Jueves, 14 de septiembre de 2006 | Hoy
THE BEASTIE BOYS EN THE BUENOS AIRES
Llevaron al hip hop donde nunca había estado (entre los blancos norteamericanos), se deshicieron de las críticas con trabajos inspirados en la “vieja escuela” y dejaron de ser un chiste para convertirse en artistas respetados. Vienen al BUE en medio de la grabación de su próximo disco.
Por Roque Casciero
So, what’s the time? Es hora de enfermarse otra vez. O al menos lo será en noviembre, cuando los Beastie Boys retornen a la Argentina para participar del festival BUE. Ya pasaron diez años desde la única visita del trío de Brooklyn, pero ninguno de los que estuvieron en aquel Obras caliente podrá olvidarlo fácilmente. Los recuerdos de aquel viaje que guarda el flaco y alto Mike Diamond (más conocido como Mike D) son otros. “Nos llevaron a ver un partido de fútbol y en el entretiempo la gente tiraba globos de agua hacia abajo, pero el tipo que nos acompañaba nos dijo que estaban llenos de pis”, recuerda en comunicación telefónica con el NO. La imagen no debe haberlo espantado tanto, porque repite el latiguillo de toda estrella a punto de viajar hacia aquí: “Estamos ansiosos por volver, ha pasado demasiado tiempo”.
Demasiado tiempo... Eso es exactamente lo que parecen tomarse los Beastie Boys para cada movimiento. En la última década apenas publicaron dos discos, Hello Nasty! (1998) y To the 5 Boroughs (2004), además de una antología y un grandes éxitos, y acaban de lanzar el DVD en vivo Awesome; I Fuckin’ Shot That (ver recuadro). “Muchos grupos pasan unos meses haciendo un disco, luego salen de gira y vuelven a meterse en un estudio a grabar otra vez, pero nosotros sólo nos juntamos a grabar cuando sentimos que es el momento de hacerlo”, reconoce Mike D. “Lo mismo pasa con los shows. Simplemente diría que operamos a un paso diferente.”
Eso no se había notado tanto antes, porque entre 1986 y 1996 el trío había publicado el exitosísimo Licence to Ill (el primer disco de rap en liderar los rankings), el influyente Paul’s Boutique (producido por los Dust Brothers), el notable Check your Head (la vuelta de los Beastie a los instrumentos que habían dejado por el rap) y el consagratorio Ill Communication (donde brillaban Sabotage y Sure Shot). En esa década pasaron de ser casi un mal chiste machista a artistas respetados, vanguardistas y multimillonarios. Y aunque siempre se mantuvieron pegaditos al hip hop, también enriquecieron al género con su vieja influencia hardcore y hasta se animaron a hacer instrumentales lounge antes de que se pusiera de moda.
Sin embargo, no es cierto que los Beastie Boys hayan permanecido inactivos a partir del ‘96, aunque tal vez la variedad de proyectos extramusicales hayan producido su sequía en las bateas. Adam Yauch (alias MCA) organizó recitales anuales por la liberación del Tíbet, por ejemplo, y el trío en pleno lanzó su propio sello, Grand Royal, en el que publicaron discos Sean Lennon y Luscius Jackson. “El año pasado decidimos cerrarlo porque lo habíamos armado para divertirnos, sacando material que nos interesaba, de amigos, pero en cierto punto se convirtió en un negocio que nos demandaba atención y dinero. Y, aunque tardamos bastante, nos dimos cuenta de que eso no era lo que nos interesaba cuando empezamos. Así que, ¿para qué seguir?”, se pregunta Mike D.
El presente de la banda, según el rapero y baterista, es de “mucha diversión”: Mike D, MCA y Ad-Rock (Adam Horovitz) se juntan regularmente para trabajar en su próximo álbum. Todavía no hay ninguna canción terminada, así que es poco probable que se escuche algún adelanto en su visita porteña. Pero hay motivos para ilusionarse: Money Mark, el tecladista de siempre, dijo que será como un nuevo Check your Head. “No sé si puedo asegurar eso”, se ríe Mike D. “To the 5 Boroughs se trató de hacer beats con la computadora de cada uno y no de sentarse juntos en el estudio a tocar música. Pero para este disco volvimos a estar los tres en el estudio, llamamos a Mark para que viniera a Nueva York y nos pusimos a hacer música, a ver qué pasaba. En ese sentido, sí es similar a Check your Head.”
—¿Por qué hacen una gira sudamericana justo en el momento en el que están grabando un nuevo disco?
—¿Sabés qué? La mayoría de los grupos no lo harían. Dirían: Ok, esperaremos a terminar el disco antes de ir para allá. Pero hace mucho que no vamos por allá y como nos ofrecieron participar en algunos festivales, pensamos que sería divertido ir a hacer algo de música. No hay mucho más que eso, en realidad.
—Cuando comienzan a trabajar en un nuevo disco, ¿les preocupa seguir siendo relevantes?
—Sí, supongo que pensamos un poco en eso, porque si vamos a sacar un disco finalmente es para comunicarnos con otra gente. Pero, al mismo tiempo, hacemos lo que tenemos ganas y sólo podemos esperar que la gente lo disfrute.
—Además de ser protagonistas, ustedes vieron de primera mano la evolución del hip hop. ¿Qué pensás del presente del género?
—La verdad, nunca me hubiera imaginado que el hip hop iba a convertirse en una música tan enorme en términos comerciales. Hoy es el formato más popular del mundo y su influencia en la música de todo el planeta. Pero en términos de evolución y de dónde está el hip hop hoy... No sé, siempre está cambiando, es muy probable que esté por pegar un nuevo salto. Tengo esa sensación. Hay muchos grupos que han aparecido, que recién empezamos a ver, que son completamente diferentes de los discos que escuchamos.
—¿Te sentís cercano a la escena de hip hop actual?
—Sí y no. Amo el hip hop y siempre será la música a la que le preste más atención, pero al mismo tiempo, cuando prendo la radio aquí en Nueva York, no me siento tan cercano. Hay mucha gente haciendo discos de pop hip hop para las radios comerciales, que no tienen nada que ver con lo que hacemos. No nos sentimos conectados con eso. Pero me parece que todo eso está cambiando y que en poco tiempo vamos a volver a escuchar hip hop “hecho en casa”.
—En la época de To the 5 Boroughs hablaban mucho de volver a la vieja escuela. ¿Estaban cansados de que el hip hop sólo hablara de cadenas de oro, mujeres y autos caros?
—No, no queríamos criticar al hip hop, ni a lo que dice otra gente. Lo que decíamos es que crecimos escuchando hip hop en una determinada era, la de la vieja escuela, y que eso fue lo que nos inspiró para convertirnos en una banda. Siempre vamos a amar la música de la vieja escuela.
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