Jue 27.07.2006
no

BANDAS TRIBUTO

El estigma de no ser

Helium, Experiencia y Rey Lagarto son como Led Zeppelin, Jimi Hendrix Experience y The Doors, pero en la Argentina y 30 años después. O sea, otra cosa. Intentan deshacerse de esa imagen de músicos “interesados”.

› Por Cristian Vitale

Iván muestra un anillo comprometedor y niega que su rol de Jim Morrison, en Rey Lagarto, acredite éxito con las mujeres. Fernando, bajista de Helium, es John Paul Jones. “Si bajo 40 kilos, puedo andar”, bromea. También debería dejarse crecer el pelo, planchárselo y lograr el corte He-Man (sin flequillo) que ostenta el príncipe rubio de Led Zeppelin en The Song Remains the Same. Rodrigo es Jimmy Page. Tiene el pelo corto y ningún signo que muestre excesos místicos u oscurantistas. “No nos vamos a poner una peluca, ni nada. Pero nos copan mil boludeces escénicas que tratamos de implementar”, dice. Matías es Mike Mitchell y aprendió a tocar la batería sobre los discos de la Jimi Hendrix Experience. Y Esteban es un Hendrix rubio y de ojos celestes. “Para corcho y peluca, no da”, se ríe.

No son más que ironías cuyo fin es contrarrestar el estigma que conlleva ser una banda tributo. En la Argentina, sólo contando los engendros que imitan a Los Beatles, hay decenas de meros calquitos. Exceptuando a los DuraBeat, la mayoría pretende copiar tres acordes y ver cómo se traducen en dinero. Pantomimas en nombre de una banda enorme, digamos. “No es nuestro caso –se ataja Rodrigo–. Nosotros subimos al escenario porque nos gusta, no pensando en una manera de ganar plata.” Y Matías refuerza: “Hay dos formas de encarar un proyecto tributo. Una es caracterizar hasta los más mínimos detalles desde el punto de vista visual, escénico y musical. Y otra, hacerlo en honor al arte. A nosotros nos pasa que Hendrix es un punto en común entre las variadas experiencias que tenemos, el crisol donde se funden nuestras ganas. La idea fue hacer algo que hoy no hay. Todo el mundo conoce a Hendrix, pero muy pocos a fondo. Little Wing, por ejemplo, la dividimos en partes: la primera es equivalente a la de Vaughan, la intermedia es como la de Hendrix y la última tiene un arreglo nuestro. La idea no es ser una representación fiel”.

Helium, Experiencia y Rey Lagarto son –al menos pinta así– tres bandas cuyas pretensiones distan del apuro por la moneda, tanto como de la nostalgia en sí. Representan, más bien, un desinteresado impulso por incorporar el legado de bandas que han superado el óxido del tiempo. Por reivindicarlas. En el disco de Experiencia –Tributo a Hendrix– los músicos advierten: “Esperamos haber estado a la altura de las circunstancias”. “Tributar a un genio no es moco de pavo”, agrega Matías. “Hendrix, para nosotros, es sinónimo de libertad e inconformismo: un revolucionario antisistema.” Rodrigo, de Helium, jura que hubo gente que le confesó: ‘Estuvimos toda la vida esperando ver a Zeppelin en vivo, y ustedes suenan igual’. En los recitales, el baterista hace el solo entero de Moby Dick, y Dazed and Confused está hecho con arco y violín. Dato saliente: Jorge, el frontman, canta ¡igual! que Robert Plant. No la de Starway to Heaven, pero las versiones de Over the Hills y Heartbreaker son buenísimas (escuchar para creer). Con Rey Lagarto, si cerrás los ojos y apagás la luz –al menos en Roadhouse Blues– es The Doors.

Los cinco son enfermos de la música de los ‘70. Enfermísimos. Tienen todas las rarezas, colecciones piratas, grabaciones de estudio, vivos y libros que existen en la Tierra. Y cada uno acusa influencias paternas o hermanales. “A los 10 años iba con mi viejo en el asiento de atrás del auto. Escuché Black Dog por la radio y dije: ‘¿Esto qué mierda es?’. Me voló la cabeza. Me quemé”, cuenta Fernando. Helium se formó en la cuadra zeppeliniana de Villa Devoto. Fernando y Rodrigo son vecinos, y se conocen hace 15 años. Zaparon mucho tiempo paredes adentro, hasta que conocieron un baterista –también de la cuadra– y formaron la banda. “Tocamos timbre y, cuando entramos, tenía una pila así de discos de Zeppelin”, vomita Rodrigo. Después, probaron un par de cantantes –¡uno que imitaba a Cristian Castro!– hasta que dieron con Jorge. “Pegó dos gritos y quedó”, reseña Fernando. Rodrigo dice que empezó por Steve Vai y Joe Satriani hasta que escuchó al “enfermo” de Page. “Y empecé a frenar los dedos -admite–. Lo primero que escuché fue Rock and roll en el secundario: volaban las sillas por todos lados.”

Experiencia surgió como una revelación adolescente de Matías. “A los 14 años era fanático de Queen y se me dio por escuchar blues negro, pero estaba medio negado a todo lo que era distorsión. Un día vino un compañero, el Negro Vento, y me dijo: ‘Albert Collins, Buddy Guy, todos esos son buenos, pero escuchá a Hendrix’. Me grabó Live at Winterland en casete y dije: ‘Esto es blues moderno y salvaje’. Me partió la cabeza. Hendrix, además de guitarrista genial, fue un compositor muy creativo. Armaba unas bases rítmicas irregulares y sincopadas alucinantes. No sé si se ha construido mucho más a nivel rítmico. No es por fanático, pero veo lo que hacía en el ‘66 y me parece de otro planeta.” Riders on the Storm fue la canción puerta para la concreción de Rey Lagarto. Dice Iván: “Yo tengo cuatro hermanos mayores. Un día, uno estaba escuchando Doors y mi viejo me dijo: ‘No escuches esa música que te va a hacer mal’. Menos mal que no le di bola”.

Rodrigo tiene 27 años, Fernando 25, Matías 31, Joaquín 21 e Iván 34. Es decir, ninguno pertenece a la generación de los grupos que idolatran. Sin embargo, saltean la brecha generacional con total naturalidad. Matías lo hace manoteando el concepto de libertad extrema: “La libertad fue el común denominador de la época. Uno mira todo lo que hicieron y, francamente, es difícil de superar. Mirando para atrás, todos estamos influenciados, consciente o inconscientemente, por estos grupos”. Fernando coincide: “Los tres le dan una vuelta tuerca a lo que era el rock hasta ese momento para crear, a partir de ahí, una identidad fortísima. Inventan una forma de tocar, algo que nunca más se dio”. El tratado setentista lo cierra el Mitchell argentino, citando al pensador contemporáneo Homero Simpson: “Soy fanático de Los Simpson. Para mí, son un tratado de sociología. Homero dice que el rock alcanzó la perfección en el ‘74 y que es un hecho científicamente comprobado. Tiene toda la razón del mundo”.

Helium, Rey Lagarto y Experiencia se presentan el viernes 28 de julio en El Teatro de Flores.

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux