MAS BAFICI
› Por Mariano Blejman
¿Quién es Alexis Dos Santos? “Llamame más tarde, que estoy viajando en bicicleta”, dice en la primera comunicación desde Londres con el NO. Sus padres se fueron a vivir a Zapala en un exilio interno, durante la dictadura. Allí creció Dos Santos, en esa ciudad que –sin querer– iba a servirle para aprender algunas cuestiones que luego quedarían plasmadas en Glue (Historia adolescente en medio de la nada), film que se verá por primera vez en la Argentina (aunque fue estrenado en Rotterdam).
La historia marginal de una ciudad patagónica surge entre amigos y la familia, durante el verano de Lucas (Nahuel Pérez Biscayart), cuya historia tiene momentos de realismo, y un amor por la letanía del detalle. Sin embargo, Dos Santos dice –a punto de subirse al avión que lo traerá al 8º Bafici, después de haber dejado la bicicleta– que la historia no es autobiográfica, aunque haber vivido en Zapala le sirvió para imaginarse el escenario. “Cuando hacés cine, escribís una historia, no necesariamente son cosas que pasaron. Obviamente crecí en ese pueblo, aunque vivo en Londres desde 1998. Empezó como una historia de chicos de las afueras de Londres, pero pensé que era mejor escribir algo situado en la Argentina.”
“Vieron que cuando uno está con amigos se comporta distinto que cuando está con la familia”, dicen en el film. A Dos Santos le pasa un poco eso: nació en 1974, estudió arquitectura, actuación y cine, en Barcelona aprendió guión, dirigió el corto Meteoritos con Natasha Braier, que le valió el apoyo de Isabel Coisext para post-producción, fue a Londres, estudió dirección y ahora prepara su nueva peli: Unmade Beds. La peli se vio sólo en Rotterdam y, aunque lo invitaron a otros festivales, se viene reservando para el Bafici. Y en cada lado se comporta distinto.
“Las imágenes que tienen que ver con los estados emocionales y los contextos en mi cabeza son los de Zapala. Se hacía muy clara la fotografía de la película. Hay algo de agobio, aburrimiento, letargo, encierro, por mucho que estés afuera, no tenés salida. El nivel de actividades que hay es superlimitado. Yo quería hacer cuarenta mil cosas y hacía las cinco que podía hacer ahí. Aunque por otro lado, contando historias de mis 14 años muchos me preguntaban: ‘¿Eso hacías a los catorce años?’. Uno se exacerba más, cruzás el límite más rápido.”
A Nahuel Pérez Biscayart lo conoció en un rápido casting que hizo en Buenos Aires, cuando supo que había ganado el premio de la Hubert Bals Fundation. Dice que los eligió porque, entre otras cosas, los tres protagonistas –que tienen sus sendos acercamientos sexuales– repartían cierta complicidad. “Entre ellos eran amigos, y yo tenía miedo de hacer la peli con chicos de 16 años y que fuera raro para ellos. En cambio, con ellos fue fácil. La química estaba dada.” La próxima, Unmade Beds, iba a ser en realidad su primera película. Se trata de un guión más desarrollado en Inglaterra, con mayor presupuesto. “Mientras que Glue se hizo con muy poca plata, a la manera independiente del cine argentino. Pero en Londres no se puede hacer lo mismo, y por muy barato que te cueste, cuesta mucha plata.”
Sábado 15 a las 23.15 (Hoyts 11); lunes 17 a las 23.15 (Hoyts 7); miércoles 19 a las 11 (Hoyts 7).
David Bisbano nació en Buenos Aires en 1974, dirigió B (corta) en 16 mm en blanco y negro, hizo dos clips Thum e It can’t be para The Tandooris, entre muchas otras cosas. Rodó en febrero del año pasado María y Juan, no se conocen y se simpatizan, en once días. En ese tiempo logró una no tan típica historia de amor en Buenos Aires. “La idea era hacer un film de amor diferente a todo lo que había visto. El argumento es el más viejo de todos. Aunque el slogan ideal sería ‘María y Juan, se conocen y simpatizan’, en este caso es ‘no se conocen y simpatizan’. Se trata de una pareja que se conoce en Internet, pero nunca se ven en la vida real. Desde el momento en que deciden encontrarse, la ciudad comienza a cambiar, adoptando un clima urbano muy extraño.
“Lo que buscaba era básicamente contar una historia muy sencilla y muy real sobre el mundo virtual”, cuenta al NO. “Es un gran desencuentro, la idealización hacia una chica por Internet, es la sensación de que tenés el amor de tu vida y no poder conocerla. Y llegás casi a odiarla por ese motivo.” En el film, la ciudad funciona como si fuera otro personaje más, usando la soberbia de aquel que puede mirarlo todo desde arriba. “Se trata de un territorio que no conocen: la ciudad los separa, es luminosa y después se va oscureciendo. La ciudad es un lugar que vemos todos los días y no le damos mucha importancia, cuando uno quiere conocerla es muy superficial. Los personajes de mis películas se quedan mirando un árbol, o identifican los lugares no por las calles sino por la fotografía. La idea de la peli en B (corta) era tratar de hacerla lo menos reconocible, pero ésta tiene color y pretende todo lo contrario. Intenta mostrar lugares muy claros: La Giralda, Camelot, el Obelisco, Florida y Corrientes.”
Esas ganas de redescubrir la ciudad no son una situación consciente del autor sino que “se trata de algo que me surge”, confiesa. “Me gustan los personajes perdidos, mirando al cielo, vagando, como si viviesen en otra dimensión. Me gusta esa gente que va en el subte con la cara de culo. Esos que pasan caminando y no te ven. Esos me gustan.”
Jueves 14 a la 15.30 en Hoyts 7 (Abasto); jueves 20 a las 13 en Hoyts 7 (Abasto).
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