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Jueves, 31 de agosto de 2006

JOSE GONZALEZ

Mendoza en el indie europeo

La dictadura empujó a sus padres fuera del país, y así la alimentación musical de González pasó por varios platos diferentes. Su disco Veneer lleva vendidas 500 mil copias: un argentino potencia.

 Por Yumber Vera Rojas

Pese a que su español no es el mejor, lo habla con orgullo. Mientras entreteje cada idea, debe desarticular el raciocinio sueco y las locuciones del inglés para construir oraciones en la lengua de sus padres. Debido a lo aparatoso, cada respuesta es corta y precisa. Se toma su tiempo para pensarla. Aunque lo más sorprendente es su tonada mendocina. Y es que ser hijo del destierro significa la confabulación de enredos identitarios, contrastes culturales y pautas sociales. Es una marca indeleble para quien la hereda. Si viviera en la Argentina, su nombre sería moneda corriente. No obstante, el cantautor José González es hoy una de las vedettes del indie europeo y no llega ni a los 30 años. Este novel juglar de la canción nórdica glosa: “Mis padres se exiliaron en Suecia en 1976. En casa se practicaban costumbres como tomar mate y esas cosas, pero nunca fuimos de agitar las entrañas de la cultura argentina. Lo que sí les agradezco es que hayan mantenido la tradición de hablar en español. Eso para mí ha sido lo más importante en cuanto a mis raíces. Cuando uno es chico no piensa demasiado en esas cosas. Sin embargo, me siento sueco. O mucho más europeo que latino”.

Así como el baterista de Stereophonics Javier Weyler, o el vocalista de Elefant Diego García, José González revela una generación de músicos, hijos de argentinos paridos o criados en el ostracismo, que profesa conscientemente o no el latinaje en la sociedad norteamericana y europea. Pero por sobre todos estos símiles fue González quien manifestó una afinidad en su breve obra con el folklore nacional y la nueva canción latinoamericana. En este aspecto, este sueco exhibe una empatía con la sensación del folk alternativo Devendra Banhart –estadounidense, aunque de familia venezolana–, quien debido a su lazo con la tierra de sus patriarcas reivindicó la memoria y cuenta de músicos de la talla de Simón Díaz, Silvio Rodríguez y Caetano Veloso. José reseña: “Hasta los siete años vivimos en un suburbio de Gotemburgo, donde había un gran número de latinos en una situación parecida a la nuestra. Ahí conocí mucha música. Creo que más que por los ritmos argentinos, estoy influido por la música latinoamericana en general. Cuando comencé a tocar escuchaba, y aún me gusta, Silvio Rodríguez. De la Argentina me marcaron Mercedes Sosa y, especialmente, Markama”.

La construcción de su semblante musical tuvo que ver también con un proceso de discriminación de los estereotipos. Tras conocer a The Beatles y la bossa nova, y mientras estudiaba guitarra clásica y flamenco, José aprehendió la volatilidad del punk y el hardcore, donde militó en su adolescencia, y la irritabilidad del hip hop. Con los años, esa conjunción de estilos evolucionó en una propuesta que se debate entre lo sutil y lo reprimidamente iracundo. Explica González: “Creo que eso sucedió especialmente cuando comencé a tocar guitarra clásica. Ahí aprendí arpegios más complicados. Luego me sentí muy influido por el post rock y la música instrumental de Tortoise y DJ Shadow. Estuve tratando de buscar distintos modos de hacer música, pero sólo con una guitarra. Por eso salió como salió”. Si bien la naturaleza de su trajín compositivo emana del aura de Nick Drake o Joao Gilberto, sus canciones crearon asimismo un enlace con la melancolía rayando en la tristeza de Elliott Smith, la lejanía del American Music Club, la intimidad de The Kings of Convenience e incluso la oscuridad de Joy Division. “Me siento identificado con todos ellos. Mientras estuve haciendo mi disco escuché mucha música que podría ser calificada como oscura.”

En efecto, en el 2003 salió a la venta en Europa su primer disco como solista, el magnífico Veneer. Este trabajo de preparación netamente casera y artesanal, que el año pasado apareció en los Estados Unidos y que durante el mes de septiembre subirá a las bateas argentinas, es una alhaja del indie pop, una fineza del folk sombrío y un nuevo referente delsadcore. El cantautor sueco, que acá insertó una versión del corte Heartbeats –usada para un comercial de Sony–, del dúo de electropop The Knife, describe: “Este trabajo fue bastante interesante, porque algunas de las canciones son del ‘98 y las más nuevas las compuse justamente antes de editar el disco. Por eso, Veneer es para mí como una suerte de compilación de temas. Se trata de composiciones que fui reuniendo de distintos modos, pero con una misma intención. Todas fueron hechas en casa. Me acuerdo de que en el ‘97 comencé a estudiar bioquímica en la universidad. Y hacer canciones y grabarlas se convirtió en mi hobby durante los fines de semana”.

No contento con su flamante éxito, José González publicó en el 2006 el EP Stay in the Shade, que contiene el cover Hand on Your Heart de Kylie Minogue. “Estaba mirando la tele, vi el video, escuché la letra y me pareció simpática. Creo que lo que dice es algo muy universal. Pero Stay in the Shade no es muy distinto a Veneer. La única diferencia es que compré unos micrófonos nuevos, me cambié de casa y aprendí un poco más sobre grabación.” Invitado por el dúo británico Zero 7 para participar en su nuevo disco, The Garden, las canciones de José González contemplan su propia historia en el terruño de Astrid Lindgren: “Me parece que la temática hubiese sido distinta si estuviese viviendo en España o en un lugar más caluroso. Seguramente no habrían salido del mismo modo. Supongo que esto es producto de la sociedad donde vivo. Aunque conozco a muchos músicos suecos que hacen canciones muy alegres. El estilo de música que me gustaba en ese momento tuvo que ver con una decisión personal. En Suecia hay muchos estereotipos sobre el concepto del latino. Piensan cosas como que todos saben bailar muy bien”.

También miembro del trío sueco de indie rock y post rock Junip, con ellos publicó en el 2005 el desorbitante EP Black Refugee. Sobre su banda, este paladín de la trova advierte: “Aún está activa. Pero, como estoy de gira, no hicimos nada últimamente. Tocamos juntos desde el ‘98, y durante todo este tiempo no hemos estado en la misma ciudad. Así que hasta ahora sólo pudimos sacar el EP. Si bien ya tenemos nuevas canciones, creo que el disco entero recién aparecerá el año que viene”. Tras el suceso de Veneer, que hasta ahora vendió más de 500 mil copias, y de girar en los Estados Unidos junto a Juana Molina y los ingleses Psapp, esta estrella del pop escandinavo prepara su nuevo larga duración y asegura, en lo que sería un giro de 360 grados, que tendrá influencias del afrobeat de Amadou et Mariam. Acerca de su gradual divulgación en la Argentina, José manifiesta: “Sería interesante. En Suecia pasa lo mismo. Cuando un sueco no vive en el país y es exitoso, lo exhiben un montón”. Y sobre la leyenda de la Xeneize no duda en contestar: “Conozco la historia de los colores de Boca. Pero no me gusta el fútbol. Creo que el único momento donde me puede llegar a interesar es durante el Mundial. Si bien mi hermano sí lo es, en casa no somos muy futboleros”.

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