De la mano de Diego
› Por Roque Casciero
Veinte años después de su llegada a Barcelona, las imágenes de Diego Maradona cubrieron la capital catalana. El Diez fue la imagen del Sónar 2002, aunque muchos de los asistentes a esta Meca de la música electrónica no hayan entendido por qué. La cara sonriente del Diego estuvo en los afiches, en repeticiones a cámara lenta de sus cabezazos en un Maradona’s Corner instalado especialmente, y en la tapa de los catálogos (que adentro traían otra veintena de fotos suyas) y del disco oficial del evento. En ese CD, entre los popes de la electrónica, logró meterse otro Diego argentino: Diego Vainer, el artista tras el nombre Fantasías Animadas, apareció con el tema “Edificio”. Además hizo un show de cuarenta minutos (dos computadoras, sintetizadores y mezcladora) que fue interrumpido en dos ocasiones por los aplausos del público, algo poco frecuente en tal contexto. A las dos de la tarde del jueves pasado, unas cuatrocientas personas se amontonaban en el Drome, una especie de carpa esférica y negra (con aire acondicionado) ubicada en la plaza pública del Museo de Arte Moderno de Barcelona. El Sónar había comenzado al mediodía y nadie había querido perderse ese momento. Después de Vainer fue el turno de Audioperú (Rudie Martínez), que presentó en versión “Dj vivo”. O sea, una sesión de temas propios, especialmente de su álbum Exito, con la que todos terminaron bailando. Los discos de los dos artistas argentinos se podían conseguir en el stand que Frágil Discos había montado en la Feria Profesional Discográfica, otra de las áreas del Sónar. Y el conductor inglés John Peel (sí, el de las famosas Peel Sessions), que el año anterior se había deslumbrado con el material del sello, decidió transmitir en vivo por la BBC únicamente los shows de los argentinos. Si a eso se le suma la sesión de Dj Magoya (radicado en España hace tiempo) y la exitosa presentación de Romina Cohn en The Loft (fuera del Sónar) el sábado junto a Dj Hell, queda claro que la electrónica argentina empieza a pisar fuerte fronteras afuera. Para variar, de la mano del Diego.
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