Jue 25.01.2007
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SOBRE LA CRECIENTE INFLUENCIA MUSICAL DE LUCAS MARTI

Universo Martí

El músico editó tres discos en cuatro años y acumula adeptos ilustres en su entorno, que lo tienen como referente musical y conceptual. “Un pequeño círculo”, lo llama él. Migue García, los de Rosal y su hermano Emmanuel Horvilleur, entre ellos.

› Por JUAN MANUEL STRASSBURGER

En tiempos en que las bandas más convocantes tardan siglos en sacar álbumes nuevos y los grupos independientes —por imposibilidad o especulación— también se toman sus largos paréntesis para estrenar material (hay excepciones, claro), el ex A-Tirador Láser no sólo edita ¡cuatro discos en tres años! (El título es secreto al frente de A-Tirador en 2004, Primer y último acto de noción, Simplemente y Tu entregador como solista entre 2005 y 2006) sino que es capaz de generar un microuniverso a su alrededor (“un pequeño círculo”, lo llamará él) donde confluyen colegas, aprendices y hasta artistas de mayor trayectoria que no pueden evitar contagiarse de su energía creadora.

Como El Salmón cuando se juntaba con Juanse, Turf, Estelares o el Pity (por nombrar sólo algunos recurrentes “socios de la soledad”) y conseguía que la suma de las partes derivara en un todo superior (Para siempre, hit tan paranoico como calamarense), Lucas Martí —aunque en otro estilo— también parece contar con ese poder alquimista y catalizador. Hechos: gracias a él, Migue García se anima a ser solista (mayoría de los temas compuestos por Lucas); su hermano Emmanuel Horvilleur vislumbra una faceta nueva con Fan (mini hit escrito y arreglado por Lucas que abre la puerta a mayor intervención del ex A-Tirador en el sucesor de Rocanrolero) y los Rosal (la banda con la que sale a tocar Lucas) anticipan el giro Martí en algunas de las nuevas canciones de su próximo disco. Y esto sin contar trabajos e influencias mutuas con Los Látigos, Yuliano Acri (ex Suavestar), Capri o Amadeo Paz, entre otros.

¿Qué pasa, entonces, con Lucas Martí? ¿Es para tanto? ¿Es verdad? ¿De dónde viene tanto impulso creador? “En principio, me gusta mucho hacer música. Mucho. Es una necesidad muy importante. Si arranca el año y no tengo algo nuevo, me agarra miedo y me siento mal”, explica Lucas, con naturalidad, en un bar de Colegiales —su barrio—, un caluroso mediodía de enero. “Pero también influye otra cosa: sacar un disco todos los años es como decir: miren, acá estoy, hice esto. Hacer ruido y llamar la atención”, reconoce.

—Bueno, pero otros grupos independientes también necesitan mostrarse y sin embargo no sacan un disco (o más) por año...

—Sí, puede ser. Capaz que otros artistas también podrían hacer lo mismo, pero por ahí necesitan más tiempo para rotar o vender el disco. A mí lo que me pasa es que al año el material ya no me representa. No le creo tanto como cuando lo grabé. De hecho, ahora mismo estoy viendo el sucesor de Tu entregador...

¡Imparable! Y contagioso: “No sé si es algo que humildemente inspiré en mi pequeño círculo o qué, pero noto que muchos también están tomando esa actitud de hacer más material...”, comenta, divertido. Y nombra como ejemplo el proyecto Amistad de Marcelo Zeoli (Los Látigos) y Yuliano Acri. Y los trabajos junto al resto del universo Martí (ver recuadro).

Sin embargo (y a pesar de tanto movimiento), Tu entregador es reconocido como una bisagra: “Con Simplemente no había quedado tan conforme. Pero ahora con este álbum sí siento que logré canciones con estrofa, estribillo y puente, bien simples, bien frescas y divertidas”, dice. Y una rápida escucha del disco alcanza para comprobarlo: Tu entregador engancha desde el principio. Y, tras una segunda escucha, también muestra sus cualidades más inoxidables: letras que encajan perfecto en la métrica, “ganchos melódicos” (“hooks”, dirían en la cuna del pop) que no envejecen y cambios de ritmo de lo más inusitados que empujan al baile instantáneo o al tarareo entusiasta.

—En tus letras hay mucho melodrama, también. Conflictos con amigos, novias, amantes...

—Es que para mí son la regla básica de la música pop. Si no hay amor, desamor, fracaso y logro, no es un disco pop.

Planeta Migue García

Compadres de cuando compartían banda en A-Tirador Láser, Migue García recién se lanzó como solista cuando Martí lo empujó a componer a medias y trabajar un sonido entre pop y folk pensado para él. Dice Migue: “Yo pensaba que el rock nacional era viejo y en blanco y negro. Con Lucas entendí que también puede ser joven y en colores”.

Planeta Emmanuel Horvilleur

Hasta ahora, siempre Emmanuel había colaborado con Lucas. A partir de Fan (de Rocanrolero) la idea es que sea al revés. Dice Emmanuel: “Su talento es misterioso. Con una visión pop, pero también laberíntica”.

Planeta Yuliano Acri (ex Suavestar)

Era habitual que, cuando A-Tirador ya hubiera terminado de grabar, “viniera Yuliano y metiera en la mezcla algunas genialidades aquí y allá”, relata Martí, quien lo considera “un hermano, un par”. Dice Yuliano: “Es un autodidacta que llega donde quiere por una búsqueda casi de colores. Un pintor de música”.

Planeta Rosal

Se acercaron por pura admiración. Ahora, además de sacar excelentes discos (como Educación sentimental), son la banda en vivo de Lucas. Dice María Ezquiaga: “Tiene una visión integral del sonido, la música, las letras. Va quedar en la historia del rock nacional”.

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