José María Muscari se define un artista “transgresor”. Y esa transgresión lo lleva a ser una especie de monstruo multicéfalo: al estreno de hoy de Cotillón, una obra teatral “escrita a distancia”, le suma Mujeres elefantes, un telefilm para Canal 7 que co-dirigió con Israel Adrián Caetano y que saldrá al aire en abril; Circo rojo, una miniserie “erótica” para canal Playboy con Edda Bustamante como protagonista y que estará en la pantalla este año; el reestreno de Elektrashock y dos obras en elaboración: Dame morbo, una versión libre sobre el stand-up, y una adaptación de Julio César de William Shakespeare. “Creo que lo que hago es muy poco encasillable. Me obsesiona buscar nuevos rumbos; como vivo de esto, hacer siempre lo mismo me aburriría muchísimo”, dice Muscari al NO.

Cotillón se hizo vía mail con actores santafesinos. ¿Los temas centrales? La hermandad, el cine pornosoft amateur y la inundación de Santa Fe. “Me guió la escritura una cosa sensorial y de percepción a lo que cada uno me contestaba”, explica Muscari. ¿Por qué esa mezcla tan extraña de temas para una obra teatral? “La hermandad me gustó como tema porque soy hijo único —confiesa—. Me gusta pensar las obras de teatro desde los vínculos, y yo no había hecho nada antes por desconocimiento.” Lo del cotillón porque “me parecía muy buena la imagen de qué hace una persona que tiene todo su capital en papel y se le moja por la inundación, lo trágico y cómico de eso. Le da una impronta colorida a algo tan oscuro. Y lo sexual porque es una temática que yo siempre trabajé”; entonces, “si se interesaron en mí como dramaturgo, quería ponerle mi marca, mi estética a la obra, que es algo desboscada”.

A diferencia de otras obras suyas, “no hay desnudos porque se trabajan con comicidad temas sensibles, y cuando aparece un desnudo, el espectador no se reconoce: se calienta o se enoja. Acá se produce una identificación más rápida con los personajes, con las situaciones, con el humor a pesar de los temas trágicos que se tratan. En Cotillón la risa es liberadora, como una descarga sexual”, cuenta Muscari.

Su trabajo con Caetano fue a pedido del 7. Le ofrecieron hacer un telefilm y que eligiera a un director de cine para co-dirigir. A Caetano no lo conocía personalmente, pero le gusta “el humor que maneja en su visión, un complemento bueno para lo que yo hago. Vi sus trabajos (Pizza, birra, faso, Un oso rojo, Tumberos, Crónica de una fuga, entre otros) y me gustaron mucho”. Mujeres elefantes trata sobre un grupo de mujeres que quedan atrapadas en una fábrica por una invasión de elefantes asesinos que les impiden volver a sus casas. “Trabajamos qué les sucedería a mujeres encerradas y sus experiencias oníricas”, afirma, críptico. Y habla de su trabajo con Caetano: “La experiencia que tuve con Adrián fue muy rara. El, a diferencia de la mayoría de los cineastas, se encarga mucho de la actuación, no se preocupa sólo por lo que se va a ver. Y me decía que yo pienso mis espectáculos también desde la imagen, no sólo desde los actores; entonces nos complementábamos bien. Dejamos que el trabajo fuese fluyendo y salió muy bueno”, se entusiasma.

Por último, Circo rojo, una miniserie que creó y dirigió para Playboy TV. “La semana pasada vi los crudos y me encantó —arranca—. Es muy divertido porque se trata de los avatares sexuales de los personajes de un circo en decadencia. Fue muy bizarro y kitsch a la vez, porque era trabajar el universo sexual en el circo. Edda es un icono sexual total; hay más lindas, más voluptuosas, pero ella es la fantasía. Es la esposa del dueño del circo, que quiere transformarlo en circo sexual. Es erótico; no sexual, ni porno. Con lo que se ve hoy en la tele, el programa podría salir por cualquier canal”, ironiza Muscari.

* Cotillón se estrena hoy y dos semanas más, los jueves, viernes y domingos y sábados a las 21 y 23 en Espacio Callejón, Humahuaca 3759. A las 21.