sea ahora mismo) se pone difícil y hay que volver a antiguas ocupaciones. “En invierno somos como faquires”, dice Leo. Agrega Lisandro: “Hacemos fletes, vendemos cerveza, somos paletas (albañil), lo que venga”. En los meses flacos, Leo se va por los bares con sus discos: “Explico la banda y algo voy vendiendo”.
Aleko: –Lo ideal sería tocar en ambos veranos.
El sueño es volver. Lisandro todavía no lo hace por problemas “de papeles”. “Es una ilusión más grande que tocar en Japón o a Australia”, dice. Algunos integrantes de Che Sudaka hicieron en el 2004 un set en la Rock & Pop. “Fue muy loco, yo soy de Mar del Plata, en la puta vida nos habían dado pelota y volviendo me llaman para la Rock & Pop. Después tocamos en Niceto para 2 mil personas, hicimos dos canciones y cuando la gente pidió otra... me largué a llorar.” Los Go lem System estuvieron por el barrio en estas semanas, ya que sus integrantes pudieron cruzar el charco post-fiesta. Este sábado, tocarán en Buenos Aires (ver recuadro). Cierra Aleko: “En la Argentina hay poco espacio para novedades. O sos grande o te morís de hambre, no existe el circuito intermedio. En Europa no sos estrella, pero podés vivir”.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux