NUCA PRESENTA “MAQUINA DE LA PAMPA”
Crecieron desde el rock remixando sonidos de la cumbia, fueron producidos por Pablo Romero de Arbol, firmaron con un sello y Gambit quiere ser el próximo productor. Lo bueno y lo malo de crecer.
› Por Julia Gonzalez
La sala de ensayo de Nuca es una vieja casona ubicada justo enfrente a las vías del Sarmiento. Hay que traspasar varios ambientes hasta llegar al patio en el que maúllan cinco gatos y descubrir que cuatro de los nueve integrantes están tomando mate y conversando concentrados detrás de una ventana. Están preparados para presentar su tercer disco, Máquina de la Pampa –producido por Pablo Romero, de Arbol, y Chávez, cantante de Nuca-, el viernes 14 en Niceto, donde redoblarán la apuesta de su sonido, mezcla de rock, cumbia latina algo remixada y coros por doquier. Por estos días sólo se ocupan de la prensa y de los ensayos para el primero de los tres shows del 2006 en Capital. El resto del año girarán por el interior, además de jugar de locales en el Oeste. “Hay dos razones por las que no tocamos en la Ciudad de Buenos Aires –dice Chávez–; una es porque no hay lugares y la otra porque para presentarnos como queremos, necesitamos mucho tiempo para promocionarnos. Así que si tienen ganas de vernos, aprovechen.”
El arte de tapa de Máquina de la Pampa es un contraste sutil entre la introspección de las letras de las canciones y la foto que muestra a una chica desnuda de espaldas agarrándose/pellizcándose los muslos en un baño de azulejos blancos. “Buscábamos algo fuerte y no lo encontrábamos, hasta que llegamos a esta foto y vemos que se logró el objetivo, por algo nos estás preguntando esto. Además los colores también están buenos, me parece que es una obrita de arte”, cree Nicolás Martín, guitarrista.
Desde el 2002 trabajan con el sello Benditas Producciones y aseguran que les significó un cambio rotundo, como gozar de facilidades para ir a tocar al interior, contar con una distribución seria, hacer un video o tener prensa. Llegar a todo el país hubiera sido difícil si estaban solos. Reconocen que también tiene sus contras, puesto que perdieron terreno en las decisiones, aunque la elección fue necesaria para crecer. Además, desde el sello les propusieron producir el disco con Gambit, bajista de Mano Negra y Radio Bemba. “El quería venir a producirlo porque le había gustado mucho nuestro segundo disco, Paraway, y no nos cobraba nada, sólo los pasajes de él y su mujer, que es de Necochea”, cuenta Chávez. “Pero cuando nos llegó esa propuesta, ya estábamos a mitad de camino del trabajo con Pablo. Por una cuestión de respeto le dijimos que estaba buenísimo y que ojalá lo podamos hacer en el próximo disco. Nos gusta mucho laburar con Pablo. No lo vemos nunca a Gambit, sabemos que va a estar bueno producir con él si se da la posibilidad. Para algunos de los chicos es un referente mejor.”
Los discos anteriores, Paraway (2003) y Dibaxu (2000) fueron grabados con Marco en la voz y en las teclas, y su muerte inesperada hace dos años produjo un quiebre en la banda. “Tuvimos que luchar contra la adversidad varias veces y acá estamos, yendo desde la luz hacia adelante”, dice Nicolás. “Máquina de la Pampa es como esperanzado, pero sin perder la realidad.”
–¿Cómo siguieron adelante?
Chávez: –Cuando pasa algo así, tan drástico y tan brutal como fue la muerte de Marco, primero quedás sin entender y después empezás a aceptar lo que te pasó. Igualmente te hacés un montón de preguntas y encontrás muchas respuestas. Dentro de lo negativo, entre comillas, encontrás lo positivo, que es una cuestión natural del hombre, como ver lo que hay detrás de esta tragedia. No lo superamos, pero aprendimos a convivir con esa ausencia. Tuvimos un año y medio de transición, con gente que entró y salió de la banda. Y acá estamos haciendo un disco buenísimo, que está mucho mejor que el anterior.
Otra de las situaciones difíciles de la banda fue estar tocando en Cemento en el momento en que Cromañón pasaba a la historia. La placa de Crónica transmitía: “Se prendió fuego el boliche de Chabán”, y la desesperación trasladó a los padres hasta Estados Unidos al 1200. “Siempre que tocamosahí hubo una tensión rara, nunca me sentí del todo cómodo en Cemento”, dice Nicolás. En cuanto a la masividad que puede llegarles algún día, el Dj Rafael García indica que musicalmente están yendo para otro lado que no es justamente el más divulgado, aunque este disco es más sencillo y puede abrir el panorama. “Creo que seguimos siendo una banda difícil desde la popularidad; todos queremos eso, pero no a cualquier precio. Tiene que llegar, pero no queremos perder el equilibrio ni la línea musical”, finaliza Chávez. n
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