Shimauta Times
SENE, SENE, SENE, SENE, SENEGAL...
El equipo de todos
Ok, Senegal es la revelación del Mundial. Pero también es el gran receptor de apoyo e ilusión del devastado y a veces venenoso hincha argentino, con el bonus track de que une las dos tradiciones antagónicas de la escena futbolera criolla: la del juego lindo-ofensivo-lírico– desfachatado-tercermundista (tiran tacos y caños, gambetean, van para adelante) y la del deporte resultadista-defensivo-pragmático– superprofesional-pro-OTAN (no escatiman gamba fuerte, agarrones ni mordiscos tysonianos en orejas).
Más allá del mito de la simpatía por el débil, la clave del link Argentina-Senegal está entre los misteriosos engranajes afectivos del Mundial (esos que te llevan a quedar afónico por un gol de Turquía, a putear por un mal cambio al DT paraguayo, o a cavilar durante horas si es correcto o no apoyar a Estados Unidos, siquiera en este caso), revelando que no sólo se trata de fútbol, y que aquí hay otras cosas en juego. Por ejemplo, la onda. ¡El plantel de Senegal, del mismo modo que Mick Jagger o Claudio Caniggia, es onda en estado puro! Y no sólo por cuestiones de juego bello, promesa de violencia o exotismo visual –colores afro-jamaicófilos en la camiseta, desprolijidad, peinados de la avant-garde del palo– sino también por el aura de tipo vivo de su entrenador Bruno Metsu, con su icónica y ya conocida historia: es francés, se radicó en Senegal, parece un clon de Michael Bolton, viste a la “División Miami” y su esposa es una morocha senegalesa impresionante.
Buena prueba del arraigo del equipo senegalés en la Argentina se percibe en el programa “Basta de todo” –lunes a viernes de 14 a 18 por la FM Metro.-, que desde el partido inaugural hizo un hit 2002 del viejo himno del grupo Reflexus que agita “Sene, Sené, Sené/Sené, Senegá-a-al...”, y que ahora convoca a los porteños pro-Bouba Diop a reunirse a festejar, en caso de una nueva victoria africana, en lugares como la jaula de las jirafas del Zoológico o el anfiteatro del Parque Lezama. Matías Martin, conductor del ciclo y uno de los padres de la criatura que llamaremos Senegalismo, resumió la idea para el No: “Antes del Mundial, todos hablaban de Camerún y Nigeria, pero Senegal había perdido la final de la Copa Africa por penales, o sea que seguramente eran buenos, y encima desconocidos. Una mezcla prometedora. Y con el triunfo ante Francia nos hicimos hinchas, y ahora estamos directamente en campaña, porque muestran improvisación y no tanta mecanización”.
INGLATERRA-BRASIL: UN DILEMA
¿De qué lado estás?
Puede pensarse “que pierdan los dos”. Una expresión de deseos, pero imposible: Brasil o Inglaterra van a pasar a semifinales, nos guste o no. Así que, hay que tomar partido. Como si hubiera que votar sí o sí a alguien y los candidatos fueran sólo Menem y Cavallo. Aquí, algunas consideraciones para tener en cuenta antes de tomar partido.
POR BRASIL
1) Solidaridad geográfica. Brasil es el que más fuerza les puede hacer a los grandes en carrera (Alemania o Inglaterra) para que Europa no nos moje la oreja en el lejano Oriente.
2) Jogo bonito. No es precisamente a lo que juega Scolari, pero ahí están Rivaldo, Ronaldo, Cafú, Roberto Carlos, en fin... Casi todos.
3) La vendetta. Sería bueno que los brasileños demuestren que Beckham está absolutamente sobrevalorado y que si tuviera la jeta del Colorado Mac Allister no tendría ni el 1 por ciento de los contratos publicitarios que tiene y, encima, estaría casado con Lucía Galán.
4) Contra el poder. No hay más que comparar a un chico de una favela de Río con un chico “pobre” de un suburbio de Manchester para darse cuenta. Manu Chao hincharía por Brasil. Nosotros también.
