Jueves, 26 de abril de 2007 | Hoy
CUATRO BANDAS ELECTRONICAS PARA EL SOUTHFEST
Sugardaddy, MSTRKRFT, Black Strobe y Altocamet son promesa de un gran encuentro dance, porque llegan al Southfest (el 5 de mayo en Costanera Sur) en sus respectivos picos creativos. Así que vayan preparando el agua mineral...
Por Yumber Vera Rojas
Bastó con que Tim Hutton, alquimista del beat, le revelara a Tom Findlay —-uno de los artífices de los todavía inauditos Groove Armada— ese sonido que desde hacía rato lo desvelaba para que el dance inglés nuevamente pensara en replantear sus esquemas o para que la música de matiz afroamericana alcanzara, cuando se suponía que todo estaba dicho, una definición aún más orgánica a partir de la electrónica. Y es que cualquiera de estas dos instancias es plenamente funcional en las intenciones de Sugardaddy, la reciente sensación británica de la pista de baile. Con un pie en el estudio y otro en el escenario, el grupo vendrá por primera vez a la Argentina (en esta ocasión sin Findlay) con motivo del Southfest. Ante este debut, Hutton repasa: “Tras hacer unos remixes para Groove Armada, surgió la posibilidad de formar una banda con Tom. Esa experiencia permitió que luego compusiéramos, grabáramos un álbum y creáramos un grupo con el que pudiéramos presentar nuestros temas en vivo. La prensa británica nos ha catalogado de sucios y sexuales porque la propuesta que ofrecemos, empujada por el funk y el soul, tiene cierta cosa sexy que les gusta mucho a las mujeres”.
Consonante con la estética electro de The Juan Maclean, evocador del demoníaco groove de Parliament, terciado por el Off The Wall de Michael Jackson y tan sugerente como Tahiti 80, en 2006 salió a la venta el fascinante primer disco de Sugardaddy: It’s Good to Get High with The Wife. Tim describe: “Comenzamos como una banda blanca haciendo funk, pero lo que estaba claro desde el vamos era la presencia del soul en el álbum. Tom y yo tuvimos la suerte de trabajar muy tranquilamente. A partir de los conciertos la propuesta pudo evolucionar, por eso suponemos que, en vez de repetir el trajín de a dos, en nuestro próximo disco convocaremos a todo el grupo al estudio”. El pasado musical de Hutton se remonta al punk de talante anarquista: “Cuando llegué a Londres, tenía mis expectativas puestas en ese movimiento y me desilusioné. Sin embargo, vi en un programa de televisión a George Clinton y desde ese momento quedé cautivado por el funk. Mi primera conexión con el dance fue ésa, y jamás pude zafar”.
Pese a las analogías conceptuales y musicales que de entrada podrían conectarlos con Daft Punk, MSTRKRFT (se pronuncia Mastercraft) toma inmediatamente distancia del dúo galo. Al-P, componente de este sedicioso laboratorio electrónico, manifiesta: “Decir que somos los Daft Punk canadienses es fácil, aunque no necesariamente estoy de acuerdo con eso. Es innegable que el crossover que hicieron ha sido una gran influencia para todos los que estamos metidos en la electrónica. Pero desde mi óptica, la gente que se limita a comprarnos con ellos evidentemente escucha muy poca música”. Claro, el dúo de Toronto no tiene nada que envidiarle a nadie ahora que Canadá, ante la revelación divina de Godspeed You Black Emperor!, Arcade Fire, The New Pornographers, Wolf Parade y Feist, se ha convertido en el pulmón creativo que el rock tanto anhelaba. Asegura Al-P: “Canadá es un lindo lugar para vivir, pero no es el mejor para hacer música. Para aceptarte, los canadienses esperan a que el resto del mundo lo haga antes. Si bien muchos artistas para poder evolucionar salen del país, no hay que subestimarnos pues tenemos la capacidad y el talento para generar muy buena música”.
Justamente, el dispositivo creativo fue lo que aunó a Al-P, integrante del proyecto de electropop Girlsareshort, con Jesse F. Keeler, partícipe del insolente y ya disuelto dúo de indie rock y synth pop Death from Above 1979, en esta iniciativa artística que tiene en el electro, el house e incluso en el punk a sus pilares. “Hace un par de años, después de conocer a Jesse en un estudio, me pareció que era el momento adecuado para juntarnos”, dice Al-P. “Terminamos haciendo una sala, registramos un montón de temas y de esa manera nos involucramos. Los dos sabíamos que queríamos hacer algo relacionado con la música electrónica y el dance.” Aunque la electrónica canadiense tiene en Deadbeat o Crackhause a dos de sus referentes, luego de la edición de la ópera prima The Looks, MSTRKRFT se convirtió en una de las apuestas del género en 2007. Al-P describe el momento que atraviesan: “Es cierto que el público que nos sigue es más del palo pop, disco o punk, pero el tour que acabamos de hacer con John Digweed permitió mostrarnos ante una audiencia a la que no está dirigida nuestra música y que nos aceptó”.