5) No juega Paul Gascoigne. Seguramente debe haber más de un borrachín en el plantel inglés, pero las caras visibles son los muy conspicuos, atildados y sobrios Beckham, Owen y el técnico Eriksson. Así no va. ¡Pra frente Brasil!
POR INGLATERRA
1) Conveniencia geográfica. Inglaterra está más lejos, basta con mirar el mapa. Así que podés calentarte mucho si Inglaterra sale campeón, pero es muy difícil que te cruces con un inglés que te gaste. Algo es algo.
2) Juego de equipo. Inglaterra parece más equipo colectivamente. Y mucho tiene que ver con eso el sueco Sven-Goran Eriksson, un verdadero gentleman, una especie de –perdón– Marcelo Bielsa nórdico.
3) La vendetta. Quedaría demostrado que no nos ganó cualquiera sino el mismo equipo que eliminó a Brasil. De esta forma perderían con el primer equipo en serio que enfrentaron. Y se quedarían bien calentitos.
4) Contra el poder. Brasil siempre parece el candidato de la FIFA. Blatter y Havelange hincharán por Brasil. Nosotros, por Inglaterra.
5) No juega Romario. Con el baixinho en la cancha, estaba claro por quién había que hinchar. Pero el agreta de Scolari no lo llamó. Pésimo. ¡Go, England, go!
EL FUTURO DE LOS VERDADEROS CRACKS DEL MUNDIAL
Libro de pases
Muchos de ellos ya hicieron las valijas. Y casi ninguno es una estrella mundial de primer nivel. Es por eso que, a pesar de tratarse de buenos o muy buenos jugadores, no sería un delirio imaginarlos en el fútbol argentino. ¿O sí? Aquí están, éstos son, los elegidos del No para el próximo Apertura:
Damien Duff (Irlanda). Con ese apellido que remite a la cerveza favorita de Homero Simpson, no podía fallar... Delantero fuerte y encarador, de buen remate y sobre todo mucha, mucha voluntad. Si venden al Chanchi Estévez, Mostaza Merlo dijo que va a pedir cotización por él.
Hasan Sas (Turquía). Heredero del búlgaro Yordan Letchkov (Bulgaria, 1994), por infatigable, por talentoso y, sobre todo, por pelado. Es el jugador que el Maestro Tabárez necesita para tomar la lanza que dejó el Chicho Serna. Si Macri se decide...
Inamoto (Japón). Voluntarioso y por momentos criterioso volante con llegada, con una temporada de experiencia en el Arsenal inglés. Ischia les dijo a los dirigentes que el japonés es prioridad para acompañar, desde atrás, a Darío Husain y a Nanni.
Marc Wilmots (Bélgica). Un viejo zorro del área, que va bien tanto arriba como abajo. Dijo que es su último Mundial y la verdad que está un poco de vuelta. Insúa lo pidió para reemplazar a Alberto Acosta, en el caso de que el Beto no renueve su contrato.
Juan Sebastián Verón (Argentina). No es lo que se dice un fenómeno (a pesar de lo dicho en esta sección). De todos modos, Julio César Falcioni ya dio el OK y falta esperar que la Comisión Directiva de Olimpo de Bahía Blanca arregle con sus colegas del Manchester United.
Tony Sylva (Senegal). Por fin Africa da un arquero como la gente. Al menos al cierre de esta edición, con Senegal esperando a Turquía en cuartos, su actuación fue soberbia. Como para postularse como arquero-alternativo de River, que siempre juega dos campeonatos.
Michael “Carlitos” Ballack (Alemania). Brilló en el Bayer Leverkusen, y ahora lo compró el Bayern Munich. Sin embargo, no se descarta que venga por un par de temporadas a Independiente, como para acompañar en la creación al Rolfi Montenegro. Grinbank prometió hacer la gestión.
Ahn-Jung Hwan (Corea del Sur). Hizo su “posgrado” en el Perugia de Italia, en la temporada que terminó. Delantero peligroso, capaz de improvisar en el área y con buen juego aéreo (los italianos pudieron comprobarlo). ¿Lo imaginan haciendo pareja con el “Topo” Gómez en Nueva Chicago?