Mientras que nuevas producciones de Cassius y Air dejan latente que el french touch es una escena sin fecha de caducidad, y que General Elektriks y Vitalic continúan su embestida con el electro como bandera, sus compatriotas Black Strobe se levantaron como una opción frente a los estereotipos. La agrupación gala está más cerca del Electro Body Music de Nitzer Ebb, de la faceta rabiosa de Depeche Mode y hasta de la desenvoltura penumbrosa de KMFDM, que de la picardía del pop o la electrónica francesa de los últimos diez años. No obstante, su música avanza en contracorriente de la simple añoranza por los ‘80. “No creo que nuestra propuesta sea nostálgica”, afirma Arnaud Rebotini, vocalista y programador del conjunto. “Si bien nos gustan Nitzer Ebb y todos los artistas del synth pop, lo que hacemos no necesariamente apunta hacia el pasado. De la misma manera que está eso, se encuentran el house y otros estilos. La nueva generación de público y músicos no sólo está influida por el french touch o el electro sino por los diferentes movimientos que se concentran en la electrónica francesa.”
Black Strobe fue creado por Rebotini y el productor y DJ Ivan Smagghe, quien se convirtió en uno de los favoritos de la noche parisina tras el lanzamiento del compilado Bugged Out! Presents Suck my Deck (donde incluye un track del argentino Audioperú) y que dejó la banda el año pasado. Con el remix como gran herramienta, Black Strobe editó en 2006 el álbum A Remix Selection. Explica Arnaud: “Lo que me gusta del remix es la posibilidad de tener canciones y transformarlas, es como un sello en los trabajos que realizamos”. Así como sucede con LCD Soundsystem, con quienes compartieron catálogo en la disquera Output Recording, otros de sus rasgos notables es el culto por el single. “Un álbum es difícil de sacar por una cuestión de presupuestos, por eso nos decidimos por el simple”, advierte el músico francés. “Pronto lanzaremos nuestra primera producción de temas propios, conformada por canciones y composiciones orientadas hacia el dance. Y puedo adelantar que lo que presentaremos en Buenos Aires es bien groovero”.
Junto con Microesfera y Pánico Ramírez, uno de los live acts nacionales en el Southfest estará a cargo de Altocamet. Canu, el vocalista que se había desvinculado del sexteto marplatense, regresó en 2006 y, para oficializar su vuelta, el también productor y DJ remezcló los temas del EP En el parque (en el que no había participado) y el resultado acaba de salir a la venta: En el parque remixes. “Me distancié de la banda durante dos años, pensé en ese momento que no lo podrían hacer sin mí. Cuando escuché el EP, me arrepentí y quise volver”, reconoce Canu. “Luego surgió la idea de que remixara los temas de ese trabajo y eso fue lo que hice, tratando de mantener el espíritu de las canciones.” Sin embargo, Altocamet se encerró en el estudio entre febrero y marzo para terminar de darle forma a su nuevo álbum, con un lujazo detrás de la consola: Graham Sutton, productor del fantástico álbum debut en solitario de Jarvis Cocker y ex miembro de los legendarios Bark Psychosis. “Esa experiencia fue increíble”, afirma Canu. “El disco, que saldrá en agosto, se inclina más por el pop rock y menos por la electrónica.”
Desde la aparición de su disco debut en 1998, Altocamet siempre persiguió la vanguardia con la electrónica como soporte. Ahora parece que los objetivos evolucionaron. “Cuando nos volvimos a juntar, pensamos que nos habían olvidado”, dice el cantante. “Es difícil ver los frutos de tu obra enseguida, y más cuando tu actitud es independiente. Escuchamos mucha música, no hay límites. Quizá por eso no tenemos hits entre nuestros temas. Creo que lo que nos pasó es que nos volvimos más maduros.” Desde su faceta como DJ, Canu tendrá asimismo una participación unipersonal en el Southfest: “En mi trabajo como solista trato de no incluir mi voz, siempre me reservo eso. Compongo canciones esperando el respaldo de la banda. Todo el tiempo estoy grabando, pero en este momento me falta el concepto. Estoy cansado de la electrónica pura. Aunque me gusta el groove del house, también estoy muy atento a lo que está sucediendo con el minimal y el techno. Quizá me salga un minimal barroco”.
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